Apicultores de Cuyo en alerta roja

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La última temporada, que comienza cada año en agosto y llega hasta marzo inclusive, ya deja sus propios balances: una producción estándar con un promedio de 25 a 30 kilos por colmena

BUENOS AIRES (NAP) Los productores apícolas de la región de Cuyo aseguraron que están ahogados comercialmente, con ventas en baja, mientras que el costo de insumos como el gasoil, se encuentran en alza constante. Algunos ya están analizando dejar la actividad por considerarla inviable. Preocupación por la cría de reinas.

“Si la abeja desapareciera del ecosistema, al hombre solo le quedarían 4 años de vida en el planeta”. La frase de Albert Einstein, lejos de ser inquietante parece ser real. Sin abejas no hay polinización, por lo tanto no hay posibilidad para que se desarrollen las frutas, verduras y ni siquiera los animales, ya que muchos se alimentan, como los vacunos, de alfalfa, un cultivo que también debe ser polinizado. 

La ironía de estos tiempos en la provincia es que los apicultores  se enfrentan a la ruina comercial, producto de la caída dramática del precio de venta de la miel, consignó el diario Los Andes, en un informe especial. 

El soplo letal para la producción viene dado por la pérdida de rentabilidad, que está haciendo que muchos emigren a otras actividades y quede apenas un puñado de productores dedicados full time a la apicultura. 

La última temporada, que comienza cada año en agosto y llega hasta marzo inclusive, ya deja sus propios balances: una producción estándar con un promedio de 25 a 30 kilos por colmena, pero a precios de miel a granel que han oscilado entre $ 16 y $ 20 el kilo. 

“Somos el único alimento que ha bajado su precio. En la temporada 2014-2015 el kilo de miel se llegó a pagar a $ 30; en esta última temporada, esto es 2015-2016, el kilo lo han pagado entre $ 16 y $ 20. Saque la cuenta, no tenemos precio”, explicó el productor apícola Javier Poblete. 

Poblete recordó que los que tienen una unidad productiva, esto es un grupo de cientos de colmenas, hace unos años necesitaban 400 colmenas para ser sustentables, ahora se necesitan más de 500 colmenas, y sin garantías de tener vida comercial holgada. 

El apicultor contó que el gasoil es uno de los costos fundamentales, porque debemos transportar las colmenas. Una década atrás, con un kilo de miel pagaba 10 litros de gasoil; con los precios de la última temporada necesito un kilo de miel para pagar un litro de gasoil. Es una locura. El precio del kilo de miel para poder cubrir los costos que tenemos debería arrancar en los $ 35”, apuntala Poblete, que tiene su producción apícola en Vista Flores. 

 “Tuve una producción estándar entre 25 y 30 kilos por colmena, lo cual es normal. Pero el precio que logramos de venta es tan bajo que no logramos pagar los jornales de los colaboradores. Hace unos años con cuatro kilos de miel a granel me alcanzaba para pagar un jornal, hoy debería vender 28 kilos de miel para pagar un jornal. Y lo medimos en todo, hace unos años con la venta de un kilo de miel a granel podía comprar un kilo de asado, hoy debo vender 6 kilos de miel a granel para comprar un kilo de asado”, explicó Federico Pinazo.

En su negocio, los acopiadores, que también son exportadores, hace unos años atrás le pagaron $ 32 por el kilo a granel de su miel, en tanto en marzo de 2016 le abonaron $ 16 el kilo. “Es regalar la producción porque con esos precios no logramos pagar los costos que tenemos, como gasoil y los jornales de los colaboradores”, remarcó Pinazo.

Hace unos cuatro años atrás tenía sus necesidades satisfechas vendiendo 12 tambores de 300 kilos en el año, hoy con los precios tan deprimidos de la miel a granel puede lograr sobrevivir comercializando 6 tambores, pero al mes. 

Causas evidentes
Pero ¿a qué se debe el desplome de precios de venta de la miel?

En la provincia, el 90% de lo que se produce, que según cálculos de los productores asciende a 600 mil kilos por año, tiene por destino la exportación. 

El mercado interno sigue siendo pequeño en el consumo apenas 200 gramos por habitante por año, que son mínimos frente a los 3 kilos que consume un alemán por año. Por lo tanto la vía comercial, es vender al exterior.

Los 7 acopiadores, que son exportadores, se reparten el negocio exportador, que mueve 250 millones de dólares anuales en el país. 

En la última temporada y de acuerdo a lo explicado por el productor apícola Horacio Leonforte, que posee 800 colmenas en la provincia, los exportadores estaban stockeados con miel que ya tenían de la otra temporada, lo que derivó en una sobreoferta y precios de compra muy deprimidos para los apicultores. Con conocimiento de causa, el actual gobierno quitó la retención del 10,5% que tenía la miel. Un beneficio que, según Leonforte, no fue trasladado a los apicultores. “Sí me imagino que debe haberse trasladado a los exportadores”, deslizó Leonforte.

Pero si los apicultores son rehenes de los exportadores, en el mercado interno las distorsiones de precios son moneda corriente. 

Puesto en góndola, el kilo de miel oscila, según el envase que esté fraccionado, entre los $ 130 y $ 150. Cuando ese mismo kilo a granel logra valores de hasta $ 20. 

Romper ese círculo vicioso en lo comercial ha implicado para el productor Pinazo salir a vender su miel a domicilio.

“La vendo entre $ 80 y $ 100 según el envase, es la única forma de no regalar la producción”, apunta Pinazo.

Diversificación y consumo

Desde el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria, INTA, el ingeniero Italo Asid en el área apícola está trabajando en el Valle de Uco con 60 productores apícolas que poseen 20 mil colmenas. 

En concreto están trabajando para que ellos puedan empezar a apostar por otros productos de la miel como su uso en cremas y bebidas como vino y cerveza, así como también su maridaje en la gastronomía. 

También desde el INTA los apoyan para que el productor no venda la miel a granel y la fraccionen con un desarrollo de marca. A su vez están trabajando para elevar la calidad del propóleos (Noticias AgroPecurias).

EB 

 

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