Los porcinocultores españoles lograron en 2020 reducir 4% los GEI

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Y 41% con respecto de 2005. Además trabajan en reducir el consumo de agua, electricidad y combustibles o la generación de plásticos no reutilizables, residuos y desperdicios.

MADRID (NAP). El compromiso ambiental de los productores de porcino españoles es más firme cada campaña y va dando mayores resultandos concretos en beneficio del clima y de la sostenibilidad.

Según los datos publicados en Madrid por la Interprofesional del Porcino de Capa Blanca (Interporc), a partir de los últimos informes ofrecidos por los ministerios de Agricultura y de Transición Ecológica, en el año 2020 el sector porcino de capa blanca español redujo 4,11% sus emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) por cada kilo de carne producido con respecto al año 2019.

Este dato refleja el esfuerzo que realizan los ganaderos y su compromiso con la sociedad, confirmando la tendencia a la reducción de emisiones de los últimos años provocada por la actividad del porcino, destacó Interporc con motivo de la celebración mañana del Día Mundial por la Reducción de las Emisiones de CO2, también llamado Día Mundial de la Acción frente al Cambio Climático.

Comparado con los últimos 15 años, la reducción de emisiones GEI por cada kilo de carne de cerdo producido se reduce en 41%, de acuerdo a datos de Interporc publicados por Interempresas.net.

En 2005, las granjas de porcino españolas emitían 1 kilotonelada de CO2 por cada 439 toneladas de carne producidos, mientras que en el año 2020 han sido menos 748 toneladas de carne por cada kilotonelada de CO2 emitida.

Se trata por tanto de un sector que está creciendo de forma sostenible año tras año gracias a la fuerte concienciación de los profesionales del porcino, que han ido incorporando en todos los procesos de la actividad importantes medidas dirigidas a reducir las emisiones y enfocadas principalmente a la mejora durante el almacenamiento y tratamiento de purines.

Pero los esfuerzos del sector porcino en materia medioambiental no se limitan a la reducción en la generación de emisiones directas de GEI, sino que se extienden a otros muchos campos de la actividad, como la reducción del consumo de agua, de electricidad y de combustibles o la menor generación de plásticos no reutilizables, residuos o desperdicios.

Todas están medidas de control y mejora medioambiental que viene aplicando el sector en los últimos 30 años han contribuido a que el peso de la actividad porcina sobre el conjunto de las emisiones nacionales GEI sea ya de solo el 1,9%.

Y los esfuerzos van a continuar, porque el objetivo del sector es seguir mejorando, comprometidos con alcanzar un impacto climático neutro antes de 2050, en consonancia con lo establecido en el Pacto Verde Europeo. (Noticias AgroPecuarias)

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