Hay que conocer al sorgo

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La siembra se realizó en directa sobre un suelo de media loma perteneciente a la serie Chascomús, cuyo cultivo antecesor fue Rye grass

 

BUENOS AIRES (NAP) Debido a su mayor rusticidad en ambientes marginales y a su bajo costo por kilo de materia seca producida, el uso de silajes de sorgo en sistemas ganaderos de la Cuenca del Salado se ha incrementado notoriamente.

Conocer el comportamiento de distintos híbridos de sorgo con destino a silaje, en condiciones de campo, a través de la determinación del rendimiento y los parámetros de calidad resulta fundamental en un proyecto productivo, opinan técnicos del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) de la Cuenca del Salado (Buenos Aires).

Sin embargo no es tarea sencilla para los productores, dado que existe una gran variabilidad genética de sorgo, con distintos tipos morfológicos y una permanente aparición de nuevos materiales que dificulta la elección del híbrido que se planea ensilar, indicó el trabajo del INTA Cuenca publicado por NA.

Como parte de un trabajo de seguimiento, desde hace casi una década, los técnicos de la Estación Experimental Agropecuaria Cuenca del Salado de INTA realizan ensayos comparativos orientados a evaluar aspectos referidos al comportamiento de diferentes híbridos de sorgo, como el realizado en la última campaña 2014-2015.

Fue efectuado en la Chacra Experimental Chascomús, perteneciente al Ministerio de Asuntos Agrarios de la Provincia de Buenos Aires, en el marco del trabajo integrado INTA-MAA.

La siembra se realizó en directa sobre un suelo de media loma perteneciente a la serie Chascomús, cuyo cultivo antecesor fue raigrás.

En el ensayo iniciado los primeros días de diciembre participaron 11 materiales de sorgo con características contrastantes en cuanto a la proporción de las partes constitutivas de la planta (hoja, tallo y panoja).

Mientras que en pre-emergencia del cultivo se realizó un control de malezas, de acuerdo al informe al que tuvo acceso NA.

A mediados del mes de marzo se cosechó mediante la utilización de una picadora autopropulsada, para determinar la producción de materia verde.

Según comentaron los técnicos del INTA “la mayoría de los materiales al momento del picado se encontraban en estado de grano pastoso/duro”.

En cuanto al rendimiento “se observaron diferencias significativas en materia verde (RendMV) y el promedio registrado fue de 53.166 kilos de MV por hectárea con un máximo de 67.007 kilos de materia seca por hectárea (Gentos 130), y un mínimo de 40.476 kilos de MV (Genesis Nutrigen BMR)”(Noticias AgroPecuarias).

EB

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