Subió 5% la presión impositiva sobre el sector agropecuario

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Principalmente por las retenciones, de acuerdo a la medición trimestral que hace Fada. El aumento se da en el contexto de la sequía que genera quebrantos en los productores. Análisis de la incidencia del dólar y de los costos.

(NAP). La participación del Estado argentino en la renta agrícola asciende al 67,2%, de acuerdo con el índice que elabora la Fundación Argentina para el Desarrollo de la Agricultura. Este porcentaje representa un aumento de 5% con respecto a la medición realizada en octubre.

El incremento se da en el contexto de una sequía extrema con altas pérdidas en cultivos como el trigo, soja y maíz y hasta la muerte de ganado por la falta de agua

”Uno esperaría que si la producción baja, sea por sequía o el motivo que sea, la presión de los impuestos también baje. Sin embargo, por la estructura tributaria que pesa sobre la producción agrícola, un evento adverso como la sequía, en lugar de reducir el peso de los impuestos, lo aumenta”, explica David Miazzo, Economista Jefe de Fada.

Agregó que esto se debe a que “el impuesto con mayor participación es el derecho de exportación que, al actuar sobre el precio bruto, no reconoce caídas en la rentabilidad. Así, a medida que empeora la sequía, aumenta la participación de los impuestos sobre la renta”.

Según Fada, el 67,2% de participación del Estado está compuesto por impuestos nacionales, provinciales y municipales. Los impuestos nacionales no coparticipables representan el 70,5% del total de impuestos que afronta una hectárea agrícola en Argentina. La composición central de estos impuestos son los derechos de exportación, a los que se le suma el impuesto a los créditos y débitos bancarios.

Estados

Los impuestos nacionales coparticipables entre el Estado nacional y los estados provinciales, representan el 23,8% de los impuestos medidos por FADA, principalmente el impuesto a las ganancias (neto del impuesto a los créditos y débitos) y los saldos técnicos de IVA.

Las provincias reciben parte del 23,8% como coparticipación, y también recaudan diversos impuestos. Los impuestos provinciales representan el 5% de los impuestos totales.

Los impuestos municipales representan el 0,8% de los impuestos en el Índice Fada promedio nacional. El componente central de los mismos son las tasas viales o las guías cerealeras, de acuerdo a la provincia.

El efecto de la sequía en la economía

Los bajos rendimientos de los cultivos afectan el negocio de todos los productores, en especial a los que tienen menos “espalda” económica, impactando en el resto de la cadena.

Desde Fada advierten que las pérdidas la sequía puede restar 3% al PBI argentino. “Ya que se reduce la actividad económica, porque hay menos producción, transporte, industrialización y exportación. Estos efectos se sentirán en mayor medida en los pueblos y ciudades del interior productivo, donde la producción agropecuaria representa la actividad económica”.

Tipo de cambio atrasado

En términos de tipo de cambio real, descontando los efectos de la inflación, en este periodo cayó un 13%. Medido a precios de enero de 2023, el tipo de cambio de diciembre de 2021 era el equivalente actual de $206,93, el de diciembre de 2020 era el equivalente actual de $248,65.

“Esto significa que el tipo de cambio se ha atrasado respecto a la inflación, incrementando los costos de producción al medirlos en dólares, un escenario malo para cualquier actividad exportadora. Sin embargo, desde septiembre de 2022 el ritmo de suba del tipo de cambio oficial aumentó a los mismos niveles de la inflación, incluso en octubre y noviembre estuvo por encima. Esto muestra un quiebre en la política de atraso cambiario que se había iniciado en marzo de 2021”, explicó la economista Nicolle Pisani Claro también de Fada.

El atraso cambiario se traduce en que costos como las labores y los fletes, signifiquen una cantidad cada vez mayor de dólares. Aunque en la situación actual se potencia con otro factor, el efecto del cepo importador, que encarece el precio interno de los productos importados. El cepo tiene impacto directo sobre insumos claves para labores y fletes como neumáticos, repuestos y el precio de los camiones y maquinarias. “Es de esperar que en 2023 el cepo importador se profundice, ante el menor ingreso de divisas a causa de la sequía”, analiza Miazzo.

¿Qué pasa con los costos?

En cuanto a los costos de insumos, medido en dólares, se han comenzado a ver algunos descensos luego de las importantes subas de 2021 y 2022. “En la Urea se ve una baja interanual del 26%, aunque aún un 70% por encima del precio promedio de 2019-2020. El PDA tuvo un leve descenso interanual, aunque también cuesta un 70% más que en el periodo 2019-2020. El caso del glifosato, que también había sido uno de los que más aumentó, muestra una caída interanual cercana al 30%, pero aún vale algo más del doble respecto al periodo 2019-2020”, expone Pisani Claro.

Si se analiza la estructura de costos de los cultivos de acuerdo a la moneda en la que están expresados, se puede identificar que un 46% de los costos de una hectárea de soja están estrictamente dolarizados. Si se considera el costo de la tierra llega al 58%. En el caso del maíz, como los fertilizantes y semillas tienen más peso que en el caso de la soja, los costos dolarizados ascienden al 50% de la estructura, mientras que los pesificados alcanzan el 50%. Si se considera el costo de la tierra, el peso de los costos dolarizados asciende al 58%. (Noticias AgroPecuarias)

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