Anticipan niveles críticos de estrés térmico para bovinos de carne y leche
La última semana de 2025 estará marcada por condiciones de calor extremo en gran parte de la Argentina, con especial impacto en la ganadería del centro y norte del país.
(NAP) De acuerdo con los reportes de Estrés por Calor en Bovinos para Carne, elaborados por el pronosticador Joaquín Armendano, y el pronóstico del Índice de Temperatura y Humedad (ITH) que difunde el INTA para la producción lechera, hasta el jueves 1° de enero inclusive se esperan valores ubicados en la categoría de “emergencia”, por encima de los umbrales de “alerta” y “peligro”.
El ITH combina temperatura y humedad relativa y es una de las principales herramientas para anticipar situaciones de riesgo en bovinos.
En el caso del rodeo lechero, el INTA señala que valores superiores a 72 —e incluso desde 68 según estudios más recientes— implican condiciones de estrés calórico, con efectos directos sobre la producción, la sanidad y la reproducción.
Investigaciones realizadas en cuencas lecheras de Santa Fe y Córdoba muestran que, durante episodios prolongados de calor, las mermas diarias de producción pueden ubicarse entre el 3% y el 10%, con caídas más severas cuando las altas temperaturas se sostienen durante varios días consecutivos.
Impacto del calor extremo en la producción lechera
30En los establecimientos tamberos, el estrés térmico reduce el consumo de alimento, incrementa la frecuencia respiratoria y dificulta la capacidad de las vacas para disipar calor corporal. Según técnicos del INTA Rafaela, las pérdidas no se limitan al volumen de leche: también se observa una disminución en los porcentajes de grasa y proteína, un aumento del recuento de células somáticas y un deterioro de los índices reproductivos, con tasas de concepción que pueden caer a valores muy bajos en situaciones severas.
Frente a este escenario, los especialistas recomiendan una serie de medidas de manejo preventivo. Entre las principales se destacan la provisión de sombra natural o artificial en corrales de espera y potreros, el acceso permanente a agua fresca y de buena calidad, la adecuación de los horarios de ordeño para evitar las horas de mayor carga térmica y la implementación de sistemas de ventilación y aspersión.
Ensayos realizados por el INTA muestran que la refrigeración de las vacas durante las horas críticas del día permite mejorar el confort animal y sostener los niveles de producción durante las olas de calor.
La situación también genera preocupación en los feedlots, donde el estrés calórico puede traducirse en menor consumo, reducción de la ganancia diaria de peso e incluso mortandad en casos extremos. En estos sistemas, el umbral de confort térmico es más bajo y se ve agravado por la alta densidad animal. La combinación de temperaturas elevadas, alta humedad y escaso viento incrementa notablemente el riesgo, sobre todo en hacienda pesada y animales de pelaje oscuro.
Riesgos para los bovinos de carne en feedlots y sistemas intensivos
Para los engordes a corral, las recomendaciones apuntan a garantizar sombras que permitan una adecuada circulación de aire, controlar el caudal de los bebederos —ya que un novillo puede superar los 60 litros diarios de consumo en jornadas extremas— y ajustar la alimentación, concentrando la mayor oferta en horarios de menor temperatura, como la tarde-noche. También se sugiere evitar trabajos de manga y traslados durante las horas críticas y reforzar la observación de los animales más susceptibles.
Con pronósticos que anticipan varios días consecutivos de ITH en niveles de emergencia, técnicos y productores coinciden en que la anticipación y el manejo adecuado serán claves para reducir pérdidas productivas y evitar consecuencias sanitarias mayores. En un contexto de eventos climáticos cada vez más frecuentes e intensos, el monitoreo del estrés calórico se consolida como una herramienta central para la toma de decisiones en la ganadería argentina. (Noticias AgroPecuarias)










