Copal y CIL piden mayores aclaraciones en la ley de etiquetado frontal para no ‘demonizar’ a los alimentos

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Además advierten que el proyecto no contempla unificación de la normativa para la región del Mercosur.

BUENOS AIRES (NAP). En el inicio de la próxima semana, un plenario de comisiones de la Cámara de Diputados buscará emitir dictamen del proyecto de ley de etiquetado frontal en los alimentos y de esta manera se habilitaría su tratamiento en el recinto luego de haber obtenido además media sanción en el Senado.

La iniciativa es rechazada por las empresas alimenticias que advierten que no contempla una unificación de la normativa para el bloque del Mercosur, además de criticar la base del cálculo con el se estipulan las advertencias para los consumidores.

“Lejos de obstaculizar el debate, nuestro sector busca lograr una propuesta que permita informar de manera comprensible, correcta y veraz al consumidor -el verdadero beneficiario- sin desatender la mirada y las preocupaciones del sector productivo”, detalló en un comunicado la Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios (Copal).

En primer término, según detalló en diálogo con Ámbito, la directora Ejecutiva de Copal, Carla Martín Bonito: “vemos el avance del proyecto en el poder legislativo con mucha preocupación, porque, en términos del Mercosur, no se da ninguna señal clara de armonizar la normativa a nivel regional en algún momento. Entendemos que, a los efectos que tiene esto en el intercambio comercial, en las posibilidades también de negociaciones internacionales futuras, tener un sistema de etiquetado frontal armonizado no es una cuestión para nada menor”.

La segunda objeción que encuentra el proyecto promovido por la senadora del Frente de Todos, Anabel Fernández Sagasti, es de base técnica, porque según Copal hay una cuestión respecto al cálculo, es decir cómo se llega a identificar el exceso de determinado nutriente. “Esto por supuesto no es un tema para nada menor porque de la manera que está estipulado el proyecto, no se tiene en cuenta el valor intrínseco que tienen de por si algunos alimentos más allá de cualquier agregado que puede hacer la industria”, explica Martín Bonito.

A modo de ejemplo, Copal elaboró una guía explica que, por ejemplo, los productos lácteos que están dentro de los grupos recomendado para la población argentina, quedarían etiquetados con dos o tres sellos considerando lo establecido por el proyecto de ley, ya que el mismo no los exceptúa ni considera el contenido intrínseco de cada uno de estos nutrientes en el producto, como ser la lactosa (azúcar) o grasa de la leche.

En tanto, una gaseosa, tendría solo un sello porque mostraría exceso de azúcar y aquí se abre el debate si este tipo de etiquetado terminaría siendo “demonizador” de muchos alimentos de consumo básico.

En este marco, el Centro de la Industria Lechera (CIL) indicó que la norma que se tratará la próxima semana en Diputados: “hará que en Mercosur los productos lácteos argentinos estén en inferioridad de condiciones respecto de los de otros países y que un mismo producto lácteo en Argentina lleve dos sellos y en Brasil ninguno”, afectando a las exportaciones.

La entidad sostiene que considerando la contribución nutricional a la salud y la buena alimentación de los lácteos, “lo más apropiado sería que tengan un tratamiento particular, basado en la necesidad de promover su consumo dentro de una dieta equilibrada y, al mismo tiempo, establecer límites especiales de los nutrientes críticos, con el objeto de estimular la reformulación e incentivar el consumo de estos alimentos”.

Por otro lado, el CIL remarcó que el perfil de nutrientes recomendado por la Organización Panamericana de la Salud (OPS) en el que se basa el proyecto de ley, “establece límites de nutrientes críticos tan exigentes que hace muy difícil y, en algunos casos imposible, la reformulación de los alimentos industrializados para evitar colocar uno o más sellos. Esto llevará a que la gran mayoría de los alimentos lácteos lleven advertencias, generando mayor confusión en el consumidor que entiende que los productos lácteos son saludables, quedando sin opciones al momento de la compra”.

A su vez, desde Copal advierten que el proyecto que tiene media sanción en Argentina “se calcula por kilocalorías, un aspecto netamente técnico que parece haberse soslayado y que acarrearía una serie de confusiones que deberían ser evitadas. Esta parcialidad genera una distorsión que hace que muchos productos recomendados por las Guías Alimentarias Argentinas queden alcanzados por el Etiquetado Frontal”.

En este marco, las empresas alimenticias destacan el trabajo que viene realizan el poder Ejecutivo, en el ámbito de la Comisión Nacional de Alimentos (Conal), mediante el cual está discutiendo otro proyecto que tiene bajo sus normativas una señal concreta sobre las posibilidades de armonizar a nivel Mercosur.

“Es una iniciativa que la industria no impulsa, sino que está promovida por el Ejecutivo pero teniendo en cuenta la actual normativa de rotulado de alimentos”, explica la Directora Ejecutiva de Copal.

Por último, Martín Bonito aclara: “es importante que se entienda que la industria espera una resolución respecto al etiquetado frontal, no queremos obstaculizar o que se dilate porque compartimos la problemática de las enfermedades crónicas no transmisibles, pero también es indispensable que sea a través de una normativa razonable, se debe encontrar el equilibrio”.

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