Economías regionales: El cultivo del arroz en situación difícil

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Entre Ríos este año tiene la menor superficie implantada con el cereal en los últimos 25 años.

En la actual campaña, Entre Ríos tiene la menor superficie implantada.

BUENOS AIRES (NAP) Mientras la cosecha de arroz avanza en Entre Ríos, con  más de 16.000 hectáreas cosechadas de las 54.200 implantadas en el ciclo 2019/2020, la Confederación Intercooperativa Agropecuaria (Coninagro) reveló que el arroz es la producción que atraviesa la crisis más grave de las 19 economías regionales que analiza la entidad.

El denominado Semáforo de las Economías Regionales, que elabora mensualmente el Área de Economía de Coninagro, es un relevamiento que permite conocer la marcha de producciones clave en las provincias argentinas, tal el caso del arroz en Entre Ríos.

El sector arrocero “atraviesa una crisis debido a que sus indicadores están en caída desde hace doce meses”, remarca el relevamiento de Coninagro, consignó el portal de noticias “Dos Florines”.

La realidad, sin embargo, según especialistas del sector, es mucho más grave. “Se acabó el arroz”.

La superficie cubierta con arroz alcanza en entre Ríos a 54.000 hectáreas. LA capacidad industrial instalada puede procesar hasta 1,6 millones de toneladas de arroz

Jorge Paoloni, histórico referente del sector arrocero y ex presidente de la Federación de Entidades Arroceras (Fedenar), recordó que desde “hace ocho años vengo anticipando el problema del arroz” en todas las mesas arroceras de las que ha participado. “A (el ex presidente Mauricio) Macri en su momento, a (el gobernador Gustavo) Bordet, les vengo diciendo ‘se acabó el arroz’”.

La provincia más afectada, remarcó Paoloni, es Entre Ríos que “este año tiene el área sembrada más baja de los últimos 25 años”; es decir “logramos que la provincia tenga la menor cantidad de superficie implantada de toda su historia”.

Para el ex presidente de Fedenar, el factor principal de la caída del área en Entre Ríos “fue Enersa”, por el alto costo de la energía eléctrica, a tal punto que de los 350/400 pozos de los que se extraía el agua para el riego con motores eléctricos han quedado entre 80 y 100. “Con el cargo fijo más el costo de la energía todo el mundo se fue borrando, el que pudo sacar agua con motores diesel regó algo, pero igual cayó la superficie”, se lamentó Paoloni.

“Con 54 mil hectáreas sembradas en Entre Ríos qué se va a hacer con la capacidad industrial instalada de 1.600.000 toneladas si la producción andará entre las 350.000 y 400.000 toneladas”, se preguntó.

En Corrientes, añadió, “quedaron 80 productores, de los cuales cinco tienen el 80% del área arrocera –que son las empresas más grandes–; en Santa Fe se sembraron 29.000 hectáreas, de ellas 11.000 son de Adecoagro, y el resto, de productores chiquitos; en Chaco quedó uno solo y en Formosa también uno solo”, describió.

Estos números, según la mirada de Paoloni, son la consecuencia inevitable de “las malas políticas nacionales y de las malas políticas provinciales” y “nadie escuchó las alertas que vino dando tanto el sector productivo como el industrial” sobre la situación de crisis. “Quedaron los flecos del arroz y ahora va a ser muy difícil levantarlo porque se trata de un cultivo cuyo costo de producción se ubica entre 1.600 y 1.800 dólares por hectárea”, enfatizó.

Cítricos, forestación y avicultura.

El Semáforo de Economías Regionales, asimismo, hace alusión a otras tres producciones regionales de Entre Ríos.

“Signos de advertencia presentan los cítricos dulces, con un repunte estacional de precios y exportaciones, y la actividad forestal que, si bien presenta precios atrasados, tuvo una mejora en la dimensión de las exportaciones”, señala el relevamiento.

Mientras, el sector que muestra “clara prosperidad”, agrega Coninagro, es el aviar “con precios que repuntan y exportaciones en alza que rondan una mejora del 43% interanual”.

El resto.

También tienen signos de crisis el algodón, que presenta baja en el precio y las exportaciones; las peras y manzanas, por mostrar un empeoramiento de precios mayoristas y por haber finalizado la cosecha con menos exportaciones, y el tabaco que, a pesar de tener mejores estimaciones en términos productivos, sufrió por el granizo en Salta.

Por último, el vino y mosto, según el Semáforo, mostraron una recomposición ya que su precio subió en enero y febrero, creciendo así un 27 % internanual, pero no llegó a cubrir los coletazos de la inflación, que trepó al 50%.

En el caso de las hortalizas, si bien hubo una mejora temporal en los precios hay incertidumbre respecto del consumo. Por su parte, en el sector de la lechería hay desconcierto porque los precios van a la par de la inflación y decrecieron las exportaciones.

Mientras, en la mandioca hay signos de advertencia porque los precios decrecen y los costos van en alza, en tanto que el maní presenta la menor superficie sembrada que se haya registrado en las últimas cuatro campañas.

Por último, en el caso de la miel, las exportaciones siguen en baja, en tanto que en el sector ovino las exportaciones están estancadas mientras el productor tiene sus costos en aumento.

En crecimiento.

Las producciones que presentan síntomas de crecimiento en general son los de carne bovina, además de los granos que si bien sus precios caen en pesos, el rendimiento es muy variable de acuerdo al clima.

En este apartado, para Coninagro, la buena noticia es para el sector de la papa, que presenta un repunte de precios en los últimos dos meses. Por su parte, el sector porcino muestra buenos índices productivos y de comercio, en tanto que la yerba mate tiene sus indicadores en alza ((Noticias AgroPecuarias)).

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