Organizaciones de Saladillo suman para el programa Pro Huerta

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Por iniciativa del INTA, junto a la Cooperativa eléctrica local, escuelas, centros de formación y otras instituciones se suman para poner en marcha el Pro Huerta

Con la participación de fuerzas vivas se trabaja por la población con más demanda alimentaria.

BUENOS AIRES (NAP) La necesidad de atender las inquietudes de la población más vulnerable, llevó a  la Estación Experimental Cuenca del Salado a poner en marcha una serie de acciones que permitan incluir, mediante diversas actividades articuladas con las  escuelas, unidades penitenciarias y organismos públicos que operan en áreas socialmente críticas como el programa Pro Huerta.

Desde el Pro-Huerta los técnicos de la Agencia de Extensión Rural (AER) INTA de Saladillo iniciaron un proyecto interinstitucional con la puesta en marcha de una huerta orgánica comunitaria, una iniciativa de la Cooperativa Eléctrica de Saladillo (CES), que involucra a jóvenes del Programa Envión Saladillo, y el Centro de Formación Rural (CFR) masculino.

El Pro-Huerta es un programa del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y el Plan Nacional de Seguridad Alimentaria (PNSA) del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación (MDS), que tiene por objetivo de “mejorar la seguridad alimentaria de la población urbana y rural en situación de vulnerabilidad social, incrementando la disponibilidad, accesibilidad y variedad de alimentos mediante su auto producción y aprovechamiento en huertas y granjas”.

Con las tareas de huerta se conjuga la capacitación progresiva, la participación solidaria y el acompañamiento sistémico de las acciones en terreno, resultando estratégicos en su operatoria la intervención activa de promotores, el acompañamiento de las instituciones.

“Cultivando Sueños” es el nombre que los jóvenes que forman parte del Proyecto dieron a  la Huerta, a partir de una “lluvia de ideas”. La iniciativa, según comentan los técnicos del INTA, “genera entusiasmo entre las instituciones involucradas y compromiso, tanto de los chicos, como de particulares que ya han brindado colaboración de manera desinteresada”.

El desarrollo de la huerta fomenta la construcción de un ámbito de socialización y cooperación que contribuye a generar relaciones de solidaridad y ayuda mutua, entre los jóvenes y la comunidad. Asimismo genera capacidades y otorga herramientas para mejorar la calidad alimentaria de la ciudadanía, y proponiendo el consumo de una oferta diversificada de verduras y hortalizas.

Desde la AER Saladillo los técnicos explican que “el desarrollo de este proyecto tiene como finalidad que los jóvenes experimenten una alternativa de forma educativa y laboral diferente, que les permita ganar autonomía en el manejo de recursos, técnicas y procedimientos, avalados por el Instituto de Tecnología Agropecuaria INTA”.

Además “propone afianzar temáticas de orden de higiene, el desarrollo de hábitos y conductas orientadas al trabajo, propiciando la relación con el entorno en un intercambio cooperativo, donde todos se enriquecen” (Noticias AgroPecuarias).

 

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