La carne en supermercados es más cara que en carnicerías
La carne de cerdo muestra valores más bajos que la vacuna y además se observó en los últimos tiempos una disminución en el consumo de carne vacuna.
BUENOS AIRES (NAP) El precio de la carne es más caro en los supermercados, comparado con los valores que el consumidor paga en las carnicerías, con diferencias que oscilan entre 10 y 15 puntos porcentuales, según se desprende de un trabajo realizado por el Instituto de Promoción de Carne Vacuna Argentina (IPCVA)
El dato lo dio a conocer el Adrián Bifaretti, Jefe de departamento de Promoción interna del IPVCA, en un seminario que se realizó días pasados en un hotel céntrico y sobre la base de un relevamiento que se realizo en 200 carnicerías de la ciudad de Buenos Aires y el Gran Buenos Aires.
El mercado se debe manejar con la realidad. Los cortes de carne aumentaron entre 2011 y la fecha un 215 por ciento.
Una comparación de precios hecha entre las carnicerías y los supermercados demostró que “el mayor aumento se dio en estas grandes bocas de expendio. En diciembre el kilo carne promedio en los supermercados se ubicaba en $108, mientras que en las carnicerías era de $ 104, una diferencia de $4, pero en marzo tenemos una diferencia de $ 13, la brecha entre supermercados y carnicerías se viene agrandando”, detalló Bifaretti.
Respecto de la causa que influye sobre los incrementos de precio en la carne, el 50 por ciento de la gente opina que el aumento obedece a la inflación, aunque algunos piensan que obedece al aumento de los costos internos y agregó: “Cuando aumenta el precio de la carne, la demanda termina decayendo un 4 por ciento”.
Bifaretti demostró también la brecha que existe entre el precio de un kilo de carne vacuna y el de pollo. En ese sentido recordó que el año pasado con un kilo de carne vacuna se podía comprar 2 kilos de carne de pollo, mientras que en los últimos meses con el precio que paga un consumidor por 1 kilo de carne vacuna, ahora se puede comprar el equivalente a 3 kilos de carne de pollo.
El analista explicó también que la carne de cerdo muestra valores algo más bajos que la vacuna y además se observó en los últimos tiempos una disminución en el consumo de carne vacuna, mientras que aumento la frecuencia el consumo de carne de pollo y de cerdo: “Hoy la gente compra cerdo tres veces por mes”, detalló.
Acerca de los costos que paga el carnicero, el analista contó que una media res que entra a la carnicería pesa en promedio unos 98 kilos, pero al descontarle la grasa, termina pensando 76 kilos y amplió “a febrero de este año el kilo de la media res costaba unos 54 pesos por kilo y el costo de compra era de 5.359. Precio promedio integrado de $7237, sacaba una ganancia de unos $1900. Los márgenes de ganancia se ubican entre 35 y 40 puntos porcentuales que pueden alcanzar a 50 por ciento”.
En los últimos años se observo también que el precio de los cortes más comunes, se acercaron a los valores que paga los consumidores de mayores niveles socioeconómicos y con mejor poder adquisitivo y, pago menos los cortes más caros. Los que más sufrieron el aumento del precio de los cortes más típicos de la clase media, fueron los de menor poder adquisitivo que pagaron más, responsabilidad atribuida a la política ganadera de los últimos años, que demostró que las clases de menor poder adquisitivo pago la carne más cara.
Bifaretti aseguró también que con los trabajos del IPCVA “fuimos mostrando todos aquellos elementos que permiten ver aspectos que son más estructurales en los hábitos de consumos y algunas cuestiones que sí fueron cambiando esos hábitos”.
También dijo que al consumidor argentino se le dificulta definir la relación precio/calidad porque tiene un montón de prejuicios y de falsas creencias en torno a la calidad de la carne argentina y al respecto consideró que la gente se enfrenta a una enorme dispersión de precios sustentadas en tres puntos de vista.
Una de ellas está ligada a la calidad, según la categoría de hacienda. Cuando se analiza la diferencia de precios entre carne de ternera y de novillo tiene una diferencia de precios de calidad del 18%. Esa es la dispersión en calidad de carne. Hay otra dispersión ligada a los puntos de venta: cuando se compara marzo 2016 y marzo 2015, la carne aumentó un 44%, mientras que en los supermercados, el promedio dio un 54% y en carnicerías un 41%”, continuó.
“Algo que tenemos muy en claro es que, la diferencia, no está asociada a la calidad. En carnicerías se vende más hacienda liviana y más cara que en los supermercados, sin embargo la carne está más barata en las carnicerías. Desde el puno de vista del consumidor, cuando se analizan algunos cortes en particular, estamos hablando de diferencias según los puntos de venta de entre 30% y 35%. En el salto de precios de distintos cortes de marzo de 2016 comparados con marzo del 2015, lo que se ve es que en carnicerías el ajuste es parejo en todos los cortes mientras que en supermercados se ve que han aumentado más los cortes más caros en relación con los cortes más baratos”, indicó.
Por último Bifaretti, se mostró convencido que “Hay enormes posibilidades de trabajar para agregar valor a la carne argentina: la información nutricional, contenido graso, el origen… son infinitas las posibilidades de trabajar para agregar valor. Hay que tratar de facilitarle al consumidor el proceso de construcción de la relación precio/calidad, la carne debería empezar a hablar en términos de valor, no de precios, sino de valor, habría que pensar en darle mayor información al consumidor” (Noticias AgroPecuarias).
EB