Hoy es el Día Mundial del Agua

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Este 2016, la ONU propuso el lema Agua y Trabajo. La mitad de los trabajadores del mundo están empleados en actividades que dependen del agua.

 

BUENOS AIRES (NAP). La primera vez que el mundo celebró el Día del Agua fue en 1993, luego de que en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo, celebrada en Río de Janeiro en 1992, se propusiera dedicar una fecha a todo lo relacionado con el recurso más valioso del planeta.

El objetivo sigue siendo el mismo: debatir y reflexionar sobre el uso esencial del agua, así como propiciar nuevas estrategias para conservar este líquido preciado y resolver los problemas de los territorios que carecen de este. En tanto para 2016, el tema propuesto por las Naciones Unidas es ‘El agua y el empleo’.

De acuerdo con el informe de esta organización sobre la valorización de los recursos hídricos, la mitad de los trabajadores del mundo (1.500 millones de personas) están empleados en actividades que dependen directamente del agua.

Proteger este recurso y garantizar el acceso a él es tanto como salvaguardar la economía mundial y el desarrollo social. Según las Naciones Unidas, el agua es fundamental en la generación de empleos en sectores que tienen que ver con la gestión de este elemento.

Irina Bokova, directora de la Unesco, aprovechó la celebración del Día Mundial del Agua para exhortar a los sectores privado y público y a la sociedad a enfrentar unidos los retos actuales, como el cambio climático y la escasez de agua.

“El fomento de empleos de calidad, combinado con la conservación del medioambiente y la garantía de una gestión sostenible del agua, contribuirá a erradicar la pobreza, fomentar el crecimiento y crear un futuro de trabajo decente para todos”, dijo la directora.

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) urgió a los gobiernos de América Latina para que reduzcan la deforestación e incrementen las alternativas para el cuidado de los bosques con el fin de mejorar la calidad y la cantidad del agua disponible.

“Los bosques regulan el régimen hídrico, y cuanto más natural sea el ecosistema, más efectiva será esta función”, señaló Jorge Meza, de la Unidad Forestal de la FAO.

Trabajo

Según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, la gestión del agua es uno de los cinco subsectores que más empleo verde ha generado a escala mundial, junto con la agricultura, los servicios ambientales a empresas, la eficiencia energética y la energía solar.

El presente Día Mundial del Agua está coordinado por la Organización Integral del Trabajo (OIT) en representación de Naciones Unidas. La OIT promueve los derechos laborales, fomenta las oportunidades de empleo decente, mejora la protección social y refuerza el diálogo en las cuestionas relativas al trabajo.

‘Agua y trabajo’ hace referencia a cómo tanto el agua como el trabajo tienen la capacidad de transformar la vida de las personas: el agua es esencial para la supervivencia y el medio ambiente; y la economía y el trabajo decente proporcionan ingresos y allanan el camino hacia los avances sociales y económicos.

Y es que hoy en día, cerca de la mitad de las personas que trabajan en el mundo – aproximadamente 1.500 millones de personas – lo hacen en sectores relacionados con el agua. También es cierto que la gran mayoría de puestos de trabajo dependen del agua. Sin embargo, a menudo esta actividad no se reconoce ni está protegida por los derechos laborales básicos.

El ejemplo que pone la ONU para explicarlo: Una niña camina durante horas para recoger agua para dar de beber a su familia. Es un trabajo, no pagado y no reconocido. Si tuviera garantizado el acceso al agua, podría ir al colegio.

Por otra parte, el agua y el saneamiento tienen un fuerte impacto en la vida de los trabajadores. De los 2 millones de muertes relacionadas con causas laborales en el mundo, el 17% son debidas a factores ‘hídricos’, como la mala calidad del agua potable, un saneamiento deficiente o falta de higiene. Otro ejemplo que pone la ONU en este sentido serían las fábricas donde las mujeres utilizan trapos como paños menstruales: estas telas están cargadas de productos químicos, lo que puede conducir a infecciones e incluso en ocasiones a la muerte.

Por ello, la provisión adecuada de los servicios de agua, saneamiento e higiene (Water, Sanitation e Hygien, WASH por sus siglas en inglés) tanto en viviendas como en lugares de trabajo son imprescindibles: permiten una economía robusta y contribuyen a una población (y mano de obra) sana y productiva. En el lado opuesto, las poblaciones con menor acceso al agua y al saneamiento son, por lo general, más propensos a tener dificultades en el acceso a los servicios de salud y puestos de trabajo estables, alimentando de esta forma el ciclo de la pobreza. En este sentido, persisten las brechas entre los sectores rural y urbano, así como de género, entre los segmentos más ricos y más pobres de la población.

El agua es trasversal

La calidad del agua es otro factor que afecta a los trabajadores. En realidad, el agua influye a través de su presencia, su calidad y su cantidad. Por ejemplo, en la agricultura, que representa el 70% del consumo de agua en todo el mundo, el trabajo del agricultor depende de su capacidad para gestionar el agua disponible, mientras que a la vez enfrenta desafíos como el agotamiento de las aguas subterráneas, los impactos del cambio climático o la creciente escasez de agua. En el sector forestal, reducir la tala de árboles para evitar la falta del recurso o el exceso de flujos de agua con impactos negativos en una región es causa de muchos despidos.

Con todo, la gestión sostenible del agua en su sentido más amplio, que abarque la protección y restauración de ecosistemas, la gestión integrada de los recursos hídricos (GIRH), el desarrollo, operación y mantenimiento de infraestructuras; junto con el acceso a un suministro seguro, fiable y asequible a unos servicios de agua y saneamiento adecuados, genera un entorno propicio para las crear oportunidades de empleo a largo plazo, así como un desarrollo y crecimiento a través de otros sectores productivos.

Finalmente, el agua tiene la capacidad de crear puestos de trabajo pagado y decente, de construir una economía más ecológica y contribuir al desarrollo sostenible. Pero para que esto ocurra, son necesarios más trabajadores cualificados. Que trabajen dignamente, en igualdad, con seguridad y recibiendo un salario justo. (Noticias AgroPecuarias)

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