La lechería argentina no es competitiva por las retenciones

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La producción láctea nacional además de los altos costos de producción debe enfrentar en el caso de los aranceles de exportación) que alcanzan al 9%.

Flavio Mastellone, accionista de Mastellone Hermanos, propietaria de La Serenisima.

(NAP) La industria láctea argentina no es competitiva porque cada vez que tiene que salir a los mercados externos  externos debe pagar un arancel de 9% en retrenciones, en el caso de la leche en polvo, mientras que los quesos tributan un 4,5%.

A ello se le debe sumar el encarecimiento de los costos con la implementación del dólar agro (maíz) que rigió hasta fines de agosto con el encarecimiento de las materias y un precio internacional para los lácteos que que opera a la baja.

Así lo ve Flavio Mastellone, accionista de Mastellone Hnos, firma propietaria del princiopal pqauqte accionario de La Serenisima, quien compartió una charla con un grupo de periodistas de la Asociación de Periodistas Agroalimentatios de CABA (La Porteña), en la que analizó el momento por la que pasa la industria láctea nacional, luego de una recorrida por la planta industrial de General Rodríguez, Buenos Aires.

“No somos competitivos. Ese 9% duele, porque es difícil ver que ese porcentaje lo reciba un solo renglón  de la matriz exportadora, es difícil entender que ese porcentaje sea aplique para un renglón de la matriz productiva, como la leche en polvo”, advirtió el empresario.

El empresario no ocultó su preocupación por los desequilibrios que debe atravesar la cadena láctea por las desigualdades que enfrenta, comparado con otros rubros.

En ese sentido, Mastellone aseguró que existen categorías de productos que abonan menores derechos de exportación, que a su vez son compensados con reintegros por exportaciones.

“Estos son algunos de los temas que tenemos que revisar. Cambian los contextos y, dentro de ese cambio es donde tenemos que estar y ser más flexibles”, amplió.

El grupo de periodistas de La Porteña, que visitó La Serenisma, en General Rodriguez, junto a directivos de la Láctea (Jorge Grupalli

Sin embargo, el industrial resaltó que como empresas en el rubro de “los quesos para exportación, quesos duros, sueros,estamos muy bien. Y en un contexto exportador, rubros como la leche en polvo es necesario para un equilibrio en la economía”, describió.

Pese  las dificultades que plantea el actual contexto económico de la Argentina, al enfocarse en el futuro mediato, el empresario ve positiva las perspectivas para el negocio lechero, pero insistió en la necesidad de arreglar las desigualdades y apuntó: “Vamos a poder manejar un equilibrio entre mercado interno y exportación. La actividad necesita trabajar sobre la matriz de exportación y hoy es fundamental”.

Un solo mercado

Desde diversos sectores de la producción agroalimentaria, siempre se subrayó la importancia de no diferenciar entre mercado interno y externo porque, aseguran debe ser un solo mercado.

En ese sentido  Mastellone señaló que al mercado interno y externo se lo debe ver como uno solo. “Si es más rentable un mercado, se direcciona la transformación de las materias primas hacia ese mercado”.

Con respecto a las expectativas de la láctea para los próximos cinco años, su compañía prevé destinar el 50% de la producción a la exportación. En la actualidad el 75% de los procesos de materia prima tienen como destino el mercado interno.

“Tenemos un potencial enorme como país y como agroindustria y en el sector lechero tenemos mucho para trabajar. Como empresa planteamos que vamos a tener una mayor participación en la exportación”, agregó.

Con respecto a la devaluación del 22% que dispuso el ministro de Economía,  Sergio Massa, inmediatamente después de las elecciones PASO, y al impacto en la actividad, el empresario evaluó que: “Sabemos que en la lechería las devaluaciones para corregirse tardan entre cinco y seis meses y no tenemos la corrección al otro día. Entonces eso duele mucho, porque la mayor parte (de la producción), se vende en el mercado interno”.

Contexto internacional

Por su parte, Gustavo de la Vega, responsable de la compra de materias primas de la empresa, también conversó con los periodistas en el marco de la visita realizada a la a la planta láctea y analizó el actual contexto del mercado internacional.

“El actual contexto internacional no es el mejor para las empresas exportadoras argentinas de leche en polvoque también afecta indirectamente a los tamberos, porque con precios internacionales en baja no se le puede mejorar el valor que recibe por su materia prima”, explicó.

En ese sentido aclaró que “hay cuestiones que son macro que exceden a la industria y que tienen un efecto importante sobre el precio del productor, como lo es el precio internacional de la leche. Es el excedente de leche que no se consume en el país y necesariamente debe salir. Estamos atravesando un tema de precios internacionales complicado”, describió.

Para De La vega, “hoy el mercado internacional de la leche, no tiene demanda y  es muy chiquito en relación a la leche que se produce en el mundo y un país como Nueva Zelanda, que duplica la producción argentina, tiene una oferta del 50% del mercado internacional”.

Al respecto,  De La Vega explicó que  China es el cliente natural de Nueva Zelanda, es una máquina de aspirare mercaderías.  Además de la demanda puntual, China está creciendo muy fuerte en la producción interna a tasas de más del 7%, satisfaciendo de alguna manera su mercado interno y. por otro lado está en una suerte de recesión”.

De acuerdo con los datos que maneja el directivo, en las últimas semanas, Nueva Zelanda, desde su cooperativa Fonterra, salió a bajar los precios en el mercado internacional para licitar y colocar su producción en sectores en los que no participa.

En ese sentido, la decisión de la cooperativa neozelandesa pegó de lleno en un par de  mercados atendidos por Argentina, Argelia y Brasil.

Con respecto a la devaluación y el impacto en el bolsillo del tambero, De La Vega aclaró que “el productor lo tiene muy claro y compartimos permanentemente con ellos todos los análisis, financieros o económicos de corto, mediano y largo plazo y, se entiende que la devaluación pega en todos los costos del productor o en la mayoría de ellos”, describió.

“Las vacas comen pasto y granos que tienen una actualización automática en precio dólar y la leche tiene un 70% de destino mercado interno y esa actualización no se da con la misma velocidad respecto del impacto de una devaluación. Tenemos por delante unos meses difíciles”, amplió (Noticias AgroPecuarias)

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