Trigo y cambio climático

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El cereal puede ser el más perjudicado: a 2050 perdería 25% de superficie en EEUU. Lo que ya se perdió en la Argentina por la política.

 

MAR DEL PLATA (NAP). Un informe reciente del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, según su sigla en inglés) indica que el mayor impacto negativo sobre los rendimientos de los cultivos será en las zonas templadas –precisamente las que caracterizan a las principales zonas agrícolas argentinas- y el trigo aparece como el cultivo más afectado.

Una investigación desarrollada por expertos de la Universidad Estatal de Kansas concluye que el rendimiento del trigo se reducirá en un 25% para el año 2050. Concretamente determinan que se reducirá un 6% por cada grado centígrado que aumente la temperatura.

En las proyecciones del cambio climático aparecen fenómenos referidos a aumentos en las temperaturas medias y mínimas, cambios en la fecha de heladas, alteraciones en las precipitaciones, aumentos en la emisión de dióxido de carbono e incrementos en la frecuencia de los golpes de calor.

El tema fue planteado en A Todo Trigo 2015, realizado la semana pasada en Mar del Plata, por los ingenieros agrónomos Daniel Miralles y Betina Kruk, de la Facultad de Agronomía de la UBA, en el panel dedicado al rol de los cultivos invernales frente a los nuevos escenarios climáticos.

“Aunque en el día a día nos cuesta percibirlo, el cambio climático nos enfrente a la modificación de las principales variables que sustentan a la producción agropecuaria, como son las temperaturas, las fechas de heladas y las precipitaciones”, dijo Miralles.

El especialista enfatizó propuso, sobre esa base, desarrollar las estrategias de manejo para optimizar el rendimiento y la calidad de los granos. 

Mala política

En otro orden, Miralles mostró la significativa reducción del área cosechada de trigo en la Argentina, que bajó del promedio de 5,34 millones de hectáreas en el período 1960 a 2010 a las actuales 3,3 millones de hectáreas. En esa caída, remarcó el peso que tuvieron las restricciones impuestas a las exportaciones que llevaron a que el área cosechada decayera entre 2006 y 2014 a razón de 28.000 hectáreas por año.

Por otra parte, la reducción de la superficie cosechada en trigo no se compensó con los incrementos en otros cultivos invernales. A la vez que los verdeos de invierno sólo mejoran parcialmente el déficit de cobertura. Por otro lado, la desaparición de los cultivos de invierno de la rotación afecta negativamente los balances de carbono del sistema, acelera la degradación del suelo y empeora los rendimientos de la soja. 

 

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