El primer almacén para emprendedores familiares

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La iniciativa se puso en marcha en el Mercado de Rosario, se trata de dos locales que suman 80 metros cuadrados

BUENOS AIRES (NAP) Con el apoyo de la Fundación ArgenINTA y de INTEA S A, se inauguró un espacio para comercializar alimentos elaborados por productores de pequeña y mediana escala. En la apertura estuvieron Miguel Lifschitz –gobernador de Santa Fe–, Amadeo Nicora y Héctor Espina –presidente y director nacional del instituto–.
Conocido como “Alma Rural, el almacén del INTA”, este nuevo espacio de comercialización –creado por el instituto, con la participación de la Fundación ArgenINTA y de INTEA S. A.– tiene adjudicado los locales 17 y 18, ambos de 80 metros cuadrados, en el Mercado del Patio de Rosario, Santa Fe. La iniciativa, primera en su tipo en la Argentina, busca achicar el recorrido que hacen los alimentos del campo a la mesa y pone a disposición del público productos con agregado de valor, elaborados de manera artesanal por emprendedores de pequeña y mediana escala que reciben asesoramiento técnico.
La apertura fue encabezada por Miguel Lifschitz –gobernador de Santa Fe–, Amadeo Nicora y Héctor Espina –presidente y director nacional del instituto, respectivamente–.
Para Lifschitz, el espacio inaugurado “es un gran centro gastronómico con 40 puestos” que se dedica a la venta de productos regionales con valor agregado. “Todos los stands están en manos de pequeños productores, pequeños artesanos, pequeñas empresas y productores de alimentos de la provincia de Santa Fe”, detalló.
En este sentido, destacó también el impacto para los consumidores. “La idea es ofrecer productos de primera calidad, muy diversificados y orgánicos, a precios mucho más económicos que un supermercado. Al mismo tiempo, “está pensado como un lugar para el encuentro, el turismo y la familia”, expresó el gobernador.
Además, Lifschitz resaltó la articulación con el INTA y con otras entidades que posibilitaron la ejecución del proyecto que “seguramente se convertirá en un centro de convocatoria y de atracción para la ciudad y para la región”. “Estamos muy contentos, ya que gracias al apoyo del INTA, de la FAA, de Agricultores Federados y de muchas cooperativas, hoy es exponer toda la diversidad productiva que tiene la provincia de Santa Fe”.
En tanto, Nicora consideró estratégico el trabajo en nuevas modalidades de venta, debido que a la comercialización permite “cerrar circuitos y potenciar las producciones”. En esta línea, remarcó que “el almacén del INTA constituye una innovación organizacional que será un verdadero laboratorio en el proceso de perfeccionamiento de la actividad productiva”.
Por su parte, Espina señaló que “el espacio tiene mucho de emoción, no solamente por el trabajo de los productores, sino por el trabajo interinstitucional que implica”. Así, destacó la articulación con el municipio, el gobierno de la provincia, los productores y las asociaciones, entre muchos otros actores.
Para Espina, el local del INTA “es un espacio que permitirá mejorar día a día la comercialización de los productos elaborados por pequeños agricultores y cooperativas de todo el país, para que ganen espacio en un mercado muy europeo, en el sentido de que debería haber un mercado de este tipo en cada pueblo”.
De acuerdo con Hugo García, director ejecutivo de la Fundación ArgenINTA, el espacio inaugurado es un “mercado de cadena corta que reduce el costo de la intermediación y le permite a productores y organizaciones de productores la comercialización directa al consumidor”. De esta manera, “se logra un punto de venta permanente que incrementa los ingresos de los productores santafesinos y, a su vez, beneficia al consumidor al acceder a alimentos frescos, de calidad y con mejores precios”, argumentó.
En este sentido, García aseguró que esta iniciativa contribuye a resolver “una de las principales limitantes para lograr el desarrollo de los territorios como es la dificultad de los productores primarios o de las pequeñas agroindustrias para encontrar mercados, donde comercializar su producción de manera permanente”.
Para García, el proyecto profundiza la acción del programa Del Territorio al Plato, también llevado adelante por el INTA y la Fundación ArgenINTA. “Buscamos valorizar los alimentos a través de la gastronomía de las distintas regiones del país y, así, aumentar la demanda de productos regionales primarios y elaborados mediante un mayor conocimiento de sus características y de sus formas de utilización”, detalló.
“Pero no hay cocina regional sin productos regionales, y no hay productos regionales sin este tipo de mercados”, continuó García, quien amplió: “El Mercado del Patio no es sólo el punto de encuentro entre el productor y el consumidor, sino que está planteado como un paseo gastronómico con componentes económicos, sociales y culturales, en el marco del cual se desarrollarán congresos y seminarios relacionados con la producción y valorización de alimentos con identidad territorial, cocinas regionales y turismo gastronómico”.
En tanto, Guillermo Castro Feijóo, especialista de la Unidad Integrada de Apoyo a las Iniciativas Rurales de la Fundación ArgenINTA, el espacio inaugurado resulta una innovación comercial que, replicable a otros lugares del país, “hace posible que los consumidores accedan a productos únicos –sobre todo, artesanales– que no encuentran en otro tipo de comercios”. “Esto asegura un precio conveniente para ambas partes”, agregó.
Los productos a la venta provienen de pequeñas y medianas agroindustrias y emprendimientos de economía social –como cooperativas– que reciben algún tipo de apoyo técnico del instituto o del Ministerio de Agroindustria de la Nación.
Para su selección, se tienen en cuenta “las condiciones socioculturales de elaboración a fin de resguardar las tradiciones culinarias y la biodiversidad productiva de los territorios de la Argentina”, explicó Castro Feijóo.
De acuerdo con el especialista, “la oferta de Alma Rural está alineada con los nuevos paradigmas de consumo y de alimentación que están instalándose en la Argentina y en el mundo; hoy el consumidor quiere tener más y mejor información de los alimentos que consume, de dónde provienen, cómo fueron elaborados y por quién”.
En esta línea, aseguró que “la información brindada genera un plus de valor a los productos, ya que los diferencia, y también puede significar una mejora en el precio”.
En los puntos de venta, podrán ofrecerse productos elaborados con materias primas locales desde el sector privado a partir del vínculo con el INTA, que posean algún tipo de agregado de valor y cuenten los registros comerciales pertinentes. Además, se estima que estos productos deben comprender entre el 70 y el 80 % del total comercializado.
“Es clave la cantidad y calidad de información que se brinda al consumidor para que él mismo conozca el producto, al productor y los valores de la tienda y del INTA, aspectos que serán determinantes en la experiencia de compra y en el impulso de recompra”, dijo Castro Feijóo(Noticias AgroPecuarias)
EB.

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