Las bodegas de la región de Cafayate quieren cuidar el agua

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Un objetivo claro puesto en el cuidado permanente del agua, como recurso fundamental para su trabajo y que, además, escasea en la zona.

LAS bodegas de la región concentran sus esfuerzos en el cuiddo del agua.

SALTA (NAP) En Cafayate, las bodegas trabajan pensando en la sustentabilidad, además de lograr darles a sus vinos locales un espacio privilegiado en los principales destinos del país y del mundo, pero también lo consiguieron a nivel local.

Para que un vino alcance la mesa de los consumidores, hay previo todo un proceso de producción perfectamente pensado y cuidado, para alcanzar la calidad buscada. Pero también, hay un trabajo diario y minucioso que apunta a los procesos limpios, al cuidado del medio ambiente, al buen manejo de recursos y a la responsabilidad social.

Comunidad RSE recorrió tres bodegas que producen vinos de la más alta calidad, emplazadas en el Valle de Cafayate: El Esteco, Domingo Molina y Dal Borgo: las tres son de características muy diferentes y, sobre todo, son distintas en su capacidad productiva.

Sin embargo, se notó un denominador común entre estas empresas: un objetivo claro puesto en el cuidado permanente del agua, como recurso fundamental para su trabajo y que, además, escasea en la zona. Las bodegas trabajan apostando cada vez más a la sustentabilidad, esa que no es solo mantenerse en el tiempo, sino hacerlo cuidando los recursos que son de vital importancia para toda la comunidad local y vinculándose con ella, con diversas iniciativas, consignó un informe publicado por AgroNoa

Domingo Molina

La bodega Domingo Molina es una bodega boutique de la familia Domingo, los hacedores del conocido vino Domingo Hermanos.

Esta bodega está orientada hacia vinos de alta gama y está ubicada en Yacochuya, a 2 mil metros a nivel del mar. En ese predio tienen 25 hectáreas y en otro cuentan con 30 hectáreas más, con una capacidad de 400 mil litros en bodega, con 200 barricas de roble, piletas de hormigón y tanques de acero inoxidable dobles y triples.

La cosecha se realiza de manera manual y recientemente instalaron un colector solar de 3 mil litros, con el objetivo de generar agua caliente, ya que el 90 por ciento de la materia prima se lava con agua caliente. La bodega cuenta además con su propia pileta de tratamiento para aguas grises.

En Domingo Molina también tienen una fuerte vinculación con la comunidad cercana, que habita en los cerros. Colaboraron con la construcción de la escuela y trabajan permanente en el acompañamiento de las familias de la zona.

Bodega El Esteco

El Esteco tiene 500 hectáreas y es una de las bodegas más grandes de la zona. Pertenece al grupo Peñaflor y exporta 4 millones de litros a 51 países, además de ser la más antigua, creada en 1892. Con el paso de los años, se fue tecnificando, pero mantiene siempre el estilo del lugar y respeta la construcción del edificio.

Cuenta con 1700 barricas ubicadas en una sala completamente climatizada, con control de humedad y purificadores de aire. Esta bodega certifica normas ISO 14001, Oshas 18000 y están por certificar BRC.

Con respecto al uso de agua, utilizan riego por goteo y manto, con el que pudieron ahorrar el recurso y así plantar 10 hectáreas más.

En El Esteco dejaron de utilizar perfiles de palo santo y los remplazaron por unos metálicos, para evitar el uso de este árbol.

En toda la bodega concientizan acerca del consumo de agua, que se mide diariamente porque tienen establecidos objetivos de disminución de consumo. Cuentan además con clasificación de residuos y su posterior reciclado: plástico, cartón y vidrio. También separan residuos peligrosos.

Bodega Dal Borgo

Bodega Dal Borgo es una de las más nuevas, con una producción de 13 mil botellas anuales. En 2017 tuvo su primera cosecha y fue gestada como una empresa de triple impacto. Desde sus inicios quisieron trabajar en un proyecto que pueda aportar a la comunidad y al ambiente en el que están inmersos.

En la bodega hicieron un cauce para utilizar el agua que viene de las lluvias y hacen uso de las malezas o plantas propias de la zona para el control de plagas y el cuidado del terreno. El manejo es lo más natural posible, se trata de conservar la flora y fauna natural y alterar lo menos posible el ecosistema para que haya un autobalance. El objetivo de esto también es no utilizar insecticidas en los viñedos, sino que haya una regulación biológica natural.

En la zona hay gran cantidad de zorros, por lo que colocan tachos con agua para que ellos puedan beber y evitar así tener que eliminarlos, porque rompen las mangueras de riego para tomar agua.

En cuanto al uso de agua, también aplican riego por goteo para darle una mayor eficiencia a la aplicación de este recurso.

Realizan fertilizaciones con compost, generado con una mezcla de guano de oveja y creen que “en el campo la vida no empieza desde el suelo para arriba, sino desde abajo”.

La vinculación con la comunidad se da con los alumnos de la técnica de Animaná, quienes realizan sus prácticas profesionalizantes y trabajos finales en la bodega(Noticias AgroPecuarias)
EB.

Imágenes: Secretaría de Turismo, gobierno de Salta

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