El secreto esta en la elección de una buena semilla

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Más allá de la elección de un cultivar ajustado a cada ambiente productivo, los especialistas recomiendan usar terápicos de calidad para no “sembrar enfermedades”.

Se espera este año una mayor inversión del productor en nutrientes para el suelo

BUENOS AIRES (NAP) Las lluvias de fines de abril con fuerte impacto en Zona Núcleo, la región que más sufrió la sequía pasada, reavivan la intención de siembra de los cultivos de fina. Las precipitaciones ayudan a prever una recarga importante del perfil de suelo, y dado que es de esperar que el productor quede algo desfinanciado por la magra cosecha gruesa, los analistas proyectan que en 2018 irá por la revancha con los cultivos de fina.
Otro punto a favor es que, gracias a las políticas oficiales de los dos últimos años, el cultivo de trigo está mucho más tentador. Sin retenciones, se ha convertido en una opción más que interesante. Y si eso fuera poco, las cotizaciones internacionales altas y firmes -superando los 200 dólares por ton-, son un factor más que inclina la balanza al momento de implantar.
El cambio se viene dando desde los últimos dos años. A fines del gobierno anterior se implantaban aproximadamente 2 millones de hectáreas de trigo, al tiempo que en 2017 se superaron los 5,5 millones de hectáreas. Y si se cumplen los pronósticos de agua, la superficie incluso mejoraría a 5,9 millones de hectáreas según las últimas proyecciones y una cosecha estimada en 17,5 Mns de t, según un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), que se conoció la semana pasada.
Por otra parte, habrá posibilidades de financiamiento de empresas y bancos. Finalmente, el agricultor tiene la cabeza seteada en producir, lo que permite anticipar que tanto como arrendatario o como dueño, si tiene 150 o 200 mm en el perfil de suelo, no se va a quedar con las ganas de hacer trigo.
Ahora bien, con la decisión de siembra tomada, el primer paso para tener una buena implantación del cultivo es contar con semilla de calidad y que esté tratada.
“En el caso de cultivos como el trigo y la cebada que son más sensibles, llevan enfermedades desde la semilla. Esto obliga a incluir entre los costos un buen programa de sanidad con terápicos de semilla y sanidad foliar, ya para cuando el cultivo está implantado”, explicó el ingeniero agrónomo Emiliano Meroi, gerente de Fungicidas y Tratamiento de Semillas de FMC.

Para el especialista, “enfermedades como las royas pueden ocasionar una pérdida del 50% del rendimiento o más en el cereal, y hay que prestarles mucha atención porque no sólo dependen de ellas sino de la variedad del cultivar, así como también predispone el ambiente para que se desarrolle la enfermedad”, acotó el especialista.
Meroi recalcó que “dado que muchas de las enfermedades del trigo se propagan por la semilla – entre ellas fusarium, las manchas y los carbones (volador y hediondo); al igual que la mancha en red de la cebada, se aconseja -ante todo- realizar un análisis de patógenos en semilla, o bien recurrir a un muy buen terápico para controlar los escapes de enfermedades”.
Empezar con el pie derecho implica logar la cantidad de plantas deseada por hectárea y libre de enfermedades como manchas, septoriosis o carbones. “Si se siembran lotes de semilla con alta incidencia de enfermedades, se siembran enfermedades”, alertó Meroi. Por eso es muy importante establecer un programa de sanidad en cada región. “Usando productos de calidad uno puede proteger a ese cultivo de enfermedades.
Este laboratorio, ofrece Vincit 5 + Rovral TS para la actual campaña campaña, una mezcla de fungicidas que no sólo trabaja sobre la resistencia de algún hongo, sino que se complementan para manchas, carbones y fusarium, permitiendo controlarlos por encima del 90 o 95%. Es importante la buena impregnación en la semilla, y si bien tienen adhesivos especiales, conviene trabajar en la correcta dilución”, recordó Meroi.
Una vez que se logra un exitoso tratamiento de semillas e implantación del cultivo, el siguiente paso es su sanidad. Para eso “el productor deberá estar preparado para hacer frente a las enfermedades como las viejas manchas y las royas (estriada y anaranjada) que son biotrópficas (requieren material verde para reproducirse) y policíclicas (tiene muchos ciclos de vida durante el ciclo del cultivo) por lo que pueden generar altos niveles de pérdidas de rendimientos, por eso es fundamental el control foliar”, afirmó Meroi
En ese sentido, asegura que la compañía cuenta con Rubric Max, que lanzará este año y que ya ha registrado una excelente performance en los ensayos (Noticas AgroPecuarias)
EB.

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