‘Cegro Inta’ una variedad con características culinarias superiores

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Un poroto con mejor caldo en la cocción. Además rinde más que las variedades que se cultivan en la actualidad y es resistente a las lluvias, las sequías y los cambios extremos de temperatura.

(NAP) El Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria de Salta creó una variedad de poroto negro con características culinarias superiores al tradicional. Fue denominada “Cegro Inta” y obtuvo resultados sobresalientes en cuanto a su densidad, la cantidad de sedimento y el color del caldo que deja en el agua.

Además, los estudios realizados por especialistas del Inta Salta apuntaron que la densidad, la cantidad de sedimento y el color del caldo son valores que se destacan en la cocción en comparación con otras variedades de porotos. “Una fuente de proteína vegetal con la calidad que requieren los mercados internacionales”, dijo el Inta.

La variedad fue creada en el marco del Programa nacional de mejoramiento genético de porotos. Marcela Fili, investigadora de Inta Salta, detalló aque “a las variedades generadas por el grupo de Mejoramiento Genético se les mide el comportamiento frente a remojo y cocción. Una vez cocido, además de medir parámetros de dureza y de integridad del grano, se analiza el color del caldo y cuánto sedimento liberó. Esta etapa del proceso está directamente relacionada con el aspecto de calidad que requieren mercados internacionales, debido a la posibilidad de exportación del Cegro Inta a otras partes del mundo.

La densidad, cantidad de sedimento y el color del caldo, valores que en la investigación dieron muy superiores a otras variedades de poroto negro, son las características que hacen a su calidad de cocción. En este sentido, Fili señaló: “La variedad Cegro INTA es una muy buena opción para sembrar en el campo, ya que seguro que el consumidor que la reciba estará conforme con la posibilidad de generar este caldo color chocolate y bastante espeso”.

En el caso de los porotos negros, se buscan características de viscosidad en el caldo de cocción, la liberación de almidón que le aporta textura espesa al caldo. En un poroto alubia o en un poroto de tipo comercial blanco se espera que el grano permanezca integro, que libere poco almidón; que, frente a un proceso de cocción, se mantenga firme y que no se rompa.

El comportamiento frente a cocción de esta nueva variedad es muy interesante ya que libera mucho almidón al momento de la cocción, dicho caldo es marrón, lo que genera una textura y color buscados para quienes acostumbran a consumirlos con arroz.

“Las legumbres, desde el punto de vista de su aporte nutricional, son una excelente fuente de proteína vegetal, por tanto, para mejorar su valor biológico, necesitan ser complementadas con cereales. Las proteínas vegetales, carecen o tienen en menor proporción, de uno o más aminoácidos esenciales”. destacó Fili.

Al asociar legumbres y cereales en nuestra alimentación, se mejora el balance de aminoácidos, componentes básicos de la proteína y se aproxima a una proteína de referencia, como la leche, el queso, el huevo o la carne. Por esto, “los porotos son aptos para personas con intolerancia al gluten, por lo tanto, en la mezcla con los cereales hay que contemplar aquellos que están permitidos; es decir deberíamos buscar mezclas con arroz, con maíz y, en nuestra región en particular, con quínoa o kiwicha, nuestros cereales andinos sin TACC”, agrego la especialista del Inta.

En esta línea, Ana Fekete —investigadora en Mejoramiento Genético de Legumbres Secas del Inta Salta— subrayó: “El objetivo del Programa de mejoramiento es que las nuevas variedades de poroto que salen al mercado superen a las existentes en rendimiento, en tolerancia a estrés biótico y abiótico y que estén adaptadas a las nuevas demandas del mercado, a situaciones climáticas cambiantes, entre otros factores”.

La mayor superficie de poroto cultivada en el país se encuentra en la provincia de Salta, como así también en el resto del noroeste argentino, con aproximadamente 500 mil hectáreas.

Maria Elisa Maggio —investigadora en Mejoramiento Genético de Legumbres Secas del INTA Salta— explicó que Cegro INTA tiene un rendimiento de 2.100 kilos por hectárea. “Es un poroto que tiene muy buena aptitud para trilla directa, por su altura de inserción de la primera vaina (aproximadamente 20 cm) y por su porte erecto”, indicó y agregó: “Presenta un gramaje de 24,5 (peso de 100 semillas) y su característica fundamental es que la cantidad de caldo de cocción es alto, duplica a los testigos en esta calidad”.

 

“Tenemos un programa de mejoramiento que tiene más de 30 años y lo que se hace es buscar plantas que tengan características superiores para ciertos aspectos que necesita el cultivo como la producción, el rendimiento y la calidad poscosecha”, señaló María Elisa Maggio, investigadora en Mejoramiento Genético de Legumbres Secas del Inta.

Con esta variedad, el Inta apunta a un mayor rendimiento que los que se utilizan en la actualidad y que se adapte tanto a las nuevas demandas del mercado como a las condiciones climáticas cada vez más extremas como las lluvias, las sequías, las altas y las bajas temperaturas.

A partir de esas plantas superiores se obtienen ejemplares descendientes que se autofecundan hasta formar una familia con la misma composición genética, un proceso que dura entre cinco y seis años. Recién en ese momento se puede evaluar en los distintos lugares de cultivo cuáles especies son más estables, cuáles tienen mejor adaptación y cómo se comportan ante enfermedades. Hasta elegir la mejor opción y registrarla, el trabajo puede llevar 15 años.

“Lo que se hace en el mejoramiento es obtener nuevos materiales más adaptados a las condiciones climáticas que son cambiantes. No es lo mismo una variedad que se sigue sembrando pero que ya tiene 20 años de su creación a una nueva que ha sido expuesta a las condiciones actuales”, cuenta Maggio.

Argentina es uno de los países que menos consumo de legumbres tiene a nivel mundial. Mientras que el promedio global es de ocho kilos per cápita por año, el país oscila entre 250 y 800 gramos. Es decir que se come entre 90 y 95 por ciento menos si se compara con los datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura.

“Como en nuestro país se consumen muy poco por una cuestión de hábito, entonces tenemos que mirar las preferencias de los consumidores de otros lugares. Sin embargo, fomentar su consumo interno es muy importante. Más allá de que este poroto se adapta a una demanda en el exterior, somos capaces de producir alimentos de excelente calidad para nuestro propio consumo interno”, destaca Marcela Fili, investigadora del INTA Salta.

En este sentido, el 95 por ciento de los porotos que se producen en el país son exportados a Brasil, Centroamérica, Europa y parte de Asia. Según el Consejo Agroindustrial Argentino, se exportaron 174 mil toneladas de legumbres en el primer cuatrimestre del año por un valor de 123 millones de dólares, lo que significó un crecimiento del 25 por ciento con respecto a 2022.

“La producción de poroto en la provincia de Salta es muy importante y es nuestra principal fuente de ingresos. La mayoría de lo que se produce se exporta y en el caso del poroto negro hablamos de 200 mil hectáreas aproximadamente”, destaca Fili.

Por otro lado, la disponibilidad de nuevas variedades de semillas superiores a las existentes permite generar convenios con empresas que las producen a nivel comercial y obtener regalías correspondientes a la propiedad intelectual para que el INTA pueda seguir trabajando a través de estos ingresos y amplíe sus investigaciones.

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