Aapresid brega por aumentar la rotación de cultivos

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Argentina dispone de tecnología de última generación en materia de semillas. Un caso es la tolerancia a sequía

 

ROSARIO (NAP) La sojización de la agricultura argentina dejó de ser una moda, para convertirse en una verdadera preocupación para la mayoría de los profesionales de la agronomía por los efectos secundarios que este cultivo deja en el suelo, además de ser una gran extractor de nutrientes, son muy escasos los rastrojos que deja, una vez levantada la cosecha.

Beatríz “Pilu” Giraudo es la presidenta de AAPRESID (Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa) y este es uno de los temas que le quita el sueño. Desde la entidad que preside hace casi dos años no deja de bregar por la rotación de los cultivos, la recuperación de los nutrientes del suelo, las buenas prácticas agrícolas y sobre todo, por la preservación del medio ambiente.

La titular de AAPRESID no oculto su preocupación por la situación de alerta máxima en que se encuentra el país a consecuencia de la sojización que se produjo en la mayoría de los campos que antes se destinaban a otros cultivos.

“Este cultivo ocupó en los últimos 5 años más del 70 por ciento de las áreas destinadas a la agricultura. Esta situación es insostenible desde cualquier punto de vista, porque favorece la presencia de enfermedades del suelo, la aparición de malezas resistentes, favorece la presencia de plagas, que resultan cada vez más difíciles controlarlas”, explicó Giraudo, en declaraciones al programa “Permanente actualidad”, que se emite por AM Libertada, de la ciudad de Rosario, Santa Fe.

La profesional, al evaluar los efectos extractivos de la soja, más allá de la rentabilidad del cultivo, explicó que en el caso de los suelos los esquilma, por la extracción de nutrientes. En cambio al rotar con otros cultivos, una vez cosechados sus residuos producen nutrientes. La soja no es uno de los que favorece la producción de residuos”, razonó.

Giraudo, se refirió también a toda la tarea desarrollada por la Entidad en los últimos años, entre las que se incluyeron las acciones de advertencia que se venían realizando a la sociedad en su conjunto y a los decisores políticos, por las oportunidades que se estaban perdiendo.

La titular de AAPRESID recordó que la Argentina estaba desperdiciando la posibilidad de producir cada vez más cantidad de alimentos de calidad y energía para el país y gran parte del mundo que: “Espera de nosotros que desarrollemos tecnología para producir más y al mismo tiempo, cuidar el medio ambiente y la salud humana”, agregó.

“Hoy Argentina dispone de una tecnología muy avanzada, pero no teníamos las condiciones adecuadas para aplicarlas en su conjunto. Desde AAPRESID, junto a otras organizaciones trabajamos mucho con todos los funcionarios de gobierno y los candidatos durante los dos últimos años, para llevar un mensaje único, con propuestas y disponibilidad para trabajar juntos. Ahora estamos viendo los resultados y un gobierno que reconoce en la agroindustria un brazo colaborador y estratégico para reconstruir al país y ayudar a desarrollar al país”, explicó.

Para la titular de AAPRESID, la nueva etapa política de la Argentina es un verdadero desafío, porque las nuevas autoridades están generando las condiciones adecuadas con el cabio de nombre de la cartera (Agroindustria): “Desde el minuto uno estamos trabajando, por eso decimos que el desafío es mayor, porque tenemos un ministerio que con su nombre nos da muestras del apoyo que tenemos”, añadió

En materia de innovaciones tecnológicas, Giraudo destaco las investigaciones desarrolladas en semillas, que en el caso del maíz ya se cuenta con un gen que lo hace tolerante a las sequías: “Somos defensores de la biotecnología bien utilizada, como todas las tecnologías que se encuentran disponibles en el mundo y de la mano de estas tecnologías podemos enfrentar al cambio climático, con el cuidado del agua, el mejorando el suelo y evitando la contaminación del aire”, agregó.

Explicó también que el empleo de la siembra directa posibilitó en las últimas décadas hacer un mejor uso del agua, emite menos gases de efectos invernadero y utilizar un 60 por ciento menos de los combustibles fósiles que se emplean en la agricultura convencional.

“Ese carbono lo guardamos en el suelo y posibilita que estos sean cada vez más fértiles. Es un verdadero paquete de beneficios que el mundo necesita y además es una gran contribución para que el calentamiento global sea menor “, resumió Giraudo (Noticas AgroPecaurias).

EB

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