Es mínima la participación del tambero en el precio de la leche

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La gravedad del problema radica en que el productor no pudo resolver la cuestión de ” comercializar  adecuadamente  su producción”. Opinión.

BUENOS AIRES (NAP, Por Manuel Ocampo*). La producción primaria arrastra un problema crónico que es la baja participación en el precio final  de  los  productos lácteos y a  este mal  persistente, de  antigua data y en crecimiento, se le agrega otro de  carácter recurrente, que es la tendencia a sobrepasar los niveles de consumo interno.

 El exceso de producción hace evidente, saca  a  la  luz,  al  primer  mal  señalado,  que  permanece  larvado,  escondido  en  los momentos de déficit de producción, aunque siempre vigente porque hay que tener en cuenta  que  la  participación  del  precio  de  la  materia  prima  en  el  precio  final  de  los productos lácteos siempre ha sido baja en nuestro país en comparación con otros en el mundo. Los excesos de oferta estacionales deprimen los precios en algunas épocas del año,  que  luego  son  difíciles  de  corregir induciendo  condiciones  de comercialización desfavorables.

 La gravedad de estos problemas radica en que el productor no ha podido resolver el problema  central  que  es: “el  de  comercializar  adecuadamente  su producción”, lo que se traduce en malos resultados para el sector.

Pero entendamos, para todo el sector. No sólo para el productor sino para toda la cadena de lácteos la condición de su posible desenvolvimiento y crecimiento sin turbulencias pasa por fortalecer el poder de negociación del productor que lleve a contar con eficientes y ordenados sistemas de comercialización de leche, que eviten  que  los  ciclos  plurianuales  y  la  estacionalidad  provoquen  un  daño irreparable, y que permitan que el sector lechero pueda pensar en el mercado internacional.

Estos objetivos han resultado imposibles de alcanzar en el pasado y lo real es que son de muy difícil realización. Exigen un gran compromiso por parte de todos los integrantes. Sin duda tenemos por delante el desafío de diseñar una política que lo haga posible y esto no va ser tarea sencilla.

Para destacar el rol de los productores en el ordenamiento sectorial podemos decir parafraseando a Georges Clemenceau, “El ordenamiento de la lechería es una cosa demasiado seria para confiársela a los industriales o a los políticos”. A las dificultades señaladas, hay que agregar un problema que ya no es nuevo que viene agravándose año tras año y es el de la concentración en el sector minorista con las  nuevas  cadenas  de  comercialización. 

Los  supermercados  cuestionan  a  la  gran industria  su  capacidad  para  retener  las  mayores  productividades  generadas  en  el conjunto  de  las  etapas,  y  las  obligan  a  compartir  con  ellas,  las  mayores  ganancias derivadas de su posición en el sistema.

Los ciclos

Lo primero que hay que decir de los ciclos es que son predecibles, y nada ha sido más frecuente que las voces de alarma sobre los mismos, pero también se debe decir que pocas veces fueron atendidas. Ya en el año 1996 la Asociación de Productores de Leche (APL) señalaba que la lechería en la Argentina se encontraba nuevamente en una encrucijada al preguntarse ¿Cómo vamos a afrontar el crecimiento de la producción sin caer en las cíclicas crisis que  lo imposibilitaron en el pasado? 

Las hasta ahora inevitables crisis de crecimiento se originan cuando el nivel de producción supera el del consumo interno y ello obliga a exportar a los generalmente bajos  precios  internacionales  que  resultan  de  la  aplicación  de  subsidios de terceros países y la extrema volatilidad del mercado mundial. Esto a su vez pone un techo a los precios que paga el Mercosur y finalmente impacta en el mercado interno traduciéndose en una caída de los precios domésticos por la oferta excesiva que se vuelca sobre el mismo. “Los ciclos y sus desequilibrios no pasan sin dejar rastros o secuelas, en la producción y en la industria.

 Así se ha visto desaparecer inconmovibles empresas: recordemos a Dairco, La Martona, La Armonia, La Vascongada, Formost de California, Santa Brígida, Magnasco, Polledo, Santa Elena, Marré, Kasdorf, Glaxo. Y de esta manera conformar junto con la industria textil los dos sectores que mayor cantidad de industrias de renombre expulsaron, por no haberse adaptado a la realidad. 

Hoy la industria se enfrenta a la realidad de los mercados, y lo hace utilizando dos herramientas: por un lado, reduciendo el precio de la leche que compra, y por el otro mediante la desinversión, la cual concreta vendiendo parte de su patrimonio. En el sector primario un gran número de tambos corrió con la misma desgracia (Noticias AgroPecuarias)

EB

(*) Productor tamberos y uno de los fundadores de la Asociación de Productores Lecheros.

Ilustración gentileza APL  

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