La Rural de Rosario rechazó la suspensión de las exportaciones de harina y aceite de soja

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Brasil, Uruguay, Paraguay y Bolivia, que no aplican retenciones, pagando precio pleno al productor agropecuario y al tipo de cambio libre, generando el desarrollo de la sociedad en su conjunto”.

El gobierno de Alberto Fernández cerró la presentación de DDJJ para la exportación de harina y aceite de soja.

ROSARIO (NAP) Desde la Sociedad Rural de Rosario, salieron con los tapones de punta para rechazar la el cierre de las exportaciones de harina y aceite de soja, con miras a llevar los aranceles de exportación de aumentar los aranceles de exportación para llevarlos de 31% a 34%.

Para los ruralistas la medida se tomó para evitar las especulaciones en las ventas externas mientras el Gobierno termina de definir una suba de las retenciones. En octubre de 2020 el Gobierno había bajado los aranceles de 33 a 31% para ambos subproductos.

La entidad santafecina recodó que ocho días atrás, el 5 de marzo se publicó en el Boletín Oficial la resolución 3/2022 originada en los Ministerios de Agricultura y de Desarrollo Productivo, para crear un Fondo anti cíclico agroalimentario, bajo la forma de fideicomiso, con el argumento de desacoplar los precios internacionales del trigo y del maíz, de los precios internos.

“Afirmar que el precio de los alimentos depende del precio de los productos agropecuarios es falso. El gobierno solo tiene la necesidad de buscar un culpable, ante la falta de voluntad política de ajuste del gasto público y de frenar la inflación, presionando al agro con más posibles retenciones.

La incidencia del costo del precio del trigo en el pan es solo del 12%, mientras que el resto del precio lo componen los eslabones de la cadena comercial y el estado a través de impuestos nacionales, provinciales y municipales, que  se queda con el 22%.

Otro componente importante en el precio de los alimentos es la logística que tiene dentro de sus costos un 40% de impuestos (nacionales,  provinciales y municipales); “Seamos responsables, para contener el aumento  en el precio de  los alimentos, hay que disminuir la presión impositiva”.

La incidencia del costo del precio del trigo en el pan es solo del 12%.

El gobierno argentino aplica retenciones al agro desde  2002, generando más pobreza, desempleo, estancamiento y desconfianza crónica.

En ese sentido la entidad asegura que: “Copiemos ejemplos de países productivos, como: Brasil, Uruguay, Paraguay y Bolivia, que no aplican retenciones, pagando precio pleno al productor agropecuario y al tipo de cambio libre, generando el desarrollo de la sociedad en su conjunto”.

Cabe destacar, que dos de cada tres dólares que ingresan al país, provienen de las exportaciones que genera la producción del agro.

“Seguir hundiendo en impuestos al productor es suicida para el país, porque sin rentabilidad no podemos sostener el trabajo y la producción, empujando a la quiebra a la sociedad argentina”, aseguran desde la Rural de Rosario.

Si bien los precios internacionales se incrementaron notablemente, los costos para el productor van a la par, pero el desdoblamiento cambiario, quita valor a la producción. Además la actividad agropecuaria es a cielo abierto, siempre afectada por los designios climáticos, tan graves como la sequía actual y extremas como las quemas.

“La Argentina debe aprovechar esta oportunidad favorable del alza de los precios de los commodities, para sostener y lograr expandir su producción primaria y así contribuir a una economía estable”, conlcuyó el documento de los ruralistas (Noticias AgroPecuarias).

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