Proyectan un aumento de la producción argentina de girasol cercana a 40%

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La superficie sembrada con el oleaginoso se ubicaría en 2,2 mill/ha; uno de los niveles más altos de los últimos 5 años. Asagir informó que se sembraron los primeros lotes en el Norte.

BUENOS AIRES (NAP). Con la siembra de los primeros cuadros de girasol en el norte del país ya se espera un aumento de la producción de esta oleaginosa correspondiente a la campaña 2022/2023.

Según las primeras proyecciones la producción de la oleaginosa crecería entre el 30 %y el 40%, respecto del ciclo anterior, de acuerdo a los datos relevados por la Asociación Argentina de Girasol.

En ese sentido, el presidente de Asagir, Enrique Moro, estimó que la superficie sembrada con la oleaginosa podría aumentar en medio millón de hectáreas para ubicarse en las 2,2 millones de superficie cubierta, respecto del ciclo 2021/2022.

En diálogo con Télam, Moro dijo que “en general el interés de los productores de este año es avasallante. Estamos hablando entre el 30% y el 40% de crecimiento del área, que podría ser mayor, pero hay un cuello de botella por el lado de las semillas“,

En este sentido, el titular de Asagir, que nuclea a los diferentes actores de la cadena del girasol, señaló que en el sector dan por hecho que “va a haber semillas suficientes para aproximadamente 2,2 millones de hectáreas”, algo que representa “buenas perspectivas de producción”.

La cuestión que sobrevuela a modo de duda es lo que puede pasar con el clima.

Por eso se esperan que se produzcan nuevas lluvias en el norte argentino, uno de los grandes núcleos productivos del país, para comenzar la siembra con la incorporación de los primeros lotes.

Teniendo en cuenta el área estimada por la entidad y los rendimientos promedio del cultivo, Moro proyectó la posibilidad de que la producción escale hasta los 4,5 millones de toneladas, 1,1 millón de toneladas más que las obtenidas en la campaña 2021/22 y 400.000 toneladas por encima de la estimación actual del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA), que ubicó ciclo 2022/23 en 4,1 millones de toneladas.

La superficie cubierta con la oleaginosa crecería 500.000 ha

El girasol hace ya tres campañas consecutivas que gana superficie, con una expansión del 17,2% al pasar de 1,45 a 1,7 millones de hectáreas, según los números informados por la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA).

En ese lapso la producción tuvo un incremento del 13%, al crecer en 400.000 toneladas hasta las 3,4 millones de toneladas.

No obstante, lejos se encuentran todavía las proyecciones del récord obtenido en la campaña 2007/08, cuando la superficie sembrada fue de 2,7 millones de hectáreas y la producción se ubicó en 4,5 millones de toneladas.

La oleaginosa ganó el centro de la escena en el mercado mundial tras el estallido de la guerra entre Rusia y Ucrania, dos de los mayores proveedores de aceite del mundo, que en conjunto concentran el 70% de la oferta global, mientras que la Argentina se posiciona en tercer lugar, con casi 800.000 toneladas exportadas.

El responsable del Departamento de Análisis de Mercados de la corredora de granos Grassi, Ariel Tejera, dijo a Télam que el conflicto “dejó su huella en los mercados mundiales de aceites en general, y en el de girasol, particular, por tratarse de los líderes históricos en el abastecimiento a la oferta mundial”.

Este acontecimiento que trajo consigo una fuerte retracción de la oferta y, por ende, una suba de los precios internacionales, siendo este uno de los principales factores que motivan las estimaciones de crecimiento en Argentina.

Precios

“De cara hacia un nuevo ciclo, se estima una significativa caída en la siembra en Ucrania para el 2022/23. A esto se suman los recientes recortes en la superficie sembrada con soja en Estados Unidos y la posibilidad de que la oleaginosa transite otro ciclo ajustado por el lado de la oferta, factor que podría sostener precios de aceites”, marcó Tejera.

No obstante, advirtió que “la transición hacia un escenario internacional más restrictivo en materia monetaria genera incertidumbre sobre el devenir de la actividad económica mundial, y podría imponer efectos negativos por el lado de la demanda”, concluyó el especialista.

Para Moro, los buenos precios y una demanda mundial insatisfecha representa “una oportunidad” para la Argentina.

“El reacomodamiento del tablero mundial a través de los dos hechos recientes, como fueron las pandemia y la guerra, hace que se perciba que los principales importadores de aceite de girasol están valorando y viendo que no haya un monoproveedor, como lo fue Ucrania para muchos mercados, sino contar con varios oferentes”, detalló.

“Por eso, cuando se corre a Rusia y Ucrania, Argentina aparece entre los países con mayores posibilidades de mezclarse en ese mercado. No solo tenemos una oportunidad histórica para esta campaña, sino que si somos hábiles, podemos lograr contratos a largo plazo para seguir produciendo con una superficie parecida a la que estamos previendo para este año”, concluyó Moro. (Noticias AgroPecuarias)

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