Trigo: Alertan por la aparición de enfermedades fúngicas
A nivel mundial la producción de trigo rondará los 770 millones de toneladas. En Argentina, el área sembrada para esta campaña se estima será de entre 5 y 6 millones de h.
(NAP) Con el avance de la siembra del cultivo de trigo y según las condiciones climáticas de cada región, suelen aparecer ciertas enfermedades como las royas, que suelen atacar a las hojas y en algunos casos los tallos, con daños que pueden generar pérdidas muy significativas en los rindes.
Las enfermedades foliares más difundidas durante los últimos años son: mancha amarilla (Dreschlera tritici-repentis), septoriosis de la hoja y las royas.
El manejo anti-resistencia en el uso de fungicidas para el trigo y la cebada implica una combinación de prácticas cuidadosas, como la rotación de grupos químicos, el seguimiento de las recomendaciones de aplicación y el monitoreo constante de los cultivos.
La colaboración entre agricultores, asesores agrícolas y entidades de investigación es esencial para garantizar un manejo sostenible y efectivo de las enfermedades fúngicas en estos cultivos fundamentales.
Los especialistas observan que Lo que en los últimos años hay un aumento en la intensidad de las royas que afectan el rendimiento.
Entre las más frecuentes aparecen la roya anaranjada o de la hoja, causada por Puccinia triticina Eriks. (Pt); la roya amarilla o estriada en segundo terminó y en tercer lugar la roya negra del tallo, que, si bien la vemos con menos frecuencia, cuando aparece es una enfermedad muy dañina ya que suele ser explosiva y genera un gran daño al cultivo de trigo.
De acuerdo con datos de la Bolsa de CErales de Buenos Aires, se estima que la superficie asignada al cultivo de trigo oscilará entre los 5 y los millones de hectáreas.
Las royas son enfermedades importantes por su amplia distribución geográfica, la capacidad de generar nuevas razas que afectan a variedades previamente conocidas como resistentes y la habilidad de dispersarse a largas distancias y desarrollar epifitias cuando ocurren condiciones ambientales.
Desde SUMITOMO CHEMICAL, con el fin de proporcionar soluciones efectivas y sustentables, la compañía desarrollo una serie de nuevas alternativas durante los 10 últimos años, que hoy se encuentra lanzando al mercado.
Este es el caso del lanzamiento de un innovador fungicida de la familia de las carboxamidas: INDIFLINTM . Esta nueva molécula desarrollada en varios cultivos para múltiples enfermedades y en diferentes combinaciones, es parte de una nueva generación de productos que aportan valor al control de las principales dolencias del productor agropecuario.
En esta campaña la compañía presenta en el mercado comercial ExcaliaTM Max, una mezcla lista para usar que combina la tecnología INDIFLINTM con un triazol para el control de las principales enfermedades en el cultivo de trigo..
Algunas de las principales ventajas de este producto, es su alta especificidad para el control de royas, y un excelente complemento para el control de enfermedades en general.
ExcaliaTM Max posee una rápida actividad sistémica y translaminar, superior a otras carboxamidas por lo que logra una protección completa y veloz de las hojas. Esto se traduce en una mayor protección durante el período crítico de definición del rendimiento, momento en el que se producen los carbohidratos que aportan al llenado de granos y por ende al rendimiento.
En las últimas 3 campañas la compañía realizó más de 100 ensayos de desarrollo comercial a campo, obteniendo en promedio un plus de rendimiento de 700 kg respecto del testigo como respuesta al tratamiento con ExcaliaTM Max. ExcaliaTM Max puede ser aplicado tanto de forma preventiva como curativa, respetando siempre los umbrales de daño económico.
La tecnología INDIFLINTM se encuentra es desarrollada y registrada en otras combinaciones con estrobilurinas y triazoles para otros cultivos y usos, tal es el caso de ExcaliaTM Xpert, compuesto por una triple mezcla para el control de enfermedades de fin de ciclo en el cultivo de soja.
Las diferentes familias de moléculas fungicidas representan una herramienta valiosa en la protección contra enfermedades, actuando como agentes preventivos y curativos. Debemos ser cuidados en su elección y rotar modos de acción para evitar la selección de individuos tolerantes o resistentes en el largo plazo.
Los principales patógenos de trigo tienen como hospedante la semilla y los rastrojos. Es importante cuidar la sanidad desde la elección de la semilla, el tratamiento sanitario de las mismas, las variedades, fecha de siembra, etc.
Clasificación y modo de acción de las familias de moléculas fungicidas:
Los fungicidas de mayor difusión para el control de las royas y las manchas en trigo son los triazoles, estrobilurinas y carboxamidas. Los triazoles actúan como inhibidores de la biosíntesis de ergosterol, lo cual afecta la permeabilidad de las membranas celulares del hongo patógeno, determinando la muerte del patógeno. Son productos que actual de manera sistémica, penetrando rápidamente los tejidos jóvenes y comportándose de manera curativa.
Por otro lado, las carboxamidas y estrobilurinas actúan sobre la inhibición de la respiración, aunque en sitios distintos. También son productos sistémicos y actúan tanto de manera curativa, como preventiva en estadios tempranos del establecimiento del hospedante (hongo). Las estrobilurinas, comparativamente son de las 3 familias las que han demostrado una mayor capacidad de generar resistencias.
El uso adecuado y estratégico de las diversas familias de moléculas fungicidas ha demostrado tener un impacto positivo n la productividad del cultivo de Trigo.
Al proteger las plantas contra enfermedades, estos fungicidas contribuyen a minimizar pérdidas en rendimiento y calidad de los granos, lo que se traduce en cosechas más abundantes y de mejor calidad (Noticias AgroPecuarias)
