La ‘chinche de los cuernos’ también ataca al maíz
Hasta hace algunos años era sólo una plaga para la soja. Un estudio de la Fauba indagó cómo el insecto pasó al cereal y qué interacciones ocurren en el ataque.
BUENOS AIRES (NAP). Tanto en la Argentina como en Brasil, Uruguay y Paraguay se conoce a la Dichelops furcatus porque provoca pérdidas de rendimiento en la soja. Hoy, los productores están preocupados porque los ataques de ‘la chinche de los cuernos’ están aumentando sensiblemente en el maíz.
En este marco, un estudio de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires (Fauba) indagó de qué manera el insecto elige las plántulas de maíz para alimentarse. Los investigadores determinaron que la chinche es capaz de diferenciar distintos híbridos comerciales y qué interacciones se desencadenan tras el ataque.
“Hasta hace algunos años se nombraba a la chinche de los cuernos -Dichelops furcatus- como una plaga de la soja, principalmente. Pero en la última década, su población creció mucho y empezó a dañar de forma significativa las plantas jóvenes de maíz. Este insecto es nativo de la Argentina y también representa un problema en el sur de Brasil, donde se produce soja y maíz bajo siembra directa, como en nuestro país”, explicó Jorge Zavala, docente de la cátedra de Bioquímica e investigador del instituto INBA (Conicet-UBA).
“Los ataques están muy relacionados con la rotación de cultivos.El alimento favorito de las chinches son los granos de soja, de los cuales obtienen numerosos nutrientes. Durante el ciclo de este cultivo pueden desarrollar hasta tres generaciones. Luego de la cosecha, los insectos se esconden en los restos vegetales que deja la siembra directa y así logran resguardarse del contacto directo con los insecticidas. Apenas sube la temperatura, salen con hambre y si encuentran plántulas de maíz, las pican”, señaló Vanesa Jacobi, docente de la cátedra de Genética de la Fauba y también investigadora del instituto INBA.
En este marco, los investigadores estudiaron el comportamiento y las preferencias de la plaga, y cómo interactúa con el cultivo de maíz. “Observamos que la chinche ataca al cultivo no sólo porque es lo primero que encuentra, sino porque lo reconoce y lo elige. Además, nuestros resultados indican que D. furcatus es capaz de diferenciar entre híbridos comerciales de maíz, y que lo hace a través de los distintos compuestos volátiles u ?olores’ que emite cada material vegetal”, resaltó Vanesa.
Cómo defenderse
Jacobi indicó que los insectos que se alimentan de biomasa vegetal -o fitófagos- reconocen las plantas por medio de una combinación de estímulos sensoriales y se refirió al caso que estudió: “Los compuestos volátiles son comunes en muchas plantas. Cada una posee combinaciones y concentraciones particulares. Nosotros registramos que cada híbrido de maíz emite diferentes volátiles y que la chinche los distingue. Cuando comparamos dos genéticas, una ?tropical’ y otra ?templada’, el 80% de D. furcatus optó por alimentarse de los maíces adaptados a climas templados”.
“Cuando un herbívoro ataca una planta, sus volátiles cambian. A su vez, las plantas de alrededor perciben esa modificación como una advertencia y preparan sus defensas para evitar el daño”, explicó Zavala, y agregó que analizaron cómo el ataque de la chinche provocó la variación tanto de los ‘aromas’ de los maíces como de sus defensas. “Detectamos que el híbrido templado tenía menores defensas que el tropical, pero que aumentaron mucho tras la picadura. Es interesante entender la cadena de reacciones que se dispara cuando D. furcatus pica. Para pensar cómo combatir la plaga, hay que comprender los procesos que están involucrados en la interacción insecto-cultivo”.
El investigador dijo al sitio de divulgación Sobre la Tierra que hoy en día no se puede controlar a la plaga de forma sencilla debido a la escasa efectividad de los insecticidas. “Por ese motivo, para planificar estrategias contra D. furcatus también estudiamos cómo se comporta y de qué se alimenta en los lotes”. (Noticias AgroPecuarias)