La superpoblación de jabalíes amenaza la producción porcina española

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Está ocurriendo en la provincia de Navarra, en el noreste. La alta densidad incrementa el riesgo de un difícil control de la peste porcina africana. El rol de los cazadores.

BUENOS AIRES (NAP). El jabalí experimenta en la provincia española de Navarra un auge en términos de población, debido a la unión de diversas casuísticas, muchas de ellas derivadas de la acción del hombre.

A su elevada capacidad de reproducción se unen la falta de depredadores, los cambios en el hábitat y su alimentación omnívora, que se aprovecha de la actividad humana.

Su alto número de ejemplares conlleva peligros que buena parte de la población desconoce, ya que a los siniestros en las carreteras y a su presencia en entornos urbanos hay que añadir los daños agrícolas y la transmisión de enfermedades, sobre todo cuando interaccionan con la cabaña ganadera.

Aquí entra la acción de los cazadores, cuya labor cinegética hace frente a la situación, aunque en Navarra, pese a su cometido, la tasa de natalidad sigue muy por encima de la de mortalidad.

El papel de los cazadores

Quedan aspectos que mejorar para evitar esta expansión, como una adecuada gestión del hábitat, monitorizar las poblaciones o aumentar la extracción de ejemplares de todas las edades. Pero también se estima necesario que este colectivo (los cazadores) cuente con un respaldo social.

Así lo reclama el ingeniero forestal Aitor Merino, asesor técnico de la Federación Navarra de Caza (FNC), cuando afirma que la concienciación social es el siguiente caballo de batalla: “La población urbana no es consciente de los problemas del medio rural y, sin embargo, existen sectores animalistas que intentan influenciar con mensajes populistas que carecen del más mínimo fundamento técnico de gestión”.

Al describir la situación, Merino asegura que el cazador está cada vez más formado, al igual que también se estrecha la colaboración entre los agentes implicados. Argumentó que “lo que surgió como una afición, en algunos casos se está convirtiendo en obligación”. Por ello, solicitan al Gobierno que impulse medidas para apoyar esta actividad fundamental en el cuidado del medio ambiente.

“Los cazadores tenemos que trabajar en la comunicación de nuestras acciones y nuestra labor en la naturaleza, para conseguir que la sociedad vea la caza como lo que es, algo positivo para la conservación del medio ambiente. Ese es el papel que debería asimilar el cazador, el de conservador del medio natural”, subrayó.

Su razonamiento persigue atajar un problema al que el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación pone cifras. “En 2017, en España se cazaron más de 400.000 jabalíes, pero sigue sin ser suficiente para controlar la especie”, se indicó en el primer foro Enfermedades de la fauna silvestre, organizado por el ministerio, la Real Federación Española de Caza y la Fundación Artemisan.

La cuestión económica

El objetivo no es que cunda la alarma, pero sí lanzar una voz de alerta acerca de los peligros de la superpoblación de especies como el jabalí, sobre todo en la transmisión de enfermedades que, aunque no afecten a la salud del ser humano, sí que resultan terriblemente dañinas para la economía de ciertos sectores.

En este caso, la mayor amenaza se llama peste porcina africana, cuya entrada en Navarra sería fatal para la industria de la exportación de productos derivados del cerdo. Merino hace hincapié en esta pandemia, contra la que Europa -diez países de la UE se encuentran afectados- está dedicando esfuerzos para limitar su expansión.

“El sector porcino ve avecinarse un grave problema, y para su solución tenemos que trabajar juntos cazadores, Administración y productores, ya que los objetivos son comunes”, explicó Moreno, y destacó que “se trata de un problema de salud pública, y la sanidad es cuestión de todos”. (Noticias AgroPecuarias)

 

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