La industria cervecera espera una campaña de cebada récord y alerta por el cuidado en la poscosecha

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El cultivo se proyecta con una cosecha de alto volumen. Desde Quilmes advierten que el resultado económico final dependerá de la correcta conservación del grano.

(NAP) La campaña de cebada 2025 se perfila como una de las más exitosas de los últimos años. Los buenos niveles de lluvias, la estabilidad climática y el uso de tecnologías de manejo impulsaron el desarrollo del cultivo, que se concentra casi por completo en la provincia de Buenos Aires.

En este escenario, la industria cervecera proyecta un alto volumen de materia prima, pero también llama a extremar los cuidados para evitar pérdidas de calidad.

El gerente comercial de Cebada de Cervecería y Maltería Quilmes, Enrique Rada, remarcó que el desafío no termina con la cosecha. “Una buena campaña es apenas el primer tiempo del partido; el segundo se juega en la poscosecha, donde se define la calidad final del grano”, advirtió en la presentación que realizó en la jornada Día de Campo que convocó la compañía en su campo experimental de Tres Arroyos, donde ademas tiene una de sus malterías.

Rada explicó que, en los últimos años, la expansión del cultivo cambió por completo el esquema comercial: “Hoy el productor puede cosechar en diciembre y entregar su cebada recién hacia la primavera siguiente. Eso implica que, además de producir bien, hay que saber conservar, porque la rentabilidad depende de llegar con un grano en condiciones óptimas”.

El directivo subrayó el papel central de los silobolsas. “Argentina produce alrededor de 130 millones de toneladas de granos, pero la capacidad de almacenaje fijo es de 75 millones. El resto —unas 50 millones de toneladas— se guarda en silobolsas. En el caso de la cebada, cerca de 2 millones de toneladas sobre 5 se conservan de este modo”, precisó.

No obstante, Rada advirtió sobre los riesgos de un mal manejo. “En la cebada, el primer parámetro que se deteriora es la capacidad de germinación (proceso que se ve en la foto, en la maltería de Tres Arroyos), fundamental para la industria maltera. En un relevamiento de casi 200.000 toneladas analizadas en Necochea, el 70% de los rechazos se debió a granos pelados o con exceso de humedad, señales claras de cosecha o conservación deficientes”, detalló.

“Cuando una cebada pierde su capacidad germinativa deja de ser cervecera y pasa a forrajera, con pérdidas que pueden alcanzar entre 130 y 140 dólares por hectárea”, advirtió el especialista. Por eso, recomendó verificar cada 2 meses las condiciones del grano almacenado, controlando la hermeticidad, la temperatura y la humedad de las bolsas. “No se trata de llenar un silo y olvidarse: hay que monitorear permanentemente para evitar daños irreversibles”, insistió.

Rada concluyó que el manejo poscosecha se ha vuelto un punto decisivo para el negocio. “Sabemos producir y tenemos una gran cosecha por delante, pero la rentabilidad real dependerá de cómo cuidemos el grano después de trillarlo”, resumió. (Noticias AgroPecuarias)

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