El Banco Mundial advierte sobre riesgo de inflación en América Latina

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Es por el aumento del 14% en el precio de los commodities agrícolas. La ingesta de proteína será más baja que el año pasado para los sectores más pobres. 

BUENOS AIRES (NAP) Un informe del Banco Mundial asegura que en América Latina, Africa y Oriente Medio si las recientes alzas en los precios mundiales de alimentos se transmiten a mercados domésticos.

“Existe el riesgo de una mayor inflación si las recientes alzas en los precios mundiales de alimentos, que registraron fluctuaciones de 24% anual entre enero y febrero se transmiten a los mercados domésticos”, mencionaron.

En la publicación bimestral “Panorama de Mercados de Commodities”, del BM, destacaron que “expectativas de inflación mayores podrían afectar la formación de precios en un contexto donde existe también el riesgo del resurgimiento de presiones de tipo monetario ante una recuperación más rápida desde Estados Unidos”.

El informe que fu publicado por el diario El Economista, estimó que los precios agrícolas promediarán casi 14% más en el 2021, impulsados por algunos productos alimenticios y se espera que se estabilicen después, hacia el 2022.

“Si bien los mercados mundiales de alimentos siguen estando bien abastecidos, algunos países experimentaron un aumento en los precios de alimentos, pues la relación entre existencias y uso ha caído en 28 por ciento”.

El alza de precios en algunas alimentos  podría haber implicado que los hogares adquirieron un menor aporte calórico del que podían comprar antes.

La inseguridad alimentaria generó preocupación en el organismo  acerca de la inseguridad alimentaria mundial, pues 130 millones de personas enfrentan hambre crónica y desnutrición debido a los impactos económicos del Covid-19.

Los expertos del organismo subrayaron que “los principales riesgos para las previsiones de precios son el impacto que tendrá la evolución de la pandemia en las materias primas industriales y las perturbaciones meteorológicas para la agricultura”

El Banco de México no ocultó su preocupación. En su reporte de las Economías Regionales del mes de diciembre, realizaron un análisis especial al tema.

Ahí explicaron que “el alza de precios en algunas categorías de alimentos podría haber implicado que los hogares adquirieron un menor aporte calórico del que podían comprar antes del inicio de la pandemia por Covid-19 en ausencia de una adecuada reasignación de su gasto”.

En el documento, los economistas de la institución internacional explicaron que tal como sucede con las familias de escasos recursos, las economías de ingreso medio y bajo suelen recargar su consumo en alimentos por encima de los servicios.

Lo que significa que al presentarse presión en los precios de alimentos, la inflación para este segmento de población y de países, suele tener un impacto mayor.

A partir de esta observación, se puede entender por ejemplo que los alimentos tienen un importante impacto en la medición del índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) porque son de los bienes que más consume el mexicano promedio.

Las familias que  que tienen el ingreso mensual más bajo son las que experimentaron la mayor variación en los precios a tasa anual, de  4.66% en marzo.

La Junta de Gobierno del Banco de México ha dejado constancia en las minutas de los anuncios monetarios que este mayor peso de los bienes que forman parte del subgrupo de alimentos, bebidas y tabaco ha tenido un impacto importante en la inflación, particularmente en el transcurso del año de la pandemia.

La información segmentada por estrato de ingresos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) lo evidencia.

La información divulgada por el Inegi confirma que en efecto, las familias que tienen el ingreso mensual más bajo, de hasta un salario mínimo, son las que experimentaron la mayor variación en los precios a tasa anual, de  4.66% en marzo. Una fluctuación que está cerca de 4.67% que se observó en el INPC (Noticias AgroPecuarias).

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