El presidente de Federación Agraria le dijo a la iglesia ‘que salga de la ausencia’

Spread the love

En una nota de opinión que tituló ‘La Argentina que duele’, Achetoni solicitó a todes ‘avanzar con un genuino llamado a la coherencia, la unidad y el respeto por los derechos del prójimo’.

Carlos Achetonio, presidente de la Federación Agraria Argentina

MENDOZA (NAP, por Carlos Achetoni*) En los últimos días me debato internamente entre avanzar con esta columna o no hacerlo. Porque, por un lado, comprendo el rol institucional que cumplo, vinculado con la defensa de los pequeños y medianos productores agropecuarios, pero también soy ciudadano, y me duele ver muchas cosas que están sucediendo en este país. Y por eso considero que puedo dar a conocer estas palabras, con la esperanza de que lleguen a alguien y ayuden a cambiar las cosas. Me duele la Argentina en la que vivimos.

La pobreza, la indigencia, la crisis de valores, las dádivas y, tantas otras cosas que nos sumergen cada vez más y no nos permiten ver la luz al final del túnel.

Sin embargo, estoy convencido que hay un país posible más allá de la marginalidad, con base en el
trabajo y con expectativas. Creo que con esfuerzo podemos salir adelante. Buscando con trabajo el
autosustento, como camino para elevarnos y resurgir del sometimiento en el que muchos vienen
sumidos, que está provocado por la asistencia indefinida propuesta por una clase política que no
busca ayudar al prójimo, sino perpetuar sus condiciones de poder…

Muchas veces lo pienso como la fábula de la rana que estaba en la olla, que no se daba cuenta de cómo se iba calentando el agua. Pero lo está haciendo. Y valoro que el Papa Francisco también lo haya dicho en estos días. “No se puede vivir de subsidios”.

Me duela la Argentina en la que vivimos

No tengo dudas que tampoco el camino es la situación de posición dominante, ni la concentración de la producción, de la renta y del poder… Solo con equidad ante los méritos y esfuerzos, con equilibrio de la renta entre los distintos eslabones de las cadenas, de los  sectores y, con trabajo que dignifica a las personas, habrá posibilidades de desarrollo para todos los sectores. Solo así se va a recuperar la Argentina de este desastre económico y social.

Somos muchos los que seguimos trabajando día a día. Los que, con nuestras familias, nos levantamos
convencidos de que hay que seguir dando la lucha, de que no debemos bajar los brazos ni darnos
por vencidos. Nuestra tierra es rica y próspera. Nuestro esfuerzo, como el de nuestros abuelos que
vinieron en muchos casos muy castigados, tendrá su recompensa.

Espero que, en un futuro no muy lejano, los distintos sectores políticos tengan la grandeza de reconocer gran parte de la culpa que tienen, por haber prostituido a la democracia republicana, transformándola en un mercantilismo triste. En ese mercantilismo han sometido al pueblo a esta extrema pobreza
económica,  moral, de valores y principios.

Otra cuota de culpabilidad la tiene la justicia, que elige ceder gran parte de su independencia
de poder, ante las presiones políticas o de otro tipo. Así, pierde su necesaria rectitud en favor de los
justos y alienta a los deshonestos. Porque se actúa por acción o por omisión. Tomando decisiones o
encajonando causas para no dar respuesta a la sociedad. Y eso nos perjudica a todos, porque nos
hace sentir desvalidos.

Creo que es muy necesario que la Iglesia también rompa el silencio y salga de la ausencia en la que
viene sumida. Antes de las palabras de hace unos días del Papa, alarmó la falta de intervención por
los pobres, por los carenciados, por la injusticia.

Los sectores políticos deben tener la grandeza de reconocer su culpa por haber prostituido a la democracia 

Por eso espero que pueda prontamente avanzar con un genuino y necesario llamado a la coherencia, la unidad y el respeto por los derechos del prójimo.

El camino que deberemos transitar no es fácil. Todos debemos trabajar juntos para salir de esta situación en la que estamos. Para que, más allá de las campañas y los intereses políticos de unos pocos, todos los argentinos tengamos oportunidades de tener un futuro. Y de proveérselo a nuestros hijos.

Estoy convencido que podremos lograrlo trabajando en conjunto, porque la salida no es individual, sino asociativa, colectiva, con base en la educación, la capacitación y el trabajo. Pero es posible. Y que podremos lograrlo, como lo hicieron nuestros antepasados.

Trato de hacer mi aporte, desde lo sectorial, desde lo personal, y por eso me animo a escribir estas
palabras. Porque estoy convencido que la Argentina puede y debe ponerse de pie, para que con
mucho esfuerzo y amparándonos en nuestros hermanos, podamos salir de esta tremenda pobreza,
que es económica y de valores que es lo que más duele.

(*) Carlos Achetoni es presidente de Federación Agraria Argentina y productor agropecuario de Bowen, Mendoza.

También le puede interesar...