Los ganaderos del Neolítico ya modificaban los ciclos de reproducción de las ovejas

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Así lo revela un estudio realizado por investigadores de la Universidad Autónoma de Barcelona.

La Cueva de Chaves, en Huesca es uno de los yamientos más ricos en materia de restos encontrados del Neolitico

BUENOS AIRES (NAP) El estudio de los restos de animales encontrados en el yacimiento de la cueva de Chaves (Huesca), liderado por la Universidad Autónoma de Barcelona, permitió obtener datos inéditos sobre el control reproductivo y alimentario de los primeros rebaños de ovejas domésticas en el occidente mediterráneo.

Una investigación revela, por vez primera y de forma integrada, cómo se alimentaban y reproducían los primeros rebaños de ovejas domésticas en la península ibérica.

Los resultados de este trabajo, coordinado por la UAB, constituyen el primer referente sobre la modificación de los ritmos estacionales de reproducción de las ovejas con la finalidad de adaptarlas a las necesidades humanas, consigna el estudio publicado por la agencia de noticias SINC.

El proyecto integra aproximaciones técnicas basadas en los análisis de isótopos estables y del microdesgaste dentario de restos de fauna arqueológicos de más de 7500 años de antigüedad, recuperados en el yacimiento neolítico de la cueva de Chaves (Huesca), ubicada en la zona del Pirineo central.

La investigación cuenta también con la participación de investigadores de la Universidad de Zaragoza, del Museo de Historia Natural de París y del Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social (IPHES).

La alteración de los ritmos estacionales de reproducción del ganado supuso un gran hito para las sociedades prehistóricas, al posibilitar la obtención de carne y leche durante todo el año.

Este aspecto que tuvo importantes implicaciones en la alimentación, la economía y la organización social de las primeras comunidades agrícolas. Sentó las bases de las estrategias ganaderas que han perdurado hasta la actualidad.

“Hasta hace relativamente poco tiempo se caracterizaba a la ganadería neolítica como de incipiente, si bien las nuevas posibilidades analíticas basadas en la biogeoquímica que se han aplicado en este trabajo han permitido contrastar la práctica de estrategias ganaderas plenamente consolidadas ya desde los momentos iniciales del Neolítico”, comenta Maria Saña, profesora del departamento de Prehistoria de la UAB y coordinadora del proyecto que publica la revista Journal Archaeological Science: Reports.

La oveja es una especie que no se domesticó de forma autóctona en la península ibérica. Su agriotipo, Ovis orientalis, se localiza en la zona del Levante oriental.

Las presiones selectivas aplicadas sobre la especie, ahora artificiales, perseguían objetivos concretos y estaban bien definidas de antemano.

“Lo sorprendente es la velocidad con la que se integra a la estrategia ganadera y su gran importancia económica en los primeros momentos del Neolítico. Se trata de una adopción rápida y exitosa, hecho que demuestra que los mecanismos de adaptación tanto al nuevo ambiente como a su nueva función económica eran bien conocidos y controlados por parte de las comunidades humanas”, dice Alejandro Sierra, investigador de la UAB y de la Universidad de Zaragoza, primer autor del artículo.

Las presiones selectivas aplicadas sobre la especie, ahora artificiales, perseguían objetivos concretos y estaban bien definidas de antemano. Estas nuevas evidencias implican un punto de inflexión importante en la investigación sobre la domesticación animal y los orígenes de la ganadería.

“Esto ha sido posible gracias al nuevo enfoque seguido en este trabajo, centrado en explorar los cambios en los regímenes reproductivos y alimentarios de estos primeros rebaños”, añade Sierra.

La investigación se ha centrado en el estudio de la gestión ganadera de las ovejas de la cueva neolítica de Chaves en el Prepirineo aragonés.

“Un yacimiento espectacular por la calidad y número de restos recuperados. En la fauna de los niveles neolíticos sus 12.754 restos reconocibles, triplican como mínimo a los encontrados en otros yacimientos neolíticos de la Península, con ovejas y cabras domésticas como especies más numerosas”, afirma Pilar Utrilla, catedrática de la Universidad de Zaragoza y directora de las intervenciones arqueológicas (Noticias AgroPecuarias).

 

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