Carnes: La industria exportadora a la espera de decisiones claves

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Es para definir el nuevo escenario. La faena de noviembre mostró un aumento relativo de vacas y de novillos, por  la fuerte salida de hacienda registrada desde la zona de islas.

(NAP) El sector exportador se encuentra expectante ante el cambio de escenario que sugiere la llegada del nuevo gobierno.

Pese a la falta de certezas respecto de los tiempos de ejecución, la expectativa de cambios inminentes en materia de desregulación comercial permite vislumbrar un futuro promisorio para el sector.

En ese sentido, la industria ya descuenta una corrección del tipo de cambio oficial que, sumado a una eventual quita de retenciones, significaría una mejora sustancial de su ecuación comercial, además de medidas como la eliminación de los cupos para exportar o la liberación definitiva de los llamados “cortes populares”, que sin duda permitirán al sector expresar todo su potencial exportador desde el minuto cero.

Tendencias

Es en este contexto, signado por fuertes expectativas de cambio, bajo el cual en las últimas semanas se marcó una tendencia muy firme en los precios de los novillos pesados y de las vacas, dos categorías con perfiles netamente exportadores, detalló el último Lote e Noticias de Rosgan.

La semana pasada, el Mercado Agroganadero volvió a mostrar importantes alzas en el precio del novillo, por el que llegó a pagarse hasta $1.300 el kilo vivo, equiparando ya los valores pagados por un novillito de 100 kilos menos.

Algo similar sucede con las vacas -especialmente la flaca, un tipo de hacienda mayormente demandada por la exportación- que marcó pisos de $800 el kilo contra una vaca gorda de buena terminación con topes por debajo de los $1.000, como valor corriente.

Sucede que, a diferencia del consumo, la capacidad de compra de la exportación ya había comenzado a corregirse parcialmente tras la implementación de un dólar diferencial para la exportación de carne por lo que es hoy donde se concentra la mayor expectativa de ajuste que descuenta el mercado.

En este sentido, la primer corrección del tipo de cambio para la exportación se produjo tras las elecciones de primer término de octubre, al implementar una fórmula de cálculo que contemplaba la posibilidad de liquidar hasta un 30% de las divisas ingresadas producto de las ventas al exterior en el mercado financiero mejorando en más de un 45% el tipo de cambio oficial, manifiestamente retrasado.

Luego vino una segunda corrección que entró en vigencia tras el ballotage presidencial de noviembre, incrementando al 50% dicha proporción lo que supuso una mejora adicional del  llamado “dólar exportador” en torno al 20%, a valores de entonces.

Lo cierto es que este esquema que regía hasta la asunción del actual gobierno acaba de vencer ayer domingo, 10 de diciembre, por lo que el mercado se encuentra plenamente expectante de las nuevas medidas que podrían anunciarse en los próximos días.

A priori, el rango de valores en el que se posiciona el mercado va desde los $650 a los $800 por dólar,
asumiendo una liberación gradual del tipo de cambio, aun sin liberación inmediata y total del cepo.

Asimismo, la expectativa -aunque también gradual de quita de retenciones supondría un factor adicional de mejora sobre la capacidad de compra futura de la exportación.

Cambios

Por otra parte, no debe soslayarse el escenario en el que estos cambios encuentran a la ganadería. Este eventual sinceramiento de precios se produce de cara a un período de evidente retracción de oferta.

En efecto, si bien la faena de noviembre mostró un aumento relativo de vacas y de novillos, esto podría adjudicarse, en parte, a la fuerte salida de hacienda que se estuvo registrando desde la zona de islas, producto de la crecida de los ríos.

Sin embargo, a partir de este momento, por la misma estacionalidad de oferta de este tipo de categorías, pero fundamentalmente por la retracción de ventas que tenderá a generar el productor -al menos de manera temporal hasta conocer las primeras definiciones- la cantidad de hacienda disponible para faena se verá sin duda restringida en los próximos meses.

Todo ello, a su vez, en un contexto de escasez estructural de hacienda consecuencia de la menor producción y el elevado nivel de extracción ocasionado este año producto de la sequía, que condicionará el nivel de oferta general, para el mercado interno y la exportación.

En este sentido, ante el mismo escenario de oferta restringida, la diferencia claramente se centra en la capacidad de respuesta de la demanda.

Por ello que, ante un mercado interno que dada la contundencia de los ajustes esperados muy probablemente continue con un poder de compra debilitado durante gran parte del próximo año, la expectativa más fuerte del mercado se centra en la liberación inmediata y definitiva de todas aquellas trabas que hasta entonces han estado limitando la exportación(Noticias AgroPecuarias).

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