Algunas zonas de la Cuenca del Salado presentan un Indice verde ajustado a la media histórica

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Al cierre del informe en la mayoría de los partidos “el valor del Índice Verde se encontraba cercano a la media, reflejando el impacto de las zonas más afectadas por el anegamiento y la inundación”.

RAUCH, Buenos Aires (NAP) De manera sistemática y mediante el uso de imágenes satelitales generada por el equipo SEPA del Instituto de Clima y Agua de INTA Castelar profesionales de la Estación Experimental Agropecuaria Cuenca del Salado del INTA realizan el seguimiento del estado de la vegetación en el área de la Cuenca del Salado.

Con la interpretación de las imágenes satelitales de anomalía de la vegetación y el comportamiento a lo largo del año de los índices de vegetación, es decir la evolución de la biomasa disponible, les técnicos del INTA han generado un nuevo informe observando lo ocurrido durante el invierno y evaluando la situación al inicio de la primavera.

“Este estudio permite saber si el valor del Índice Verde, que es un indicador de la tasa de crecimiento del forraje, se encuentra en valor cercanos, inferiores o superiores a la media”.
La información procesada “brinda herramientas para la toma de decisiones en relación al ajuste de carga, el manejo del pastoreo y la definición de aplicar suplementaciones estratégicas”, comentan los profesionales del INTA y advierten que “estas determinaciones deben ser tomadas, con una clara lectura a campo, correlacionando la información satelital con lo que ocurre a escala de potrero”.

Al cierre del informe en la mayoría de los partidos “el valor del Índice Verde se encontraba cercano a la media, reflejando el impacto de las zonas más afectadas por el anegamiento y la inundación”.

Sin embargo “en las zonas linderas a los cauces principales de los arroyos y en los sitios de descarga del agua de escorrentía, presentaba valores de IVN muy inferiores a la media histórica”.

Esta mayor tasa de crecimiento, “no se tradujo necesariamente en forraje disponible como consecuencia de la existencia de una importante superficie, que fue muy variable dentro de los partidos, con anegamiento e inundación”.

Con el anegamiento de los campos “la falta de accesibilidad y de piso redujo la superficie efectiva de pastoreo, lo que generó un aumento de la carga instantánea, de manera forzada.

Como acción complementaria al seguimiento satelital, la recorrida de campos permitió observar que “en los establecimientos anegados con faltante de reservas forrajeras como rollos, o en los que no se pudo realizar la entrega de suplementos como consecuencia de la mala condición de los caminos rurales, “las madres presentaron una condición corporal inferior a 3”, aspecto que pone un alerta durante el servicio.
Pero “aquellos establecimientos que no se vieron tan afectados por el anegamiento y la inundación, tuvieron la ventaja de la mayor tasa de crecimiento y los animales, entran a servicio en mejor condición corporal encontrándose en 3 o incluso en algunos pocos casos en 4”.

Las recorridas realizadas por los extensionistas del INTA y la información brindada por asesores privados relevan que “el campo se encontraba mucho más verde que otros años, pero en muchos casos no había posibilidad de realizar un uso adecuado de ese forraje”.

“Si bien el forraje tuvo buena tasa de crecimiento y un mayor contenido de agua, como contrapartida, durante todo el invierno hubo muchos días sin sol lo que propició un importante número de casos de hipomagnesemia y debilidad en los animales; observándose muerte de madres que se encontraban en buena condición corporal”.

Dada la variabilidad en el grado de afectación del exceso hídrico, “se observó en consecuencia variabilidad en la disponibilidad efectiva de forraje y también en la tasa de mortalidad de terneros”.

Según los técnicos del INTA “en la zona Centro de la Cuenca hubo una mayor mortandad de terneros, los cuales morían en los días cercanos al parto, en muchos casos porque nacían débiles”.

Una parte de las pariciones coincidió con los períodos de mayor precipitación y por lo tanto de agua acumulada en superficie, hecho que según los técnicos “redujo la disponibilidad de sitios seguros y secos, provocando la muerte de corderos en mayor proporción que los asociados a muertes perinatales en años normales”.

Pautas de manejo

Conjugando la información de la tasa de crecimiento del forraje obtenida del Índice Verde y de las observaciones a campo los técnicos del INTA señalan que “la Cuenca del Salado presenta distintas condiciones, tanto en la dinámica de la vegetación como en el estado de la hacienda y el impacto de las inundaciones, con situaciones contrastantes”.

En materia sanitaria “se evidenciaron en toda la cuenca problemas de hipomagnesemia, aun en animales en excelente condición corporal”.

En cuanto al manejo y considerando las diferencias en la disponibilidad de forraje, los técnicos advierten que “será necesario realizar un monitoreo más exhaustivo de la Condición Corporal de la hacienda para identificar qué proporción del rodeo se encuentra por debajo de la condición 3”, señalan (Noticias AgroPecuarias).
EB

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