Cambio climático: La ola de calor afecto al 80 por ciento de los océanos

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Los hielos marinos del Ártico se redujeron en septiembre a su segundo valor más bajo en 42 años de registro satelital.

BUENOS AIRES (NAP) Calor, incendios, sequías, cosechas perdidas, polos que se derriten, huracanes e inundaciones son rastros que el cambio climático deja al paso de 2020.

Este ha sido uno de los tres años más cálidos desde que se iniciaron los registros en 1850, determinó días atrás un informe de la Organización Meteorológica Mundial (OMM).

En lenguaje deportivo podría decirse que el planeta perdió 1-0 el partido de este año ante el calentamiento global, y los científicos de la OMM advierten que la década 2011-2020 ya es la más cálida de la historia, asaeguró un despacho de la agencia de noticias IPS.

La ola de calor afectó en algún momento de 2020 a 80 por ciento de los océanos, con una mayor acidificación de sus aguas por la absorción de dióxido de carbono (CO2), uno de los gases de efecto invernadero cuyas emisiones continuaron aumentando a pesar de los cierres y confinamientos dispuestos ante la pandemia covid-19.

Petteri Taalas, secretario general de la OMM, sostuvo que “en 2020, la temperatura media mundial será alrededor de 1,2 grados centígrados superior a los niveles preindustriales (1850-1900), y hay al menos una probabilidad sobre cinco de que supere temporalmente los 1,5 grados en 2024”.

“No vamos por buen camino” para cumplir con el acuerdo de París de hace cinco años, que implicó compromisos de los gobiernos para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y otras medidas que permitan sostener la temperatura global en 2050 no más allá de 1,5 grados sobre el nivel de la era preindustrial.

La ola de calor afectó en algún momento de 2020 a 80 por ciento de los océanos, con una mayor acidificación de sus aguas.

Para el responsable de la OMM “lamentablemente, 2020 ha sido otro año extraordinario para nuestro clima”, pues “se registraron nuevas temperaturas extremas en la superficie terrestre, en el mar y especialmente en el Ártico”, donde superaron la media en más de cinco grados centígrados.

El 20 de junio en la ciudad siberiana de Verkhoyansk (Rusia), la temperatura alcanzó 38 grados, la más alta registrada en cualquier punto al norte del Círculo Polar Ártico.

Los hielos marinos del Ártico se redujeron en septiembre a su segundo valor más bajo en 42 años de registro satelital, y Groenlandia siguió perdiendo hielo (152 gigatoneladas este año), aunque la extensión de hielo en la Antártida estuvo cerca de la media en cuatro décadas.

Esa pérdida de las masas de hielo, en las capas que cubren los polos, es la principal causa de que se acelere la elevación del nivel medio del mar a nivel mundial, en paralelo con la acidificación que afecta los ecosistemas marinos.

Los incendios forestales, continuó Taalas, “destruyeron grandes extensiones en Australia, Siberia, la costa oeste de los Estados Unidos y América del Sur, y los penachos de humo dieron la vuelta al globo”.

Además “se registró un número récord de huracanes en el Atlántico, incluida una aparición consecutiva sin precedentes de huracanes de categoría 4 en el mes de noviembre en América Central”. En total hubo 96 tormentas tropicales, 30 de las cuales castigaron el Atlántico norte.

Y en África y algunas zonas de Asia sudoriental “las inundaciones provocaron desplazamientos masivos de población y socavaron la seguridad alimentaria de millones de personas”.

Las inundaciones causaron 440 muertes en Sudán y Kenia, favorecieron la plaga de langostas del desierto que devoran pastizales y cosechas, y tanto el lago Victoria como los ríos Níger y Nilo alcanzaron niveles récord.

Por la misma causa hubo 279 muertos en China y pérdidas materiales por 15 000 millones de dólares, se registraron los meses más húmedos desde 1994 en grandes zonas de India y Pakistán, y Vietnam fue alcanzado por ocho ciclones en un mes.

El calor batió marcas en países tan distantes entre sí como Australia, Cuba e Israel, y en el Valle de la Muerte, en California, oeste de Estados Unidos, se registraron 54,4 grados centígrados el 16 de agosto, la temperatura más alta de la que se tiene conocimiento en el mundo en al menos los últimos 80 años.

La OMM expuso como recomendación atender los llamados para que, al superar la recesión mundial causada por la covid-19, se atiendan las oportunidades que se ofrecen para “llevar la economía por un camino más verde”(Noticias AgroPecuarias).

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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