Los bioestimulantes a base de algas son aliados estratégicos para la fruticultura en Argentina

Investigaciones demuestran que el uso de algas contribuye a la tolerancia frente a extremos climáticos como el calor intenso y el frío moderado.
(NAP) La fruticultura es uno de los pilares de la agricultura argentina y desempeña un papel estratégico en la economía y las exportaciones del país. Diversas frutas, como manzanas, peras, uvas, limones, cerezas y arándanos, se destacan tanto en el mercado interno como en el exterior. En 2024, Argentina exportó frutas por un valor aproximado de 600 millones de dólares.
Sin embargo, la producción frutícola a gran escala enfrenta desafíos climáticos recurrentes, especialmente relacionados con variaciones bruscas de temperatura, heladas inesperadas, sequías prolongadas y olas de calor.
En este contexto, los bioestimulantes naturales a base del alga Ascophyllum nodosum vienen ganando terreno entre los productores argentinos. Estos extractos de alga son ricos en compuestos bioactivos que promueven diversos beneficios fisiológicos en las plantas, convirtiéndose en aliados clave para los cultivos sometidos a estrés ambiental.
Investigaciones demuestran que el uso de algas contribuye a la tolerancia frente a extremos climáticos como el calor intenso y el frío moderado; mejora el sistema radical de las plantas, con raíces más profundas y eficientes en la absorción de agua y nutrientes; ayuda a equilibrar fitohormonas como el ácido abscísico y el etileno, fundamentales para la fructificación; además de estimular el crecimiento vegetativo y la calidad de los frutos cosechados.
Estos efectos son especialmente relevantes en frutas de alto valor agregado como uvas, cerezas y arándanos, en las que el calibre, la uniformidad y la vida poscosecha de los frutos tienen un impacto directo en las exportaciones.
Además del aspecto productivo, el uso continuo de estas soluciones está alineado con las prácticas agrícolas sostenibles, cada vez más valoradas por los mercados internacionales. Esto refuerza la vocación exportadora de Argentina y amplía la competitividad de sus frutas en un escenario global que exige calidad, trazabilidad y responsabilidad ambiental.
En un mercado cada vez más exigente y con una agricultura expuesta a constantes cambios climáticos, tecnologías modernas como los extractos de Ascophyllum nodosum representan no sólo una innovación agronómica, sino también una estrategia eficaz de adaptación y sostenibilidad para la fruticultura argentina.(Noticias AgroPecuarias