China: El “mercado entre mercados” para la carne vacuna argentina

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Por el tipo de producto que se exporta, evita que se derrumbe el precio interno de las categorías de hacienda de menor valor, como la vaca conserva. opina Fito Forte.

BUENOS AIRES (NAP, por Ulises Forte*). Parece mentira que un país tan lejano y tan diferente como China sea el principal comprador internacional de carne vacuna argentina. Pero es una realidad que se ratifica y crece año tras año, desde la reciente apertura del marcado en 2011.
Y no es porque los chinos sean especialmente “fanáticos” de la carne vacuna (consumen sólo 5,2 kilos per capita al año, contra 42,8 kilos de cerdo y 9 kilos de pollo) pero los casi 1.400 millones de habitantes del país mejoran su situación económica en forma sostenida desde 1978, propiciando que cientos de miles pobladores rurales se vuelquen a las grandes ciudades y cambien su alimentación con proteínas de origen animal.
Y en ese esquema de consumo, según datos relevados por el Ipcva en 2016, la carne vacuna fue la de mayor crecimiento, con un aumento del 26,4 % en los últimos años.
Esto hace que su gran stock bovino chino, de 104,4 millones de cabezas, y una enorme producción anual de 6,7 millones de toneladas sean insuficientes para abastecer la demanda interna que parece interminable (en volumen total es el tercer consumidor del mundo).
China es el “mercado entre los mercados”: todos los productores mundiales le vendemos carne vacuna (Argentina, Uruguay, Brasil, Australia, Nueva Zelanda, Estados Unidos, etc.) y hay lugar para que todos sigamos creciendo.
Por eso es cada vez más importante nuestra participación en ese mercado estratégico para la integración de la media res, dado que al menos por ahora compra mayormente brazuelo y garrón, cortes de muy baja demanda en el mercado interno y de bajo precio en otros mercados (por ejemplo, Vietnam o Rusia pagan 1.000 dólares menos por tonelada que los chinos). Esos cortes son seguidos, en preferencia, por los del delantero, el asado en manta, los cortes de la rueda, y en menor medida, el bife ancho y el bife angosto.
Adicionalmente, es bueno agregar el tipo de producto que se exporta a China evita que se derrumbe el precio interno de las categorías de hacienda de menor valor, como la vaca conserva.
No obstante lo dicho, queda mucho trabajo por hacer en China. Por un lado, seguir apoyando al Estado Nacional para que se logren ampliar los protocolos sanitarios para exportar carne enfriada, con hueso, menudencias y termorpocesados. Por el otro, incrementar las acciones de promoción ya que, aunque nos parezca mentira, dado el gran prestigio que la carne vacuna argentina posee en todo el mundo occidental, en China nuestro producto es relativamente nuevo, con poca historia y bastante desconocimiento.
Para los chinos, por cercanía y abastecimiento, la carne con mayor atributo de calidad es la australiana por lo que debemos trabajar fuertemente en la promoción para dar a conocer nuestros bifes que, sin lugar a dudas, se ganarán el prestigio que los caracteriza en casi todo el mundo.
Esa tarea, articulada entre el Estado y los privados, será central para nuestro negocio en los próximos años: China comprará toda la carne que estemos dispuestos a producir y a venderles. (Noticias AgroPecuarias)

*Presidente del Instituto Nacional de la Carne Vacuna Argentina (Ipcva)

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