El Gobierno actualizó el valor de la harina en el marco del polémico Feta

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Puso un aumento de  7,9% en el valor de referencia para la harina 000. Insite en el argumento de que es una medida para frenar la suba del precio del pan.

(NAP)  El Gobierno argentino convalidó un aumento del 7,9% en el precio de referencia de la harina común 000 a la salida de molino, en el marco del polémico fideicomiso triguero que tiene como objetivo acotar la suba de los productos panificados.

Lo hizo a través de la Resolución 1327/2023 de la Secretaría de Comercio publicada hoy en el Boletín Oficial, en el marco del Fondo Estabilizador del Trigo Argentino (FETA).

Ahora el valor de la harina 000 pasó a $2.471 para las bolsas de 25 kilogramos y en $96.986,75 en el caso de la tonelada, tomando como referencia un precio del trigo de $52.109,91 la tonelada. Este aumento se suma al que ya se había otorgado en julio en un 6,91%.

Las subas tienen en cuenta como referencia las variaciones del precio FAS del trigo en un 40%, la de la inflación mayorista en un 30% y la de los salarios en el otro 30%.

Desde marzo, se decidió compensar la bolsa de la harina 000, eliminándolo para la 0000 común.

Los precios en todas las variedades son sin impuestos, a la salida del molino y sin costos de entrega y a ellos se les deben incorporar los siguientes costos logísticos por región: Ciudad y Provincia de Buenos Aires, 3,50%; Centro, Cuyo y Litoral, 5,50%; NEA y NOA, 7% y Patagonia, 10,5%.

De acuerdo a los considerandos, el ajuste es “consecuente con la evolución del resto de los componentes del costo de los productos derivados de la harina de trigo”.

En los primeros siete meses del año, se autorizó un incremento acumulado del 55,2% para el fondo y del 90,1% si se lo compara a los valores de agosto de 2022.

El precio del kilo de pan tiene un piso de $750/$800 en zonas más alejadas de los centros urbanos más poblados y trepa hasta $1.000 en los barrios con mayor poder adquisitivo.

El Feta, que fue creado en marzo de 2022 y se conforma con 1,3% de lo recaudado por retenciones a derivados de la soja, es criticado tanto por el sector de la producción de trigo como de los molinos pymes, al considerar que genera distorsiones en la cadena, favorece a unas pocas empresas y no logra los objetivos planteados de controlar los valores del pan. (Noticias AgroPecuarias)

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