Un frigorífico de Tucumán continúa abasteciendo carne gratuitamente
También se distribuyen repelentes para que se cuiden de posibles contagios de dengue, en tanto se les recomienda asistir con tapabocas y algunos incluso llevan sombrillas para protegerse del sol.
BUENOS AIRES (NAP) En tiempo de crisis, como la que provocó la pandemia de coronavirus, “no hay que pensar en ganar dinero sino en ayudar a los que más lo necesitan”, sostienen los dueños de un frigorífico de Tucumán que lleva regalados 3.500 kilos de carne por semana a las familias con dificultades para llevar comida a sus hogares.
El sábado temprano, como sucede desde hace un mes, vecinos de Las Reducción, Lules, Famaillá y ciudades cercanas ubicadas en la zona suroeste de la provincia se concentraron frente a las instalaciones del frigorífico que pertenece a Miguel Tarascio para retirar las bolsas que contienen la preciada mercadería.
El día de la entrega requiere mucha organización por parte de los dueños del frigorífico ya que fumigan el lugar y ordenan tres hileras de sillas con la distancia recomendada para que las personas esperen sentadas mientras toman un jugo o un café que se les reparte al llegar al lugar.
También se distribuyen repelentes para que se cuiden de posibles contagios de dengue, en tanto se les recomienda asistir con tapabocas y algunos incluso llevan sombrillas para protegerse del sol.
“Son épocas difíciles para cualquier empresa y nosotros no estamos ajenos a esos problemas”, le explicó a Télam Luciana Tarascio, hija del dueño del frigorífico, quien reconoció: “Estamos trabajando a pérdida porque bajó mucho la venta”.
Lo importante es ayudar a superar este duro momento. Luego, cuando esto pase, tendremos toda una vida para recuperar lo material, aseguran sus dueños
El proyecto comenzó a tomar forma durante una charla familiar y, aunque el contador de la firma consideró que no era conveniente desde el punto de vista económico avanzar con la idea, sus propietarios no le hicieron caso: “Este no es un momento para ganar plata sino colaborar con los que lo necesitan”, concluyeron.
La idea es ayudar a la mayor cantidad de personas y por eso crearon un registro que se renueva todas las semanas utilizando un sistema de turnos que se pueden obtener a través de Facebook.
Sin embargo, como no todos tienen acceso a Internet, cinco empleados del frigorífico recorren los barrios más humildes para anotarlos según los lineamientos de prioridades que contemplan la situación social de la familia, además de las presencias de niños y adultos mayores.
“Los animales los compramos y faenamos para la ocasión”, explicó Tarascio, que destacó que “es carne fresca la que entregamos y se reparten más de 3.500 kilos por semana”.
“Cada bolsa contiene cuatro kilos de carne entre costillas, blando para milanesas y otros cortes de utilidad, además de tres kilos de achuras (hígado, mondongo, chinchulines y riñones) que pueden ser utilizadas para diferentes comidas e incluso para preparar un asado”.
Ya se beneficiaron más de 2.500 personas y según a joven empresaria de 19 años “siempre llega alguien pidiendo ayuda casi con desesperación y no podemos dejarlos al margen”.
Antonio Contreras, que es gomero pero no puede trabajar porque “hace varias semanas que no va nadie” al local, retiró la carne y destacó la importancia de la ayuda porque en su casa viven seis personas, dos mayores y cuatro chicos.
Por su parte, Micaela es madre soltera y fue a retirar el alimento para darles de comer a sus dos hijos, mientras que Norma Castro explicó: “En mi casa, somos siete y tratamos de ayudarnos entre todos. Esto lo compartiré con mi hija y tenemos familiares que viven en el campo y nos mandan alimentos que producen en sus granjas”.