Los fletes marítimos enfrentarán la primera parte del año con complicaciones

Este estado de cosas se hará más evidente en el transporte de contenedores porque la demanda supera la oferta de bodega, que continúa restringida  por las demoras que se producen en la congestión de los puertos y en los sistemas logísticos fuera de los puertos.

Las medidas correctivas que realizan las navieras extienden esta situación a puertos menos afectados por esta dinámica, lo que termina en un ciclo vicioso, agravando y generalizando la situación de congestión, como ocurre con el puerto de Buenos Aires.

A raíz de las cancelaciones de recaladas y la descarga de contenedores en Buenos Aires, la carga de exportación de varios buques se acumula en el puerto junto a los contenedores transbordados, “sobresaturando” la capacidad de los buques que llegan.

Este estado de cosas genera roleos (un contenedor de carga no ha sido colocado en el barco en que inicialmente estaba programado para salir), de buque en buque de la exportación y se extienden los tiempos de estadía, que genera una disminución en la capacidad del puerto generando ineficiencias.

Según un informe de la BCR, la demanda sigue en niveles altos, aunque muy dispar entre regiones y puertos, fundamentalmente por los incentivos económicos post-pandemia por parte de muchos estados nacionales del mundo.

Perspectivas

Se estima que en el corto plazo no aumentará la capacidad de transporte, situación que no dependerá del control de la demanda. Estados Unidos se encuentra analizando la eliminación de la ayuda financiera y un aumento de las tasas de interés para “enfriar” su economía. En Europa se estaría analizando algo similar.

Los fletes oceánicos seguirán en niveles altos hasta el 2023, cuando aumentaría la capacidad de transporte. En tanto, los armadores están incentivando contratos multianuales para garantizar espacio y fletes que no sigan las variaciones de la oferta y demanda.

Los fletes oceánicos seguirán en niveles alto hasta 20223

Para los analistas, es prioritario descongestionar los puertos y los sistemas logísticos para recuperar productividad y eficiencia, pero esto demorará entre 3 y 6 meses, si se alinea la demanda con las capacidades reales del momento.

Pero, lamentablemente, todo está sujeto al avance de la pandemia, y el posible nuevo impacto de la variante Ómicron.

Transporte terrestre en Argentina.

En materia de transporte ferroviario, continúan las inversiones que se realizan en los ramales troncales y en los accesos a las terminales portuarias de la región Gran Rosario con perspectivas muy positivas.

Sin embargo falta avanzar en algunos aspectos regulatorios del sistema ferroviario de cargas, es probable que las toneladas transportadas y las toneladas-kilómetro producidas mantengan una tendencia creciente.

No obstante se requiere un acompañamiento en cuanto a la financiación para la adquisición de estos equipos y también avanzar en las mejoras en materia vial, tanto en el aumento de la capacidad de rutas nacionales como en la mejora en los accesos a las industrias y terminales portuarias de nuestra región.

Se estima que durante 2022 la cantidad de camiones descargados en las terminales portuarias del Gran Rosario se ubicaría cerca de las dos (2) millones de unidades, mientras que el número de vagones podría rondar los 220.000 a 230.000, aproximadamente.

Será crucial seguir de cerca la evolución de los costos internos y el tipo de cambio, por el impacto que tendrá el costo de transporte de nuestros productos de exportación, medidos en la moneda estadounidense(Noticias AgroPecuarias).

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