La inflación afecta hasta la reunión con amigos en casa

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Hoy una juntada con amigos cuesta seis veces más que en 2017. Por la inflación perdimos 7 pizzas caseras, 79 kilos de harina, casi 6 de queso y 33 paquetes de aceitunas. Nos quedamos sin 180 vasos de bebida para compartir.

BUENOS AIRES (NAP) Por la inflación, una reunión con amigos en casa se puso cuesta arriba realizarla porque cuesta 6 veces más que en 2017, indicó el estudio “El Changometro”, publicado por la fundación FADA

EL INDEC registró un 6% de inflación y llegó a 58% en los últimos 12 meses, la más alta en 30 años. ¿Qué revela el nuevo Changómetro FADA con su edición “Pizza con Amigos”?

“Este informe es una fotografía de una experiencia compartida, para reflejar cómo la pérdida de valor de nuestros pesos afecta nuestra vida. Un par de pizzas caseras, dos cervezas, una gaseosa y un heladito, en 2017 nos salía $580 y hoy sale $3.400”, seis veces lo que costaba ($2820 más), advierte Natalia Ariño, economista FADA.

El Changómetro de este mes refleja la foto de cuatro adultos que se juntan a comer y cocinan dos pizzas, una especial y una de palmitos.

Para tomar, buscan un par de cervezas con una gaseosa y compran un pote de helado de postre. Esos mismos productos valen 6 veces lo que costaban en diciembre 2017. En cuatro años, ese ritual de fin de semana se ve afectado.

“Nuestro billete de $1.000 perdió la capacidad de comprar 79 kilos de harina, casi 6 de queso, casi 4 de jamón, 41 latas de tomate y 33 paquetes de aceitunas. Si nos gusta la de palmitos, en cuatro años perdimos 43 sachets de salsa golf y 22 latas de palmitos. Si vemos las bebidas, nos perdimos 180 vasos entre gaseosa y cerveza. Con el helado quedaron los 4 potes en el camino, no nos alcanza ni para uno”, afirma Ariño.

La inflación en los últimos 12 meses alcanzó al 58%

Para David Miazzo, Economista Jefe de FADA el estudio es  “Un análisis obligado al tratar este tema es ver qué pasó con los salarios en estos años, si acompañaron el ritmo de la inflación. Al comparar diciembre 2017 y marzo 2022, vemos que los salarios reales promedio cayeron un 21%”.

Los trabajadores del sector privado registrado perdieron un poder de compra promedio del 17% y el sector público 18%.

Los no registrados un 34%, los más perjudicados. “Esto equivale a decir que si un trabajador informal ganaba $1000 hace cuatro años, hoy gana 660”, completa Ariño.

Sin embargo, hay medidas que pueden tomarse para poder “tratar” la fiebre de la inflación: son 3 y no puede faltar ninguna: reducción de la emisión, equilibrar el gasto público y generar confianza en la economía del país.

El billete de $1.000 es el de mayor valor que tenemos en Argentina, y día a día vamos viendo cómo nos alcanza para menos”, sostiene la economista.

Al evaluar los productos que se necesitan para preparar estas pizzas, descubrimos que con ese billete en diciembre 2017 comprábamos 90 kilos de harina ($11) y hoy sólo 11 ($86). Con el queso sucede lo mismo, comprábamos casi 7 kilos ($148) y ahora apenas 1 ($945). Y las 51 latas de tomate que nos alcanzaban ($19,50) hoy se redujeron a 10 ($99).

Después está decidir los “toppings”, qué le ponemos arriba: si aceitunas, palmitos, salsa golf, jamón, todo eso presenta aumentos considerables en estos últimos años.

El “Chango” y la vestimenta

Al analizar una compra del súper, el mismo changuito con los mismos productos hoy nos cuesta más de 6 veces lo que costaba en 2017: lo que nos salía $1000 en 2017 hoy nos cuesta $6.481. Con la ropa pasa lo mismo: las mismas prendas por $1000 de 2017 hoy salen $6.869.

El Changómetro nos deja ver que la inflación afecta a todo tipo de productos: “Pensemos en estas pizzas con amigos: subieron los ingredientes para la cena, también el servicio de telefonía que usaron para organizarse y los alquileres de los inmuebles. Pasa lo mismo con los útiles escolares, con la obra social, con todo… Porque el problema no es de un sector u otro, el problema es que nuestro peso cada vez vale menos”, explica Miazzo.

Por este motivo, no son efectivas medidas como restringir exportaciones, poner controles de precios, congelar tarifas y precios o buscar culpables de las subas de precios de la lechuga o el huevo, “porque el problema no está en una cadena productiva en particular, o en un empresario malo”, concluye el economista.

Un pronóstico (des)alentador

Con una inflación del 6% en abril, la inflación de los últimos 12 meses es del 58% y se espera al menos un 65% para todo el 2022.

“Este número nos preocupa, no sólo por ser alto, sino también porque se llegó a este punto con un tipo de cambio que viene atrás de la inflación y con tarifas de los servicios públicos y el precio de los combustibles atrasados. Esto significa que hay inflación contenida, que seguirá presionando los próximos meses”, advierte el Economista Jefe de FADA.

“La inflación afecta más a los que menos ingresos tienen. Por un lado, porque gastan una mayor proporción de sus ingresos en necesidades básicas, por lo que no pueden defenderse de la inflación, a diferencia de quien tiene capacidad de ahorro. Y, por otro lado, porque quienes menos ingresos tienen muchas veces trabajan informalmente, por lo que les cuesta más defender sus ingresos contra la inflación”, explica Miazzo.

Una luz al final del túnel

Desde FADA sostienen que se puede hacer algo para “tratar” la fiebre de la inflación. “Los primeros pasos en el largo y duro camino de reducir la inflación son equilibrar el gasto público, dejar de imprimir pesos y crear un plan económico sólido que ayude a generar confianza. Si alguno de estos elementos falta, nunca saldremos del hueco”, advierte Miazzo.

“Mientras que como país no logremos controlar definitivamente la inflación, será muy difícil crecer sostenidamente, generar empleo y lograr que los salarios mejoren de manera genuina”, concluyen desde FADA (Noticias AgroPecuarias)

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