Córdoba: Se redujo la superficie implantada con garbanzos

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La baja en el precio es la principal causa de esta situación, a lo que se adiciona las condiciones de sequía que se sufrieron en los últimos años y las complicaciones sanitarias.

La producción de garbanzos bajo riego es la que mejor anduvo (Foto BCCBA)

CÓRDOBA (NAP) La superficie cubierta con garbanzos alcanzó a 15.400 hectáreas, cifra que representa una reducción del 62%, comparado con la campaña anterior, respecto del ciclo 2020/21.

Sin embargo, a diferencia de otros años los rindes del ciclo 2021/22 se ubicaron  en un promedio de 20,7 q/q, por hectárea, un aumento interanual del 76%, comparado con el ciclo anterior y una producción que alcanzó a las 31.00 toneladas, 22% menos que en el ciclo anterior.

En esta campaña se observó un importante aumento en el rinde interanual, si se tiene en cuenta que en la campaña 2020/21 los resultados fueron muy bajos, afectados por la falta de agua.

Si se compara con el promedio histórico, en esta campaña el crecimiento fue del 10 %, en parte gracias a la alta proporción que recibió aportes mediante el riego.

Con 16,3 qq/ha en secano y 28,2 qq/ha bajo riego el rendimiento promedio ponderado fue de 20,7 qq/ha a nivel provincial.

Rindes

A nivel departamental los mejores rindes se encontraron en Totoral e Ischilín, departamentos donde hubo mayor proporción del cultivo bajo riego.

Con respecto al promedio histórico (2010-2020) la caída es de un 60 %, mientras que si se compara con el área récord de 2018/19 llega hasta el 82 %.

La baja en el precio es la principal causa de esta situación, a lo que se adiciona las condiciones de sequía que se sufrieron en los últimos años y las complicaciones sanitarias.

La mayor parte del área se sembró en los departamentos del norte de la provincia, con algunos lotes puntuales en el centro y noreste. El 36 % de la superficie se realizó bajo riego, lo que explica en parte el aumento observado en los rindes.

Si bien las precipitaciones del otoño no fueron abundantes, debido a la baja superficie y a la alta proporción del cultivo sembrada bajo riego el ritmo de siembra de garbanzo llegó al máximo histórico, finalizando la labor en los primeros días de junio. Durante el ciclo del garbanzo la falta de agua fue la mayor limitante.

La proporción de la oleaginosa cultivada en secano el desarrolló vegetativo se concretó en condiciones de estrés hídrico, con hasta un 30 % de la superficie en un estado general entre regular y malo.

Posteriormente las condiciones climáticas mejoraron, lo que le permitió al cultivo atravesar su periodo crítico en condiciones mayormente buenas, con el buen resultado que pudo observarse en los rendimientos.

En cuanto a otros factores, como las malezas, que afectaron al cultivo, se observaron ataques de mosquita de la soja (Melanagromyza sojae) y la presencia de Rhizoctonia sp. y Fusarium sp, enfermedades típicas del cultivo. Aun así, en ningún caso la severidad fue alta, por lo que no afectaron mayormente los lotes.

En ese sentido se observa una mejora con respecto a campañas anteriores, donde esos factores reductores causaron graves daños a los lotes.

Si bien en algunos departamentos garbanceros las precipitaciones de noviembre fueron superiores al promedio histórico, no dificultaron las labores de cosecha, que pudieron realizarse sin inconvenientes.

Contexto Económico

El precio de exportación a cosecha del garbanzo presentó un incremento del 34% respecto al de la campaña previa, alcanzando USD 800 por tonelada, el más alto de las últimas cuatro campañas.

El aporte económico de la leguminosa en Córdoba, medido por el valor bruto de la producción, fue de USD 25 millones, un 4% superior a la campaña anterior.

Este guarismo fue poco significativo comparado al aumento de los precios del garbanzo, lo que se debe a una caída de la producción que no permitió una recuperación mayor del valor bruto de la producción.

Contexto climático

A nivel general las lluvias estuvieron por encima del promedio histórico (2007-2020) para casi todos los departamentos de la región garbancera. Aun así, estas no fueron constantes a lo largo del ciclo.

Durante los meses del otoño e invierno las precipitaciones fueron muy bajas y causaron estrés hídrico en el cultivo. Posteriormente el garbanzo se vio favorecido por el aporte pluviométrico de la primavera, lo que le permitió obtener buenos rendimientos(Noticias AgroPecuarias).

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