Referentes del gobierno, empleadores y trabajadores analizaron la naturalización del trabajo infantil

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Pese a que en la Argentina rige la legislación que prohíbe el trabajo, es bastante común ver en los trenes y la vía pública en general niños o niñas que trabajan hasta vendiendo golosinas.   

En le mundo hay más de 160 millones de chicos afectados al trabajo rural.

BUENOS AIRES (NAP) La eliminación del trabajo infantil fue el eje del primer seminario, organizado por la OIT, donde se abordó la naturalización y la tolerancia social de este problema como un desafío para las políticas públicas de prevención y erradicación, en el marco del Año Internacional para la Eliminación del Trabajo Infantil.

La oficina de país de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en Argentina inauguró el ciclo de seminarios virtuales “Determinantes del trabajo infantil y políticas públicas en Argentina”, organizado en el marco del Año Internacional para la Eliminación del Trabajo Infantil y dedicado a abordar esa problemática como fenómeno multicausal.

El encuentro se realizó con la participación de referentes del gobierno, empleadores y trabajadores.

“Hoy iniciamos un ciclo para visibilizar el problema del trabajo infantil y, sobre todo, para reafirmar nuestros compromisos y esfuerzos que nos permitan acelerar los progresos y cumplir la meta 8.7 de la Agenda 2030 de las Naciones Unidas”, puntualizó la directora de la OIT Argentina, Yukiko Arai, durante la apertura del encuentro.

Al respecto la representante de OIT Argentina, recordó que: “Por primera vez en los últimos veinte años, los avances para erradicar el trabajo infantil se estancaron, la tendencia mundial se revirtió y actualmente registramos un aumento en el trabajo infantil”.

Los niños en la agricultura

Arai, al señalar que “en todo el mundo, más de 160 millones de niñas, niños y adolescentes trabajan. Significa que 1 de cada 10 niños y niñas del mundo trabaja, algo que mayormente ocurre en la agricultura”.

No obstante, la directora destacó que en América Latina aún se mantiene una tendencia a la baja. De hecho, indicó, el número de afectados por el trabajo infantil pasó de 10,5 millones a 8,2 millones.

“En Argentina, lejos de bajar los brazos, contamos con los notables esfuerzos del gobierno junto a los representantes sindicales y empresarios, para consolidar los avances para prevenir y erradicar este problema y evitar mayores retrocesos”, afirmó Arai.

Gustavo Ponce, punto focal de la OIT Argentina en trabajo infantil, trabajo forzoso y trata de personas, moderó el debate junto a un equipo de panelistas, quienes profundizaron en la materia a partir de una selección de testimonios de hombres y mujeres de nueve provincias argentinas.

El estado debe generar políticas segmentadas para la vida rural.

De esta manera, a través de veinte relatos anónimos de carácter federal, fue posible reflexionar sobre el tema central del seminario: la manera en que se naturaliza e invisibiliza el trabajo de los niños, las niñas y adolescentes.

Causas y consecuencias

Al mismo tiempo, se indagó en las causas y consecuencias del trabajo infantil: las necesidades económicas que impulsan el trabajo familiar; la falta de seguridad social; el impacto en las niñas y los niños y en su vida adulta; la transición temprana del estudio al trabajo.

Asimismo se abordó también las competencias básicas limitadas; la participación en trabajos peligrosos; y el cumplimiento de las obligaciones laborales que impiden ejercer el derecho a ser educados. Además, hubo tiempo dedicado para la participación del público mediante preguntas para las y los panelistas.

“Es fundamental el acompañamiento del Estado con políticas segmentadas para la vida rural”, dijo el referente del Movimiento Nacional Campesino Indígena (MNCI) Somos Tierra y miembro del colectivo de Derechos Campesinos de la Vía Campesina en la ONU, Diego Montón.

“Se requiere de un acompañamiento sistemático para la producción y el acceso al mercado local, de manera que la familia tenga un ingreso adecuado para evitar el trabajo infantil”, añadió.

Riesgos

Por su parte, la especialista en Infancias e Instituciones de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional de Mar del Plata (UNMDP), Mercedes Minnicelli, manifestó: “Estamos asociando el trabajo infantil a las tareas donde los chicos ponen el cuerpo, pero hay otras ocasiones que también son trabajo infantil como ser un youtuber. Los chicos tienen que estar en la escuela. Hoy tenemos que volver a pensar qué queremos para nuestras niñas y niños”.

La secretaria de derechos humanos de la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA-T) en la provincia de Río Negro, Viviana Rancaño, indicó que “el Estado tiene que invertir en educación para que la niñez y la adolescencia esté en la escuela”.

El jefe de operativos de fiscalización del Registro Nacional de Trabajadores Rurales y Empleadores (RENATRE), Pablo Teti, consideró: “Hay una relación directa entre pobreza y trabajo infantil, que está vinculada a la falta de seguridad social”. Asimismo, Teti alertó que “estas situaciones interfieren en la educación de las niñas y los niños”.

Al finalizar la actividad, la coordinadora de Políticas de Prevención y Erradicación del Trabajo Infantil y Protección del Trabajo Adolescente del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de la Nación, Sonia Sago, advirtió que “de todos los condicionantes respecto del trabajo infantil, quizás el más complejo de abordar sea el cultural, que tiene que ver con la tolerancia y la naturalización del trabajo infantil”.

La jefa del Departamento de Política Social de la Unión Industrial Argentina (UIA), Laura Giménez, señaló que “la naturalización y la tolerancia son factores difíciles de combatir, pero debemos hacerlo con datos e información para advertir los graves efectos que tienen en la salud y en la educación, además de las consecuencias que tienen para la competitividad de las empresas, aunque ese no sea el mayor riesgo”.

Para el secretario General de la Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores (UATRE), José Voytenco, “los niños y las niñas que trabajan tienen un doble desafío antinatural e inhumano, trabajan mientras otros de su edad juegan”.

En la organización de este seminario participaron representantes de la Organización Internacional del Trabajo (OIT); del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social; del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA); del Registro Nacional de Trabajadores Rurales y Empleadores (RENATRE); de la Unión Industrial Argentina (UIA); de la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA); de la Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores (UATRE); entre otros (Noticias AgroPecuarias).

 

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