El Gobierno acelera la búsqueda de dólares del campo en plena tensión global

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En plena tensión comercial entre China y EE.UU., el Gobierno apuesta a la baja de retenciones para acelerar los dólares del campo y mejorar la competitividad frente a los países vecinos.

La reducción sorpresiva de los Derechos de Exportación (DEX) anunciada por el ministro Luis Caputo llega justo cuando el comercio agrícola global atraviesa uno de sus momentos más inestables. La pelea entre China y Estados Unidos viene reconfigurando los flujos de soja y afectando los precios internacionales, y Argentina intenta moverse rápido para no quedar relegada frente a un Brasil que ganó terreno en los últimos años y a un Paraguay y Uruguay que operan con esquemas fiscales más livianos.

Mientras el Gobierno busca asegurar más dólares del agro en 2026, la región da señales claras de apoyo a sus productores. Esta semana, Donald Trump anunció un paquete de US$12.000 millones para sostener a los farmers afectados por la guerra comercial, un gesto que contrasta con la histórica carga impositiva argentina sobre el sector, marcada por retencionesbrecha cambiaria y un esquema tributario que muchas veces frena inversiones.

Pese a que  la baja de DEX es modesta, especialistas aseguran que mejora la competitividad relativa del país frente a sus socios regionales, publicó Agrolatam.

“Una menor presión fiscal impulsa la inversión y fortalece la productividad”, explica Ernesto Ambrosetti, acerca a las economías regionales a los puertos y expande la frontera productiva”.

El mensaje es claro: cualquier alivio tributario puede mover la aguja en un sector que compite con jugadores que no penalizan sus exportaciones.

Mientras el Gobierno busca asegurar más dólares del agro en 2026, la región da señales claras de apoyo a sus productores. Esta semana, Donald Trump anunció un paquete de US$12.000 millones para sostener a los farmers afectados por la guerra comercial, un gesto que contrasta con la histórica carga impositiva argentina sobre el sector, marcada por retencionesbrecha cambiaria y un esquema tributario que muchas veces frena inversiones.

Aunque la baja de DEX es modesta, especialistas aseguran que mejora la competitividad relativa del país frente a sus socios regionales. “Una menor presión fiscal impulsa la inversión y fortalece la productividad”, explica Ernesto Ambrosetti, quien destaca que el agro aporta seis de cada diez dólares que ingresan como divisas y que esta medida “acerca a las economías regionales a los puertos y expande la frontera productiva”. El mensaje es claro: cualquier alivio tributario puede mover la aguja en un sector que compite con jugadores que no penalizan sus exportaciones.

Para el productor Santiago del Solar, la noticia también es positiva porque mejora la capacidad de compra de fertilizantes y maquinaria, aunque advierte un efecto indeseado: al ser un anuncio sorpresivo, puede promover que muchos productores retengan ventas a la espera de nuevas bajas, lo que agrega incertidumbre comercial en un mercado ya volátil.

A ello se suma otro punto de fricción eterno: el diferencial arancelario entre el poroto de soja y los subproductos. Aunque hoy es de apenas 1,5%, sigue siendo motivo de discusión entre quienes piden mejorar el precio del poroto y quienes defienden el agregado de valor industrial.

Los analistas también señalan que la baja de retenciones podría incentivar un aumento del área de soja en detrimento del maíz, justo cuando todavía queda más del 50% de la superficie por sembrar. Con precios inciertos y un clima político muy sensible al humor del agro, cada punto de retención puede cambiar la planificación de la campaña.

En definitiva, la apuesta del Gobierno es reactivar ventas, mejorar el flujo de divisas y dar una señal promercado en un año decisivo. (Noticias AgroPecuarias)

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