El martillo en cuarentena
El municipio de San Andrés de Giles, en el oeste bonaerense, suspendió un remate feria.
BUENOS AIRES (NAP) Nada hacía suponer que un remate con unas 600 cabezas iba a terminar teniendo una trascendencia inusitada.
Con productores chicos, muchos de los cuales cargaron sus vacas de descarte a la salida de los tactos, se completó el grueso de la oferta en los corrales de la feria de San Andrés de Giles.
La firma Sáenz Valiente, Bullrich y Cía redondeaba su trabajo para darle respuesta a los criadores zonales, que desde el vamos, asumieron pérdidas del orden del 20% en los precios por esos lotes, que veinte días atrás, tenían el destino asegurado con las exportaciones al mercado asiático, relató Delsector.com.
A las 16:48 de este miércoles húmedo y plomizo, llegaron al predio varios móviles de las fuerzas de seguridad local para interrumpir la subasta.
Faltó vender algo más de 100 animales y la totalidad de la hacienda expuesta aún permanece en el lugar.
Personal policial adujo una orden de la Inspección General del Municipio de San Andrés de Giles.
Los privados convocaron la presencia de un escribano para labrar un acta, pues según ellos la feria estaba autorizada y la municipalidad anoticiada del hecho, ya que entre otras cuestiones había emitido las guías correspondientes para trasladar las haciendas de los campos vecinos.
Este hecho sucede en medio de un nuevo desencuentro entre el gobierno nacional y el sector agroindustrial por el cierre de las exportaciones de carne bovina.
El intendente del Municipio, es el contador Carlos Puglielli, del Frente de Todos. La bronca y el desconcierto eran, a esta altura de la situación, un denominador común entre los que buscaban respuestas racionales para encauzar el problema.
Sin ellas, probablemente haya que descifrarlas con el prisma de la ideología, arquitecto malicioso de una grieta cada vez más profunda y peligrosa(Noticias AgroPecuarias).