La agricultura familiar contiene el despoblamiento rural

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La crisis del despoblamiento en España estuvo muy presente este jueves en el lanzamiento del Anuario 2019 de la Agricultura Familiar.

BUENOS AIRES (NAP) El modelo familiar de producción de alimentos es “la mejor receta” para luchar contra el despoblamiento del mundo rural. UPA ha presentado hoy su Informe Anual 2019, la principal obra de análisis, reflexión y debate sobre la realidad de los pueblos.

 En los últimos meses, la opinión pública en España tomó conciencia sobre el problema que supone el despoblamiento de las zonas rurales. Sin ser éste un fenómeno nuevo, sí es novedoso el hecho que la pérdida de población de los pequeños municipios haya saltado al primer nivel de la agenda mediática, que generó un salto cualitativo a nivel político.

La crisis del despoblamiento en España estuvo muy presente este jueves en el lanzamiento del Anuario 2019 de la Agricultura Familiar, que edita la Fundación de Estudios Rurales, vinculada a la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos, indicó el portal español Motril Digital.

La lucha contra el despoblamiento

UPA definió que los pequeños agricultores y ganaderos de carácter familiar son un modelo de futuro. “Porque somos sostenibles, porque llenamos de vida los pueblos y porque podemos ser rentables, si nos dejan”, declararon.

“El despoblamiento no es un problema exclusivo de los agricultores. Los agricultores y ganaderos somos gran parte de la solución al despoblamiento”, han defendido. Por eso han apostado por la puesta en marcha de políticas transversales de lucha contra “esta lacra que está vaciando los pueblos de España”.

La entidad remarcó que es necesario alcanzar “un nuevo compromiso social” con el mundo rural, en el que la política y las organizaciones representativas jueguen el papel que les corresponde. “Entre todos debemos lograr que políticas como la PAC sirvan para luchar contra la desigualdad, favorecer el relevo generacional y conseguir una rentabilidad justa para los productores”.

“Vivir en un pueblo produciendo alimentos no puede ser una utopía. Debe ser una opción de vida protegida y apoyada con políticas y presupuesto, por su fragilidad y porque es imprescindible si queremos promover una sociedad justa y sostenible”, aseguraron (Noticias AgroPecuarias).

EB

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