Greenpeace pide reducir 90% la producción porcina en España para 2050

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La organización ecologista advirtió que el actual modelo de ganadería industrial está llevando al colapso ambiental, con impactos severos sobre agua, clima y zonas rurales.

(NAP) Greenpeace lanzó un fuerte llamado de atención sobre el impacto de la ganadería porcina industrial en España, reclamando una reducción drástica del 88% en la producción de carne de cerdo de aquí a 2050.

Según la organización ecologista, el modelo actual no solo es insostenible, sino que también está en el centro de algunos de los principales problemas ambientales del país, como la contaminación del agua por nitratos, la emisión de gases de efecto invernadero y la pérdida de empleo rural digno.

Con una piara porcina que supera los 34,5 millones de animales, España se convirtió en el mayor exportador mundial de carne de cerdo. Pero este crecimiento tiene un costo ambiental altísimo: la generación de casi 98.000 millones de litros de purines al año, equivalentes a llenar 29.000 piscinas olímpicas, que contaminan suelos y aguas subterráneas con nitratos, según denunció Greenpeace al presentar su nuevo informe sobre el modelo alimentario sostenible.

El sistema actual, advierten, depende casi por completo de insumos importados, como el forraje, lo que agrava su huella climática.

La advertencia de Greenpeace llega en un momento clave: el Tribunal Superior de Justicia de Galicia celebrará el primer juicio europeo por contaminación del agua derivada de la ganadería industrial.

Desde los años 60, el sacrificio de cerdos aumentó 2000 %, y entre 2013 y 2023 las macrogranjas porcinas se incrementaron 144 %. Estas instalaciones, según el informe, operan con una lógica extractivista que deja profundas secuelas sociales y ecológicas, sobre todo en las comunidades rurales.

Propuesta

“El sector porcino industrial es la central térmica del sistema alimentario”, afirmó Luis Ferreirim, responsable de la campaña de ganadería en Greenpeace España. “No pedimos que nadie deje de comer carne, sino que se ponga fin a este modelo industrial, que es incompatible con los límites del planeta”.

Greenpeace propone abandonar de manera gradual la ganadería industrial, prohibir nuevas macrogranjas y fomentar la ganadería extensiva agroecológica. Con esta transformación, estiman que se podría reducir en 80% las emisiones de gases de efecto invernadero del sector y 57% la contaminación del agua por nitratos. También calculan que se duplicaría el empleo en el sector ganadero, aunque reconocen que habría una caída del 70 % en el empleo porcino industrial.

Entre las acciones concretas, la organización plantea la elaboración de un Plan Estratégico de Ganadería que fije techos productivos por región, en función de la capacidad de los territorios. También promueven una transición en la dieta de la población hacia un mayor consumo de vegetales, legumbres y alimentos locales.

Juicio histórico por contaminación

La contaminación en cuestión.

Desde hace más de dos décadas, los habitantes de As Conchas —un pequeño pueblo de la comarca orensana de A Limia— conviven con el hedor de los purines y la contaminación de las aguas debido a la proliferación de explotaciones ganaderas intensivas.

Ante la inacción de las autoridades y el progresivo deterioro de su entorno, los vecinos han decidido llevar a la Xunta de Galicia y a otros organismos públicos ante los tribunales por lo que consideran una vulneración de sus derechos fundamentales.

La situación en España es especialmente grave: en marzo de 2024, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea condenó al país por no cumplir con la Directiva de Nitratos. El Ministerio para la Transición Ecológica reconoce que esta es la principal causa de contaminación de las aguas en territorio español.

La Comisión Europea ha pedido reiteradamente a España que enfrente el problema de la cría intensiva de cerdos y aves. Pero según Greenpeace, lejos de desacelerar, el país ha intensificado este modelo, arriesgando su seguridad hídrica y climática a futuro.

“Nos enfrentamos al cuarto poder económico de España”, sentenció Ferreirim. “Pero ha llegado el momento de parar esta trituradora del medio ambiente”. (Noticias AgroPecuarias)

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