La sequía y la caída de ingresos trajeron riesgos difíciles de afrontar para la cadena de la carne

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La producción de carne en fábrica durante los años 2009/2010 fueron los más altos, consecuencia de la liquidación de hacienda por las políticas restrictivas a la exportación y la brutal seca.

ROSARIO (NAP, por Dante Romano*). La cadena de ganados y carnes, por primera vez en varios años, muestra desequilibrios porque no todos sus eslabones tienen situaciones positivas, con márgenes para correcciones a futuro.

La prolongación en el tiempo de la seca y la caída de ingresos, arriesgan situaciones que cada vez se hacen más difíciles de corregir con el paso del tiempo.

Sin lugar a dudas, los últimos años fueron muy buenos en términos de precios para el productor y también para la industria exportadora, por lo que cualquier comparación parecería negativa si lo reflejamos con esos años.

Si bien los precios muestran este año bajas pronunciadas en términos reales, la existencia de ciclos es algo habitual en el sector y no es posible pensar siempre en períodos de crecimiento eternos.

Muchas veces los períodos de mayor volumen de producción llevan a la equivocación de pensar que todo marcha bien.

La producción de carne en fábrica durante los años 2009/2010 fueron los más altos, consecuencia de la liquidación de hacienda por las políticas restrictivas a la exportación y la brutal seca.

Una situación similar se refleja en la actualidad  pero por el impacto de la seca en nuestros campos,  se sigue faenando mucho porque no se puede tener a los animales en pie por la falta de pastos.

El impacto de los cultivos de primera

Mientras que el sistema de confinamiento o de engorde a corral pasa por uno de los peores momentos, con precios al consumo estancados por la caída de ingresos e incrementos de costos por la situación del maíz.

Este insumo clave augura momentos peores a futuro por la ausencia de siembra de primera, y además las reducciones del precio de la invernada ni siquiera llegan a equilibrar las otras pérdidas.

La pregunta es cuánto tiempo más este sector puede seguir trabajando a pérdida, su descapitalización ya es un hecho visible ajustando cada vez más su rueda financiera.

La ausencia de un plan estratégico global cada vez se siente más, debería ser un proyecto elaborado en conjunto por todos los eslabones de la cadena que permita pensar en el mediano y largo plazo.

Argentina es uno de los pocos países en condiciones de garantizar seguridad alimentaria al mundo. Pese a  lo difícil que fue 2022, no debemos olvidar que la ganadería del país siempre tiene una situación inmejorable de cara al mundo, nuestra visión del sector es optimista y solo nos queda sobrellevar los malos momentos presentes. (Noticias AgroPecuarias)

*Economista, director Ejecutivo de Rosgan. 

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