A 55 años del decreto de cierre masivo de ingenios azucareros en Tucumán

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Investigadoras del Conicet trabajan en la preservación y el estudio de la documentación sobre éste y otros hitos de las luchas de los obreros de la industria azucarera.

TUCUMÁN (NAP). Recientemente, por la Ley 27.620 se instituyó a nivel nacional que el 22 de agosto será el Día del Desagravio al pueblo tucumano por el cierre masivo de ingenios azucareros pergeñado por la dictadura de 1966, suceso que provocó profundas heridas en la vida social, económica y simbólica de Tucumán, y cuyas consecuencias aún subsisten.

El 22 de agosto de 1966, por decreto, se cerraron 11 de los 27 ingenios que funcionaban en la provincia; 50.000 obreros fueron despedidos y la desocupación trepó a 15 puntos, tres veces más que la media nacional. Como consecuencia, 300.000 tucumanos y tucumanas (un cuarto de la población) se vieron obligados a emigrar, la mayoría de ellos, a Buenos Aires.

Fue uno de los saldos de la autoproclamada Revolución Argentina, que se extendió hasta 1973. Los trabajadores resistieron fuertemente, y durante meses, la medida de muchas maneras: marchas, ollas populares, paros, cortes de ruta, entre otras. En uno de esos intentos de defender el trabajo, en enero de 1967, durante una de las tantas jornadas convocadas por la Federación Obrera Tucumana de la Industria Azucarera (Fotia) en la localidad de Bella Vista cayó asesinada por la represión policial Hilda Guerrero de Molina, esposa de uno de los obreros de fábrica despedidos.

Para conmemorar esta fecha, en conjunto con otras instituciones, en el Conicet NOA Sur se llevaron a cabo dos actividades. Por una lado, Ximena Rosich, Daniela Wieder y Silvia Gabriela Nassif -las dos últimas, integrantes del Instituto de Investigaciones Territoriales y Tecnológicas para la Producción del Hábitat INTEPH, CONICET-UNT)-, presentaron su libro ¿Por qué arde Tucumán? Cierre de ingenios y conflictos sociales, 1966-1973. Por otra parte, se firmó un convenio entre el Conicet y la Fotia para ordenar y digitalizar el Archivo Histórico “Hilda Guerrero de Molina”.

El libro

La obra forma parte de una propuesta de enseñanza para dar respuesta a una decisión del Ministerio de Educación de la Provincia: incorporar la historia local en la currícula de contenidos educativos. “La propuesta consiste se basa en dos pilares: capacitaciones sobre el tema para docentes del nivel secundario y la publicación del libro. Es importante conocer los hechos del pasado conocerlos para pensar, actuar y transformar el presente”, explica Nassif, investigadora del Conicet en el Inteph.

¿Por qué arde Tucumán? está destinado principalmente a las escuelas secundarias. Además de la colaboración de destacados profesionales, contó con la participación de María Eugenia Correa, artista plástica tucumana que desarrolló, junto con las autoras, una historieta histórica original sobre la lucha de la FOTIA y el asesinato de Hilda Guerrero de Molina.

Será publicado por la editorial Humanitas, de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT), a través del Instituto de Investigaciones Históricas Dr. Ramón Leoni Pinto (INIHLEP), y está pensado para acompañar la tarea en el aula de educadores, especialmente del área de las Ciencias Sociales. Pero también, explican las autoras, abre el abanico para articular con las disciplinas artísticas, y de la lengua y la literatura.

Las autoras explicaron también que el libro ofrece variadas estrategias de enseñanza y abre las puertas a diversos modos de conocer en el marco del ámbito de las Ciencias Sociales. “Se busca fundamentalmente potenciar el trabajo colectivo y las funciones epistémicas de la lectura y la escritura”, explica Nassif. Se proponen, además, actividades que profundizan en algunos aspectos novedosos de la historia de Tucumán, como la televisión y el cine, las participaciones femeninas en las luchas de la época y el rol estudiantil, entre otros.

La propuesta pretende difundir las investigaciones académicas sobre temáticas relativas al cierre de los ingenios en 1966; las luchas de las y los trabajadores; y los acontecimientos conocidos como Tucumanazos.

“En un presente signado por la búsqueda de superación de la crisis económica y social profundizada por la pandemia del COVID-19 que azota a la humanidad, se presenta esta propuesta de enseñanza como forma de seguir acercando las producciones científicas y académicas a la comunidad escolar, apostando al mejoramiento de la educación argentina”, señala la investigadora

Convenio

La otra actividad con la que se conmemoró la nueva efeméride fue la rúbrica de un convenio entre el Conicet y la Federación Obrera Tucumana de la Industria Azucarera (Fotia), con el objeto de ordenar y digitalizar el Archivo Histórico “Hilda Guerrero de Molina”, de la federación, y producir conocimiento científico sobre la historia de Tucumán y de sus trabajadores. Además, pretende promover la colaboración en la formación de recursos humanos y la vinculación con la comunidad.

“El convenio forma parte de un largo recorrido de trabajo -subraya Nassif-. En 2016, en el marco de las rememoraciones por los 50 años del cierre de ingenios azucareros, un empleado de Fotia, Pedro Luna, advirtió a las investigadoras sobre el hallazgo de cajas y carpetas con antiguos papeles de la federación, abandonados en una oficina, y se pidió asesoramiento técnico”.

Se pudo corroborar así que se trataba de documentos de un inestimable valor histórico, cultural y patrimonial. Habían sido intensamente buscados por más de 30 años por organizaciones de derechos humanos, investigadores y miembros del Poder Judicial, pues databan de la intervención militar a la institución durante la última dictadura. En ese contexto, se firmó un acta compromiso de trabajo entre la Fotia, el INIHLEP y la Facultad de Filosofía y Letras de la UNT.

 

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