En mayo, la molienda de trigo fue la más alta en 10 años

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Subió 7% comparado con mayo de 2018. Se lo atribuye a la imposición de controladores electrónicos.

BUENOS AIRES (NAP). La molienda de trigo para el mercado argentino alcanzó en mayo pasado el volumen más alto de los últimos diez años para ese mes, según un relevo de la Federación Argentina de la Industria Molinera (Faim) y refleja un avance del blanqueo de la actividad tras mayores controles.

En mayo pasado, según la Faim la molienda para el mercado interno se ubicó en 464.855 toneladas y fue así el nivel más elevado en 10 años. En mayo de 2018 la molienda ascendió a 433.784 toneladas. Entre un año y otro para el mismo mes se expandió en 7,16 por ciento. El anterior registro más alto para mayo se había dado en 2012, cuando para ese mes se molieron 452.211 toneladas.

“Sin dudas esto está atado a los nuevos controles de caudal de molienda que puso la Secretaría de Agroindustria a través de la Dirección Nacional de Control Comercial Agropecuario de Marcelo Rossi”, señaló el presidente de la Faim, Diego Cifarelli, en declaraciones a LaNación.com.

Un total de 166 molinos harineros compraron los controladores o cajas negras que siguen el volumen de la molienda y el consumo de energía. De esa cifra, en 144 ya están funcionando, en tanto que una veintena aún no está reportando información y a estos últimos, según trascendió, la cartera de Agroindustria los estaría por intimar.

En el sector harinero se evaden unas 750.0000 toneladas. Se trata de unos 1.300 millones de pesos por año. En tanto, si luego se suma al pan y a otros productos panificados esa cifra se estira a $11.000 millones.

“En abril se colocaron (los equipos para el control de la molienda) y empezó a mejorar (la mercadería blanqueada). En mayo comenzaron a funcionar en gran parte, a transparentarse el eslabón y blanquearse parte de la molienda que no se declaraba”, señaló Cifarelli.

“Sin estar en plenitud, esperando la puesta en marcha masiva, tenemos el mejor mayo en 10 años”, agregó el dirigente. Cifarelli atribuye esto justamente al blanqueo y no a un mayor consumo de harina en el país.

“Esto indica que estamos el camino correcto, es un ingreso adicional para el Estado y es fruto del trabajo público-privado”, remarcó.

Contexto

En Agroindustria una fuente destacó que la informalidad en el sector es “un desastre” tanto en el plano comercial como sanitario.

La semana pasada, esta cartera nacional y el Ministerio de Agroindustria bonaerense inhabilitaron dos molinos en la provincia, en Batán y Lobería. En el de Batán encontraron roedores, felinos y palomas en todo el predio, entre otras falencias. En tanto, el de Lobería tenía faltas de higiene en todo el proceso.

En este contexto, mientras celebran los controles, en la Faim remarcan que el sector apuesta a abrir más mercados con el Estado y a mejorar en competitividad “con costos que no son nuestros”. Esto último, que dijo Cifarelli, es una referencia a las retenciones, donde la harina paga desde el año pasado $3 por dólar exportado. A este sector, además, el Gobierno en 2018 le bajó los reintegros de 3% a 0,75 por ciento. (Noticias AgroPecuarias)

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