El paso a paso de la adulteración de la carne en Brasil

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Más de 20 establecimientos les pagaban a los inspectores públicos. Emitían certificados sanitarios sin fiscalización.

 

BUENOS AIRES (NAP). En Brasil, varias de las mayores empresas frigoríficas adulteraron químicamente carnes que estaban en mal estado para poder venderlas en el país o para poder exportarlas. De acuerdo con la investigación ‘Carne Fraca’ (carne débil) de la Policía Federal brasileña se descubrió que más de 20 establecimientos les pagaban a los inspectores públicos, quienes emitían certificados sanitarios sin fiscalización efectiva.

¿Cuál es el proceso por el que pasó la carne? El portal perfil.com recopiló todos los antecedentes.

El primer paso es, obviamente, coimas y más coimas. Así es como más de 20 funcionarios fueron retirados de sus cargos por recibir dinero de empresas líderes, entre ellas JBS y BRF. Se emitieron 27 órdenes de captura contra empleados públicos. Y ya hay 28 personas detenidas, entre ellas hay funcionarios de gobierno, algunos de los cuales pertenecen al Partido del Movimiento Democrático Brasileño, del presidente Michel Temer, y otros son del Partido Progresista, PP.

Hay que resaltar que BRF está a cargo de Sadia y Perdigao; pero también posee ocho plantas en Argentina, donde compró las marcas emblemáticas: Vienísima; Avex; Bocatti; Campo Austral y Tres Cruces. JBS es conocida en Brasil por la marca Friboi, también tiene una fuerte presencia en el país con Swift y Cabaña Las Lilas.

Según informó el diario Folha de Sao Paulo, un gerente de alto nivel del frigorífico BRF, Roney Dos Santos, tenía acceso a sistemas informáticos de uso interno del Ministerio de Agricultura. Daniel Gouveia Teixera, ministro de Agricultura, contó que un frigorífico de Curitiba utilizaba ácido sórbico, un “descontaminante que se mezcla con la masa de los productos para disminuir la contaminación bacteriana y enmascarar olores y otras características de la carne podrida”.

Por su parte, el jefe de la Policía Federal, Mauricio Moscardi, declaró que se “usaban ácidos y otros productos químicos, en algunos casos cancerígenos, para disimular las características físicas del producto podrido y su olor”. También denunció que los frigoríficos inyectaban agua para aumentar el peso de las carnes vendidas.

En uno de los 21 frigoríficos citados a declarar, también se detectó el cambio de etiquetas para falsificar la validez de productos vencidos. El dueño del establecimiento “no demuestra ninguna sorpresa con la sustitución de etiquetas de validez en una carga entera” de carne de cerdo ni “con la utilización de carnes vencidas hace tres meses para la producción de otros alimentos”.

Asimismo, también identificaron la presencia de salmonela en los productos exportados de la empresa BFR. El resumen del informe judicial señala retención de contenedores de la empresa con productos exportados para Europa: “Al menos en cuatro de ellos las autoridades sanitarias europeas habrían identificado trazos de una de las variantes de la bacteria popularmente conocida como salmonela”.

BRF indicó que el tipo de Salmonela encontrado en algunos lotes de esos cuatro contenedores es el ‘Salmonella Saint Paul’, tolerado por la legislación europea para carnes ‘in natura’. La empresa “no incurrió en ninguna irregularidad”, aseguró a través de un comunicado.

De todas formas, el lunes y el domingo ya comenzaron a cerrarse las importaciones. Las primeras en bloquearlas fueron la Unión Europea, Corea del Sur, China y Chile; esto incluye carne vacuna, aves, cerdo y embutidos. Los primeros tres representan el 27% de todas las exportaciones, y el 80% es para Corea del Sur de carne aviaria.

Brasil lidera en ventas de carne procesada y pollo. Exporta a 150 países mientras que la industria de la carne aporta 7,2%. Con la economía en recesión y más de 13 millones de desempleados, una crisis en el sector cárnico es lo último que necesita el país. La industria facturó más de 13 millones de dólares en 2016, empleando directa o indirectamente a seis millones de personas.

Según datos del Ministerio de Desarrollo y Comercio Exterior (MDIC), tan solo en el 2016 las exportaciones de pollo superaron los 5.900 millones de dólares y las bovina llegaron a 4.300 millones.

Finalmente, el presidente Michel Temer trató de reducir los daños. Afirmó que apenas seis de los 21 frigoríficos citados realizaron exportaciones en los últimos 60 días. Además agregó que mantiene una”rigurosísima”inspección sanitaria y recalcó que sólo fueron afectadas 21 unidades de producción de alimentos de las 4.850 plantas existentes en el país. “Es un número diminuto”, subrayó el mandatario ante empresarios de la Cámara de Comercio Brasil-Estados Unidos. (Noticias AgroPecuarias)

 

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