El girasol encara la campaña 25/26 con fundamentos sólidos y márgenes muy atractivos

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Precios firmes, mejor contexto político local y buenas condiciones para la siembra. El análisis del economista de Asagir.

(NAP) En el inicio de la campaña argentina de girasol 2025-26, el economista Jorge Ingaramo, asesor de la Asociación Argentina de Girasol, destacó que el cultivo atraviesa una coyuntura excepcional que combina precios internacionales firmes, mejora en las políticas locales y muy buenas condiciones de siembra en el norte argentino.

“El girasol padeció durante 8 años retenciones del 32%, lo que hizo caer el área a 1,3 ó 1,4 millones de hectáreas. La baja de retenciones y la vuelta a la normalidad fueron un factor clave para que el cultivo recuperara competitividad”, señaló Ingaramo, en declaraciones al programa radial Agroindustria en foco, que se emite los sábados por AM 1220, Eco Medios.

A ese escenario se sumó el impacto de la guerra entre Rusia y Ucrania, que concentran el 55% de la producción mundial de grano y cerca del 80% de las exportaciones de aceite.

“Desde febrero de 2022 los precios internacionales se dispararon, porque el valor del girasol depende en un 82% de la cotización del aceite. Eso nos permitió volver a ubicarnos como el 9no complejo exportador argentino, con más de 1.400 millones de dólares en exportaciones el año pasado”, explicó.

El especialista subrayó que la campaña 2024 marcó un récord de producción, con un volumen estimado entre 4,7 y 5,1 millones de toneladas, y que la nueva campaña ya arranca con un área 18% superior. “El norte, que concentra el 30% de la superficie, entra con excelente humedad. En Chaco ya se sembró más del 60% de la intención y en el centro-norte de Santa Fe, más del 20%”, detalló.

Mercado internacional

En lo internacional, Ingaramo remarcó que la oferta sigue restringida: “La sequía y la ola de calor en Ucrania y Europa agravaron la escasez. Se habla de que Ucrania podría producir 13,5 millones de toneladas, pero difícilmente llegue a esa cifra”. A esto se suma que los precios internacionales se mantienen muy por encima de la soja: “El aceite de girasol cotiza a 1.240 dólares en Rotterdam, mientras que en el mercado interno supera los 1.100 dólares. Estamos con un precio internacional 30% más alto que antes de la guerra, lo que le da al productor un margen de negocio muy atractivo”, afirmó.

Por este motivo, la cadena ya muestra resultados contundentes: entre enero y junio de 2025, el complejo girasolero exportó un 42% más en dólares que el mismo período del año anterior, frente a un aumento de apenas 4% en el total de exportaciones argentinas.

“Hoy el productor puede sembrar girasol con tranquilidad. El contexto internacional asegura precios firmes, las retenciones bajaron y, además, tenemos agua en el norte. Son fundamentos sólidos que auguran una muy buena campaña”, concluyó Ingaramo.

El oleaginoso tiene buena relación insumo-producto: más favorable que la de otros cultivos estivales como soja o maíz, gracias a su menor consumo de insumos, lo cual refuerza su competitividad

El precio promedio FOB del aceite de girasol durante la campaña actual se ubica en torno a 1.042 dólares la tonelada, superior en 12% interanual en la comparación, lo que también impulsa los márgenes. (Noticias AgroPecuarias)

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