Un camino hacia la agricultura circular

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La experiencia comenzó con la cría y la incorporación de 1.500 vientres, luego fueron incorporando la agricultura y hoy cuentan con cinco unidades de negocio.

El esquema demuestra el funcionamiento de la economía circular (Imagen Prensa AAPRESID)

ROSARIO (NAP) La experiencia de la agricultura circular en la Argentina no es una actividad muy difundida, sin embargo ya existen algunas experiencias y una de ellas es la del emprendimiento Las Chilcas SA, que lleva adelante el productor Mario Aguilar Benítez.

El 29º Congreso de AAPRESID fue el escenario elegido para contar a los asistentes virtuales el origen de la iniciativa que ya lleva más de 40 años.

Aguilar Benítez contó que los inicios de ¨Las Chilcas¨ se remonta a 1980, cuando  su padre compro el campo en el note de la provincia de Córdoba, una región más bien ganadera y considerada marginal para la producción de granos.

La explotación agropecuaria, por entonces se dedicaban a la cría con 1500 vientres, luego fueron incorporando la agricultura y hoy cuentan con cinco unidades de negocio: agricultura, con 10.000 has de producción de granos; ganadería extensiva, con 2.000 has pastoril; feedlot, 5MM kgs/año; granja porcina, 2MM kgs/año y bioindustria, que produce 6MM lts/ año de bioetanol más 1,8MM m3/año de biogás y 14.000 Tn/año de alimento (burlanda+balanceado).

Según contó el productor agroindustrial cordobés, trabajar bajo el concepto de economía circular no nació de un día para otro, se fue dando a partir de la motivación por diversificar la empresa, bajar los riesgos y agregar valor en origen porque el costo del flete era representativo por la distancia al puerto.

En ese proceso atravesaron un período de agriculturización y los mayores cambios se dieron desde 2012 a 2021. Período en el que pasaron de 14 empleos directos a 105, aumentaron el feedlot y la hotelería, comenzaron con la recría pastoril, la producción de cerdos, bioetanol, burlanda y fertilizante orgánico

Los residuos de la explotación son utilizados para reciclarlos y generar energía.

El esquema circular de Las Chilcas comienza con la agricultura. La energía del maíz entregada en alimento se convierte en carne o pasa al destilador para producir alcohol medicinal y bioetanol para corte de combustibles, de los residuos que quedan del proceso generan vinaza y burlanda para la producción ganadera y porcina.

En tanto que el estiércol, la materia orgánica y residuos domiciliarios del pueblo pasan al biodigestor para generar el biogás (biometano) que usan para abastecer la industria del establecimiento, los sedimentos se transforman en biofertilizantes que vuelven a la agricultura.

“Entendimos la economía circular como interacciones entre las unidades de negocio y como desperdicio de cada una es insumo para otra, donde la energía no se pierde, sino que se transforma”, subrayó el panelista.

Para ir concluyendo, Mario Aguilar Benítez expresó que hoy el foco está puesto en proyectos sustentables, considerando sus tres aspectos: lo económico, lo social y ambiental.

“Ser sustentables ya no es una elección, si quiero seguir produciendo lo tengo que hacer. Hay que ganarse el derecho a producir y para ganarse ese derecho hay que demostrarlo. Hoy todo nuevo proyecto de inversión debe ayudarnos a cuidar el ambiente, a seguir descarbonizando, a ser más eficientes, estar más cerca de la sociedad, a ser más sustentables en nuestra economía circular”(Noticias AgroPecuarias)

 

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