La CEEA advirtió que la alta implantación de trigo transgénico podría ‘contaminar’ a los tradicionales

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Según la Comisión de Enlace, en la Argentina son 50.000 ha las implantadas con el trigo HB4 que ‘pemitirían sembrar 2 mill/ha’.

BUENOS AIRES (NAP). En un nuevo comunicado publicado este viernes la Comisión de Enlace de Entidades Agropecuarias (CEEA) reiteró su “preocupación por el avance de superficies implantadas con el trigo transgénico”.

“Como ya expresamos en la nota publicada el 9/10/2020, reiteramos nuestro apoyo a la ciencia nacional, la innovación tecnológica y los servicios que se siguen realizando en nuestro país, con vocación de aportar al desarrollo económico y social”, aclaró el espacio que reúne a los presidentes de las principales entidades ruralistas. Sin embargo consideró que

La CEEA advirtió que “es un dato relevante mencionar que no existe país que haya aprobado el consumo de este trigo transgénico”.

“Hay trámites presentados ante Brasil, nuestro principal comprador (40% de las exportaciones argentinas), pero aún no hay nada concreto al respecto. Y a pesar de esto Abitrigo (molinería brasileña) ya pone serios reparos y advertencias ante la eventualidad de embarques a dicho país con presencia de trigo HB4.

“Suponiendo que Brasil aprobara la comercialización de estos trigos, hay que tener en cuenta que el resto de los destinos habituales de nuestra producción triguera directamente no aceptan trigos genéticamente modificados”, dijeron.

La campaña pasada ya se sembraron para “ensayos” más de 6.000 hectáreas, y este año esa superficie se multiplicó por 9, más de 50.000 hectáreas para “ensayos”, lo que dará una producción que permitiría sembrar 2.000.000 de hectáreas, un 30% de la superficie total de trigo.

Ese elevado nivel de producción hace realmente imposible su contralor por las autoridades oficiales, razón por la cual será inevitable que se genere un proceso de contaminación de los trigos no modificados genéticamente, alertaron.

“Cuesta entender la razón de hacer y autorizar semejante volumen de producción de trigo que legalmente no puede comercializarse”, agregaron en la nota difundida el viernes.

Todo esto plantea un montón de interrogantes: ¿Quién va a controlar efectivamente esta producción? ¿Dónde se almacenarán las 240 mil toneladas potenciales a cosechar? ¿Existe algún plan de contingencia en el caso de las contaminaciones? ¿Qué pasará en los puertos y eventualmente ante un rechazo de embarques? ¿Alguien ha medido las consecuencias de que se declare a la Argentina como un origen de trigo contaminado? ¿Quiénes serán los responsables de semejantes perjuicios?  ¿Cuántos serán los costos adicionales por controles y derrumbe de los precios internacionales?

Se estima que en la campaña próxima a cosecharse, las exportaciones de trigo ascenderían al orden de los 3.200 millones de dólares. Este valor peligraría en caso de que Argentina no sea considerada como un oferente de trigo pan.

Frente a semejantes perjuicios, las autoridades deben tomar medidas urgentes a fin de impedir que ellos se produzcan, confinando y garantizando totalmente su no ingreso en la cadena comercial y bajo estrictos protocolos a la desmedida producción de trigos transgénicos anunciada, así como la publicación de un informe con los controles realizados por la autoridad competente, concluye el documento (Noticias AgroPecuarias).

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