Los cambios en la composición del consumo de carne alteran los ajustes de precios

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Mientras los sectores de menores ingresos reemplazan a los cortes vacunos, los de mayores ingresos convalidan los precios mas altos. El RosGan alerta que por mayor consumo en marzo-abril se producen mayores subas.

ROSARIO (NAP) En lo que va del año, el precio de la hacienda liviana para consumo en en Mercado de Hacienda de Liniers subió 25%, el valor promedio de un novillito liviano de $240 a fin de año al pasar a los $300 actuales. Pero, el mayor ajuste se dio durante el mes de febrero.

En enero, el factor climático fue determinante en la reducción de la oferta de hacienda, primero por las altas temperaturas y posteriormente por las lluvias registradas en una amplia zona ganadera a partir de mediados de mes, indicó Rosgan, el mercado ganadero de la Bolsa de Comercio de Rosario.

Los valores de la hacienda en pie se mantuvieron relativamente estables durante el mes, registrando subas moderadas inferiores al 3% quedando incluso por debajo del 3,9% de inflación de ese mes.

Por su parte, el precio de la carne, tomando como referencia el promedio de cortes relevados por el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina durante la primera quincena del mes siguiente, mostró un aumento del 3,1% mensual. El precio de la carne medido en moneda constante muestra un aumento de 30%.

Los precios de la hacienda iniciaron en febrero una dinámica alcista que, para muchos, se anticipó a la corrección que se esperaba a partir de marzo.

En el transcurso del mes, el precio del gordo liviano aumentó más de un 15%, pasando de $247 a $285 el kilo en cuatro semanas.

Cómo es el consumo hoy

Al  analizar la brecha de precios entre los “cortes más económicos” y los “cortes más caros”, se pueden ver los cambios que están ocurriendo a nivel consumo doméstico.

En los últimos 13 años el nivel de consumo de carne vacuna en Argentina se ha visto fuertemente resentido, pasando de un consumo per cápita cercano a los 70 kg anuales a menos de 50 kilos actuales.

Parte de esta caída se ha canalizado hacia otras carnes más baratas, especialmente la carne de pollo que, en este mismo período vio crecer significativamente su consumo. De los 20kg que perdió la carne vacuna, la carne de pollo absorbió 13kg mientras que el resto se trasladó a un mayor consumo de carne de cerdo.

Este reemplazo de oferta proteica se ha dado de manera más marcada en los sectores de menor poder adquisitivo.

Pero, a su vez, son estos sectores los que han soportado las mayores subas en el precio de la carne. Si analizamos la brecha de precios entre los cortes más económicos y los más caros, vemos una clara reducción hasta inicios de 2020, momento en el cual el nivel de consumo per cápita comienza a estabilizarse o, al menos, a encontrar cierta resistencia a la baja.

A partir de ese año, fuertemente marcado también por la pandemia y los cambios en el consumo hogareño generados a raíz del confinamiento, se observa nuevamente una ampliación de esta brecha de precios. En este sentido, los estratos de consumo con poder adquisitivo más elevado son los que, desde entonces, han estado convalidando las mayores subas en los valores de la carne.

Recordemos que el precio de la carne vacuna, medido en moneda constante, se ubica hoy un 30% por sobre el promedio de los últimos 5 años.

En adelante, la escasez de hacienda que se avizora para los próximos ciclos, sumado a la escalada en el costo de los insumos, añadirá una mayor presión alcista a los valores de venta al público.

En un contexto inflacionario en el cual el poder adquisitivo de los salarios más bajos continúa deteriorándose a un ritmo creciente, resulta altamente probable observar una mayor disociación entre los patrones de consumo de ambos estratos, manteniendo brechas de precios bien diferenciadas(Noticias AgroPecuarias).

 

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